El Málaga usará las instalaciones de la Federación como su ciudad deportiva

La situación de pandemia y sus pertinentes medidas redujeron al máximo el margen de acción (casi de improvisación, en la mayoría de las veces) para organizar entrenamientos y partidos, suponiendo la puntilla para que desde las oficinas de La Rosaleda se movilizasen en busca de una solución temporal, mientras se sigue a la espera de nuevos avances de las obras en Arraijanal, donde ya se erige la futura casa del club.

La única vía era desempolvar la posibilidad de llegar a un acuerdo con la Federación Malagueña para hacer uso completo de sus instalaciones en la zona de Cortijo Alto, junto al recinto ferial. Unos equipamientos donde el Málaga ya viene operando de forma parcial en el campo de césped natural, donde se han ido alojando principalmente el filial, el Atlético Malagueño, y a veces el juvenil A. Incluso también se ha entrenado en contadas ocasiones el primer equipo.

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Siguiendo la filosofía del trato sobre el terreno de césped natural, el Málaga y la Federación han firmado un nuevo convenio de cesión por el que el conjunto blanquiazul hará uso del total de las instalaciones como si de su ciudad deportiva se tratara, sólo que tendrán un horario acotado y deberá ser flexible para adaptarse a los eventos y compromisos de la Delegación malagueña (torneos, cursos de entrenadores o lecciones arbitrales, etc.). Así pasa a contar desde ya con dos campos más: uno de fútbol once, y otro de fútbol 7, ambos de césped artificial.

El acuerdo se ha firmado por tres temporadas, hasta 2024. De esta forma el Málaga considera que hay tiempo suficiente para adecuar sus propias instalaciones y, mientras tanto, atraviesa por un periodo de transición hacia esa deseada sede para la cantera de la entidad. Así se espera lograr una de las principales demandas de técnicos y jugadores, que es la comunión entre los diferentes equipos del club, que haya una dinámica de trabajo más ágil y común.

La Federación Malagueña de Fútbol entiende que el Málaga, a pesar de ser la entidad referente del balompié en la provincia, no cuenta con un sitio propio como sí disfrutan el resto de equipos, y que por ese motivo, además de contar con la evidente disponibilidad, se han decidido a ayudar para mejorar las condiciones de trabajo del conjunto blanquiazul. Tampoco se ha pedido una contraprestación económica por el alquiler del recinto.

«Entendemos que la situación económica del Málaga no es buena y se han dado las circunstancias de poder ayudar», explican desde la Federación. La única condición es que el Málaga corra con los gastos del mantenimiento y las mejoras que surjan y sean necesarias para el correcto funcionamiento de toda la infraestructura. Ya se están realizando las primeras actuaciones para adecuar los espacios de almacenes y otras habitaciones a las necesidades del club.

Y la mayoría de los equipos, desde el filial hasta los infantiles, se han puesto en marcha con sus pretemporadas. También se está preparando una oficina para el cuerpo técnico del primer equipo y una zona de gimnasio añadida, porque el Málaga tiene previsto que el primer equipo trabaje también allí en algunas ocasiones, aunque por el momento el entrenador, José Alberto, prefiere quedarse en las instalaciones de La Rosaleda.