Gran control del partido
EL ÁRBITRO ·
González Esteban demostró que no se ha de especular por el lugar de residencia y completó una labor muy buena
Molestó la designación de González Esteban en algunos sectores del malaguismo por su ascendencia y residencia en Vizcaya al entender posibles influencias con el Amorebieta ... y la Real Sociedad B, ambos paisanos regionales del colegiado. Pero, como es normal por muchas elucubraciones que se hagan, nada de nada. Todo lo contrario, con un arbitraje de muchísima altura, dejando muestra clara del grado de independencia del que están dotados los árbitros españoles. No se amilanó en ninguna fase del encuentro, soportó con la serenidad necesaria la presión que generaron los 25.389 malaguistas, una cifra por cierto nada habitual, y que siempre que se produce aparece el desencanto de los aficionados.
Lo positivo: Muy bueno fue el trabajo que desarrolló el colegiado. Controló el juego desde los minutos iniciales acompañándolo de la velocidad requerida para estar cerca de las acciones que se producían. Lo mejor del arbitraje fue la ventaja que aplicó en el minuto 20 a Febas, que permitió que desde la medular malaguista el jugador pudiese llegar hasta el fondo del campo burgalés. Quizás faltara la tarjeta al futbolista que intentó cortar el avance. Paró para que los jugadores disfrutaran de la hidratación propia del calor, que por cierto no existió en La Rosaleda. 25 grados en el primer tiempo y 24 en el segundo no es calor para adoptar esta medida. Posiblemente se estableciera para que se cumpliera el horario de finalización en todos los estadios implicados.
Lo negativo: No es fácil, afortunadamente, destacar aspectos en esta faceta. Quizás lo de parar el juego para que atendieran a Grego cuando se trataba de una lesión muscular claramente apreciable.
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