Ellas vuelven a ser las protagonistas en La Rosaleda
La exportera blanquiazul Estrella, que jugó en el estadio en 1999, y la lateral del actual Málaga femenino Encarni, que lo hace este jueves, valoran la importancia de este hecho 22 años después
Por suerte, podemos decir que los tiempos han cambiado, que las mujeres o las niñas ya no tienen que esconderse para algo tan natural como ... jugar al fútbol, para hacer lo que les gusta. Cuesta imaginar que hace sólo 20 años eran insultadas con frecuencia por elegir patear un balón y no centrarse en la familia, por vestir pantalones cortos o por soñar con dedicarse, algún día, al mismo deporte que un hombre. Y aún así, en tiempos aciagos y sin ayudas ni visibilidad alguna, rompieron todas las barreras que encontraron a su paso, abrieron puertas y ventanas a las generaciones que hoy pueden disfrutar sin complejos del fútbol y, por supuesto, a una lucha que no hubiera sido posible esbozar siquiera si no hubiesen logrado que creyeran en ellas.
Hace 22 años, en 1999, las puertas de La Rosaleda se abrieron por primera vez en partido oficial para un equipo femenino, como no podía ser de otra forma, al Atlético Málaga del triplete (1998-99) de Manuel Hernández Navarrete. Aún recuerdan con añoranza aquel día, un duelo de Copa de la Reina en el que empataron 4-4 ante el Sporting de Huelva. Un duelo que aquel histórico equipo guardará siempre en su retina. «Nosotras entrenábamos en la antigua escuela Franco (el Instituto Rosaleda, un campo de albero frente al estadio) y ya sólo el venir a un campo de césped natural era increíble. Luego la portería me parecía gigante, la sensación de golpear el balón al borde del área en el campo de tu ciudad, de tu equipo, jugar en tu estadio… Fue una pasada», revive todavía emocionada la portera y segunda capitana de aquel conjunto, Estrella Díaz, hoy entrenadora del cadete femenino autonómico del club.
Quién le iba a decir que algún día la niña que se coló en la antigua Rosaleda para ver su primer partido del Málaga (un Málaga-Valladolid en el que perdió el cuadro local) acabaría jugando bajo los palos del estadio, siendo protagonista. «Hoy en día las redes sociales y la televisión, han hecho mucho por la visibilidad del fútbol femenino. Antes no se veía, como mucho se seguía por el periódico y, aún así, nosotras nos sentíamos súper respaldadas. Venía hasta el Frente Bokerón a nuestros partidos», recuerda agradecida.
Regreso al estadio
Este miércoles, en esta entrevista con SUR, Estrella regresó al estadio de su vida para entregar el testigo directo a la actual segunda capitana del equipo y uno de los iconos del conjunto, la lateral Encarni Carneros, que este jueves, a las 17.00 horas, podrá comprobar el mismo sentimiento que su compañera malaguista dos décadas atrás. «Como consejo sólo le digo que disfrute, son momentos que pasan una vez en la vida, y que vayan a ganar, por supuesto». Y es que esta tarde, las puertas del estadio de Martiricos volverán a abrirse para el Málaga femenino, siendo su primera vez bajo la actual denominación. Un momento histórico: «Gestos como este desarrollan el sentimiento de pertenencia. Tú al aficionado tienes que crearle ese sentimiento, hacer que conozca la plantilla del femenino… La realidad del fútbol femenino ha cambiado muchísimo, las jugadoras empiezan a llenar estadios, a tener más visibilidad y, si tú haces que lo vean en las casas y abres el campo para ellas, los aficionados van a venir», asegura Estrella.
Y lo refrenda Encarni, consciente de que este duelo de Copa de la Reina, ante el Zaragoza de Segunda División, podría ser el primer partido de fútbol femenino que más de un aficionado haya visto en su vida. Ha costado, y sigue costando que las entidades apuesten por movimientos como este, pero al menos ellas ya lo han conseguido y podría ser un aliciente para que más aficionados se unan a la causa. «Por desgracia, las secciones femeninas hoy día siguen dependiendo de las masculinas en muchos clubes. Cada vez va sonando más el fútbol femenino, pero aún nos queda mucho por lo que luchar. Uno de los primeros pasos es jugar en este estadio y que venga gente que, quién sabe, quizás vengan más a vernos jugar», clama la capitana.
¿Cómo surgió esta iniciativa? Realmente, las jugadoras lo venían pidiendo desde el año de Primera División, pero han tenido que pasar tres campañas más para que el sueño se haga realidad. «Le preguntamos a Manolo Gaspar si podríamos jugar este año en La Rosaleda y nos dijo que si hacíamos 5 de 5 de victorias, lo intentaría. Hicimos el 5 de 5 (ahora es pleno de 8 victorias en Primera Nacional), y Manolo dijo que sí, y cuando nos lo comentaron no sabíamos si llorar, saltar… Ahora mismo estamos súper ilusionadas sólo por pisar el césped. Estoy muy tranquila, pero mañana (por hoy) estaremos llorando en el vestuario», cuenta, con los sentimientos a flor de piel mientras observa la majestuosidad del campo, a sólo 24 horas de pisarlo por primera vez como jugadora.
«Siempre que entro a un campo pido a mis abuelas, que ya no están, que no pase nada. Sobre todo a mi abuela María, que siempre me dijo que fuera a por lo que quisiera, que fuera a jugar con los niños a la calle. A mi madre, por ejemplo, no le gustaba tanto», recuerda. Este jueves, su rutina será la misma. Lo que no tiene claro aún es cómo actuaría si uno de los goles de esta tarde llevase su nombre, probablemente lloraría tanto como el día de su primer partido en La Rosaleda, un 4-3 al Sevilla, al que acudió con una invitación del club el primer año que llegó a la cantera. Ya entonces cumplió un sueño; hoy hará realidad otro y espera que, el día de mañana, más niñas como ella puedan enamorarse del fútbol y de este club y dar continuidad a este crecimiento deportivo, social y cultural: «No por ser un equipo femenino jugamos menos. Nosotras planteamos los partidos con mucho carácter, verticalidad, vamos a por el rival y, además, tenemos un vestuario muy unido y se nos ve el compromiso que tenemos por este escudo; si eso se lo transmitimos a la gente que venga a vernos, se terminarán enganchando».
El Zaragoza, de Segunda, un rival experimentado
En esta segunda eliminatoria de la Copa de la Reina, a partido único, hoy a las 17.00 horas, el cuadro malacitano recibirá al Zaragoza de féminas, un club creado en 1997, que adquirió su actual denominación en 2016 y que no guarda vinculación con el Real Club Zaragoza masculino. Se trata de una entidad con largos años de experiencia tanto en la Copa de la Reina como en la antigua Primera División nacional, y los últimos años en la Segunda División en la que milita actualmente y en la que es noveno (el ecuador de la tabla) con 3 victorias, 1 empate y 4 derrotas. Por su parte, el Málaga, aunque en una categoría inferior, es líder de su grupo e invicto con 8 victorias y una más en la primera ronda de la Copa, ante el Seagull de Segunda.
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