La capitana blanquiazul se va de casa
Málaga femenino ·
Tras una década ligada al club, la central Ruth ficha por otro equipo de la categoría: «He sentido que era el momento de irme; quiero seguir creciendo y ver hasta dónde puedo llegar»Se sonroja cuando lee los comentarios en las redes sociales. Desde que anunció su decisión ha recibido cientos y cientos de mensajes; no esperaba tal ... repercusión: «Hay gente que me ha tildado de leyenda malaguista, jamás hubiera esperado algo así. Es un orgullo», cuenta, incrédula y con cierto reparo. Pero es que, sin darse cuenta, sí que se ha convertido en un verdadero icono del Málaga. Tiene sólo 23 años, pero es toda una veterana, que ha llegado a conocer la gloria y también el sabor de las derrotas con esta camiseta. Hace unos días, tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, pero llegó el momento de pensar en sí misma. Ruth, la capitana del Málaga femenino, se va de casa.
Llegó a la entidad por primera vez con sólo 13 años, captada por Manolo Navarrete -a la par que María Farfán-, cuando jugaba un partido con el Juval masculino. A los 15, la hizo debutar en el primer equipo, y a los 16, ya era una más de la plantilla. Aún le cuesta creer todo lo que ha vivido en esta casa: el ascenso a Primera División, en la que militaron en la campaña 2018-19, el partido de Copa de la Reina en el que por segunda vez en la historia de la sección femenina, pisaron ellas el césped de La Rosaleda… Pero también momentos agónicos como su rotura de ligamento cruzado en 2019, que la mantuvo un año en el dique seco, o los dos descensos, hasta la categoría en la que se encuentra ahora el equipo, la Segunda RFEF (la tercera división).
La talentosa central malagueña y malaguista lleva años recibiendo ofertas, pero a pesar de los malos momentos, nunca fue una opción abandonar el barco. Ahora, la cosa ha cambiado. «Ha sido muy duro para mí, llevo días sin parar de llorar por todo lo que significa este cambio, pero este año ha sido muy duro para mí. Estos años he estado recibiendo ofertas, pero nunca he sentido que quería irme, ni me lo había planteado, hasta ahora. Esta temporada no han salido las cosas como queríamos y me sentía estancada. Aún tengo 23 años y no quería perderme la oportunidad de ir fuera; quiero seguir creciendo y saber hasta dónde puedo llegar», reconoce, aún impactada horas después de haber salido a la luz la noticia de su despedida.
Aún no puede anunciarlo, pero como ha podido saber este periódico, se marcha a un club de la misma categoría, aunque con mejores condiciones y grandes aspiraciones. Lo que necesita en este momento, sobre todo tras el declive que ha sufrido la sección femenina en estos últimos años, causado principalmente por la situación económica de la entidad. «Por desgracia, la situación del femenino ha cambiado mucho, por la realidad económica del club y también los dos descensos que sufrimos, eso fue un palo muy gordo y lo cambió todo. Esta categoría es muy dura, muy disputada, y es muy complicado salir», reconoce la central. ¿Se han sentido olvidadas por el club este tiempo? «Es complicado… Sólo puedo decir que la situación no ha sido nada fácil para nosotras», se sincera.
Ahora, sólo puede transmitir los mejores deseos posibles al club de su vida: «Sólo espero que se solucione todo pronto, que se acabe toda la situación de los juicios y que este sea un club libre, porque ya se ha demostrado que tanto el club como esta afición son de Primera y no puede seguir así; la ciudad y el propio Málaga se merecen estar arriba, y por supuesto, hay que apostar por el Málaga femenino para aspirar de nuevo a lo más alto». Todo fiel seguidor de este club sabe de sobra que el malaguismo corre por las venas de Ruth, y así lo ha demostrado siempre, con su carácter luchador y personalidad dentro y fuera de la cancha, siendo además un icono de la entidad de Martiricos en la transmisión de valores blanquiazules.
En estos últimos días por su tierra, Ruth ultima los detalles antes de marcharse por primera vez de casa. Siempre ha sido muy familiar, pero necesita volar del nido. «He sentido que era el momento de irme, porque aunque el Málaga siempre va a ser mi casa y algún día volveré, necesito crecer como futbolista, es mi sueño», dice.
Tenía más ofertas, ¿Qué le ha llevado a aceptar concretamente esta? «Me han transmitido un proyecto ambicioso, con vistas a ascender, aunque luego todo no sea tan fácil y haya que pelearlo mucho, y también he visto mucho profesionalismo, buenas condiciones. La verdad es que estoy ilusionada con el cambio, es un nuevo reto», reconoce. Su juventud y su ambición imposibilita el hecho de que pueda sumergirse ya de lleno en la vida laboral, con enfermera que es. De hecho, este año ya ha estado trabajando puntualmente, en Ambulancias Ayon. «El fútbol es algo pasajero, aún soy joven y quiero disfrutar de él el tiempo que me quede, esta es mi pasión y no puedo dejar de luchar por ella».
Su marcha dejando un gran vacío en el equipo, pero aunque sea a la distancia, siempre seguirá a sus compañeras, y en general al club de su vida. El Málaga necesita despertar para que los diamantes de la tierra no sigan yéndose de casa.
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