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Directo | Málaga-Espanyol

El Málaga necesita un partido perfecto ante el Espanyol, que cuenta con la mejor plantilla de Segunda que se recuerda y con De Tomás, que cuesta más que todo el equipo blanquiazul

Lunes, 2 de noviembre 2020, 18:16

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Existe una coincidencia generalizada en que el Espanyol cuenta esta temporada con la mejor plantilla que se recuerda en la categoría, e incluso los hay que vaticinan que le sobrarán bastantes jornadas para conseguir el retorno a Primera por la vía directa. No obstante, la Segunda División es la Segunda División, una montaña rusa que no permite excesivas premoniciones porque el margen de error es siempre enorme. Por eso, lo que en principio debiera ser hoy para el limitado Málaga una misión imposible supone un reto a su alcance a base de grandes dosis de sacrificio, ilusión, concentración y eficacia.

En esta ocasión, más que nunca, no se emplea a la ligera el término 'limitado' para calibrar el potencial del Málaga en relación con su adversario. Baste recordar que se vio obligado a confeccionar su plantilla con un tope salarial de 2,2 millones. Según se publicó en su momento, un jugador del Espanyol, de salida el futbolista más desequilibrante de la categoría (el delantero centro De Tomás), fue fichado en su momento del Benfica con unos emolumentos que rondaban los cinco millones. El club 'perico' pagó 20 millones (más dos en variables), por lo que incluso la 'amortización' por su fichaje está por encima de ese límite en los emolumentos al que tuvo que adaptarse la entidad de Martiricos durante el agónico mes de septiembre.

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De Tomás es, obviamente, la estrella de este Espanyol que comparece en La Rosaleda, pero no la única. Embarba, Wu Lei o Melendo son futbolistas que sí o sí deben marcar las diferencias en Segunda. Sin olvidar, claro está, que la pieza más valiosa del Málaga en el mercado veraniego, Keidi (de baja para un mes), recaló en el equipo catalán. Visto desde esa perspectiva, el conjunto de Pellicer no tendría esta noche (21.00 horas, emitido por Gol) la más mínima opción. Sin embargo, confluyen dos detalles para el optimismo: el Málaga no es un rival fácil de batir mientras que el Espanyol tampoco ha dado excesivas muestras de lo que tendría que ser una clara superioridad. De hecho, el máximo candidato al ascenso pinchó en sus dos últimas salidas: cayó en Vallecas (1-0) y no pudo pasar del empate a cero en Tenerife.

El Málaga debe mostrar esta noche grandes dosis de sacrificio, ilusión, concentración y eficacia ante el líder de la categoría



Para combatir las innumerables virtudes de este equipo que también cuenta con el mejor guardameta de la categoría (Diego López, que sólo ha encajado un gol, el de la citada derrota frente al Rayo), el Málaga deberá hacer un partido perfecto en defensa. Dadas sus archiconocidas limitaciones en ataque –reflejadas en las escasas oportunidades de peso que genera–, el equipo blanquiazul tendrá que unir a esa solidez marca de la casa con Pellicer una absoluta concentración. En el juego y a balón parado. Porque, además de hacer borrón y cuenta nueva en la estrategia defensiva tras sus dos regalos el pasado jueves en Mallorca, deberá evitar fisuras por dentro, por fuera e incluso en la frontal. El Espanyol cuenta con especialistas en el último pase, con extremos letales, con llegadores solventes desde la segunda línea y también con óptimos lanzadores de media distancia (en este último caso, por ejemplo, el exmalaguista Sergi Darder).

El Espanyol lo tiene todo: especialistas en el último pase, extremos letales, llegadores solventes y lanzadores desde la frontal



Luego está la otra premisa imprescindible para obtener el triunfo, la faceta ofensiva. Y ahí el Málaga deberá mejorar considerablemente. Hasta qué punto la motivación de medirse al rival a batir será esta noche un argumento extraordinario es una cuestión a comprobar en cuanto el valenciano Ais Reig dé el pitido inicial. La ausencia de Caye Quintana, hasta el momento más futbolista de equipo que goleador, deja aún más, si cabe, menos maniobra a Pellicer para configurar el once. Aunque en citas como esta la baja más importante no está en el terreno de juego. Con La Rosaleda llena la misión sería, sin duda, más factible.

Demasiadas incógnitas: el portero, el sistema, las bandas...

Si cada semana es complicado pronosticar las intenciones de Pellicer, en esta ocasión la dificultad es máxima. Son demasiadas las incógnitas por una serie de factores: las bajas, la necesidad de no cargar más a determinados jugadores, el bajo tono de varios futbolistas y, por supuesto, las características del rival. De antemano es difícil intuir si el técnico castellonense mantendrá la base defensiva de tres centrales o si preferirá proteger las bandas con dos futbolistas en cada una de ellas. O también si es más prioritario acumular hombres por delante de la cobertura para no perder la batalla en el centro del campo. Tampoco parece claro quién será esta vez el guardameta, si mantendrá a Soriano por tercer partido consecutivo o si devolverá la titularidad a Dani Barrio. Igual sucede en ataque, con la duda sobre si Orlando Sá está para ser titular o si no debe mantener a Chavarría. Con dos extremos lesionados (Hicham y Joaquín) y otro de momento sin la chispa necesaria (Jairo), hasta la opción de apostar por Calero en la derecha –ya utilizada– se desvanece por la lesión de Ismael. Incluso afloran dudas sobre la composición de la zaga. ¿Mantendrá el técnico a tres hombres? Y si es así, ¿incluirá en el once a Lombán junto a Escassi y a un tercero? ¿Quién sería entonces el sacrificado, Juande, relevado los dos últimos partidos, o Mejías, señalado en dos goles en Mallorca?

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