El Deportivo: un rival imprevisible en un estadio maldito, Riazor

¿Qué Deportivo se verá ante el Málaga? Es la gran incógnita. Hasta ahora el cuadro coruñés totaliza las mismas victorias que los de Pellicer, dos, pero la diferencia es que perdió en el resto de partidos (salvo un 1-1 en Granada), mientras que el cuadro de La Rosaleda lo empató todo y únicamente perdió su condición de invicto en su último partido, el 0-3 ante el Elche.

Por tanto, el Málaga viene de su peor partido, y el Deportivo, del mejor. Y de paso hay cierto respeto hacia el escenario del partido, un Riazor que se llena en cada choque y en el que se vive la misma situación que en La Rosaleda, una expectación inusitada, no vivida décadas atrás con tanta continuidad, ni siquiera en tiempos del 'Superdepor', cuando el equipo jugaba la Champions con asiduidad y hasta ganó el campeonato liguero, en la temporada 1999-2000 (y fue cuatro veces subcampeón en esos años).

Al Deportivo le costó más que al Málaga salir del pozo. Bajó en la 2017-18 (de la mano del Málaga) a Segunda y en plena pandemia, en la 2019-20, a Segunda B, donde se pasó cuatro cursos, los tres últimos como Primera RFEF. Ambos subieron de la mano hace meses, aunque desde diferentes grupos, sin verse las caras, y el Deportivo sin acudir a la vía de los 'play-off', de una forma directa.

El respeto histórico del Málaga en Riazor está justificado. En Primera División sólo ganó una vez allí en veintitrés visitas (el 0-1 de la 2014-15), con dieciocho derrotas. Y en Segunda pesa el último recuerdo, en la ida de las semifinales de los 'play-off' de ascenso a la máxima categoría, un 4-2 el 13 de junio de 2019. Eso sí, en la final el Deportivo cedió con claridad ante el Mallorca.

Pese a subir de forma directa, el Deportivo retocó más la plantilla que el Málaga, con once caras nuevas, en todas las líneas: el portero brasileño Helton (Antalyaspor), los laterales Petxarromán (Andorra), Obrador (Castilla) y Escudero (Valladolid), el 'pivote' Mfulu (Las Palmas), los medios punta Patiño (Arsenal) y Mario Soriano (Eibar), este de vuelta a Riazor, los extremos Gauto (Basilea) y Davo (Eupen, otro de regreso) y los puntas Cristian Herrera (Las Palmas) y Bouldini (Levante). Sin embargo, sólo empleó a tres de ellos de salida en el 2-5 al Albacete de la última jornada (Helton, Obrador, que llegó bajo de forma y ya es un fijo, y Mfulu), en el que se prevé que sea el once este domingo, por pura lógica deportiva.

En la zaga en el Deportivo hay una mezcla de experiencia y juventud con Ximo Navarro en el lateral derecho, Pablo Vázquez y Barcia, un central zurdo canterano que acaba de asentarse en el equipo, y el citado Obrador. En las primeras citas se vio a Mella de lateral y hasta Villares, porque Escudero cayó lesionado en pretemporada. Villares (un jugador de casa) y Mfulu son los medios centro que equilibran defensivamente a los cuatro de ataque, con Yeremay y Mella en los costados, el talento de Lucas Pérez como segundo punta y Barbero como referencia. Curiosamente, este aún no ha visto puerta, pese a contar con buenas ocasiones, y el caso de Lucas fue noticia a nivel internacional por su compromiso de salir de Primera División, en el Cádiz, para bajar dos categorías, a Primera RFEF.

Al Deportivo no le ha resultado fácil el inicio. En casa sólo se ha deshecho del Racing de Ferrol (1-0), mientras que perdió contra el Burgos (0-2) y el Oviedo (0-1). En sus salidas, derrotas en Huesca (2-1) y Córdoba (2-0) y empate en Granada (1-1) antes de golear en el Carlos Belmonte. Curiosamente, sus jóvenes extremos, Yeremay y Mella han participado en los ocho goles, en una dependencia similar a la que se da en el Málaga con Antoñito. Ya empezaron a asomar de forma determinante el pasado curso, pero en este no han acusado el salto de categoría. El canario Yeremay leva tres tantos y dos asistencias, y Mella, dos dianas y otros tantos pases decisivos. Ambos se salieron en Albacete, especialmente este último.

La dinámica que se repite en los dos últimos ejercicios es la de un Deportivo que reacciona de forma magistral cuando peligra el puesto de su entrenador, Imanol Idiakez. En la 2023-24 sólo ganó un partido en las ocho primeras jornadas y se situó decimosexto (en zona de descenso directo), pero la reacción fue fulminante, con sólo dos derrotas más en el resto del curso. En la segunda vuelta lo ganó todo, menos cuatro empates cedidos. Estas últimas semanas, volvía a estar cuestionada, y su equipo la lió en el Carlos Belmonte. Exjugador de Segunda y Segunda B, tras una grave lesión de tibia que le impidió llegar al primer equipo de la Real (no como su hermano Íñigo), como técnico empieza a labrarse un camino en Segunda, tras su paso por el Zaragoza (2018-19), el Leganés (2022-23) y ahora el Deportivo, en el que cumple su segunda campaña.

El Deportivo, a diferencia del Málaga, es un club estabilizado institucionalmente gracias al peso de Abanca, que tomó el control del club hace cuatro años (en enero de 2020) y controla el 99,99% de las acciones de la entidad. Sucesivas ampliaciones de capital (la última de 10 millones de euros en mayo) le han dado músculo a la entidad, presidida por el banquero hispano-venezolano Juan Carlos Escotet. En junio de 2017, en plena caída, Abanca prestó 45 millones al Deportivo para liquidar la deuda con la Agencia Tributaria. La sobrina de Escotet, Michelle Clemente, exjugadora de fútbol venezolana, es la vicepresidenta, y Massimo Benassi, el consejero delegado. El Deportivo tiene el tercer límite salarial más alto de Segunda, pese a ser un recién ascendido, con 13,4 millones.