De Tailandia a Ardales en bici: Cinco años para recorrer 33.000 kilómetros

Empezó a viajar el 21 de marzo de 2016 como mochilero. Lo hizo tras pasar temporadas en Polonia e Inglaterra, donde tuvo varios trabajos. Pero después de unas vacaciones decidió que se iba de viaje, y sólo con el billete de ida. «Creía que iban a ser tres meses, pero se alargó la cosa... Hasta ahora», se ríe. En la India estuvo haciendo autostop, y así recorrió 9.000 kilómetros, siempre durmiendo en su tienda de campaña.

En agosto de 2017 hizo una primera escala en España, para renovar sus documentos, y se sacó un billete (otra vez, solamente de ida) a Tailandia. «No tenía ganas de seguir de mochilero y quería más libertad para moverme, así que me compré una bici y la metí en una caja sin probarla si quiera, sin ninguna experiencia en ciclismo. Dentro de mi cabeza algo me decía que la bici era la forma». Los primeros pinchazos los arregló en templos budistas, con monjes en Tailandia, aprendiendo de otros. Así fue como se vio el 11 de septiembre en Bangkok a lomos de Carmela y cargado con sus escasas pertenencias.

Así fue como se encaminó a cruzar casi todo el continente asiático, de vuelta a su casa en Ardales, para lo que le quedan poco más de 130 kilómetros. ¿Y de qué vive? «Esa es la pregunta del millón en nuestra sociedad», responde. Roberto Merchán hace voluntariado a cambio de comida y alojamiento, durante los parones en invierno; o trabaja como profesor de educación física y entrenador personal en alguno de los 32 países por los que ha pasado, a lo largo de 33.000 kilómetros.

Así fue como encontró su regla del gasto mensual. «En Asia, lo máximo que he gastado, incluidas las averías de la bici, son 200 euros al mes; en Irán viví tres meses y gasté en total 260 euros, y en Turquía, entre 95 y 125 euros... Viviendo bien, pero a mi fórmula». Por su fórmula explica que no es raro verlo comer en la puerta de un supermercado en el suelo, y casi siempre duerme al aire libre en su tienda de campaña. «Con una compra de comida de diez euros puedo estar cuatro días, tres euros de hoy son buenos para mañana. Aunque hoy se ha dado un homenaje: «He comido por primera vez en un restaurante después de ni me acuerdo».

El aventurero tiene previsto llegar el 5 de noviembre a su pueblo, pero estará poco tiempo. El 7 de diciembre se marcha a Suiza a trabajar «de lo que sea», para aprovechar la temporada de ski. Y es que Merchán tiene otros dos proyectos que bullen en su cabeza: rodear toda África, y cruzar el continente americano de norte a sur, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. «Para mi no es un viaje concreto, lo importante es lo que voy viviendo durante el camino... Dónde me encuentro, el tiempo que paso, si vivo en casa de algún amigo y conozco gente, es un estilo de vida nómada».

¿Hay algo que le haya gustado más que cualquier cosa? «Es difícil esa pregunta, yo simpre digo: 'Si tienes dos hijos, ¿cuál es tu favorito?' Así, relata que de los 'Stans' (Tajikistan, Uzbekistan, Turkmenistan, Kirguistan) le han encantado los paisajes, las montañas vistas a 4.600 metros de altura, que «son de otro planeta». Del Tíbet, la gente; de la India, la comida y el shock cultural; de Irán y otros países musulmanes, la hospitalidad, «que no me dejaban dormir nunca en mi tienda porque me invitaban continuamente a sus casas». «De cada país voy aprendiendo, pero cada vez que entro en uno reseteo y empiezo de nuevo para no comparar». Pero también destaca la amabilidad y la acogida que ha recibido en España y en Francia, donde mucha gente le ha acompañado en momentos de su viaje y le ha ofrecido ayuda. «La bici es un imán que atrae mucho y abre muchas puertas».

Admite que ha tenido algunas situaciones de peligro, pero en la balanza ganan por goleada las buenas experiencias. En los primeros meses le robaron una mochila con el pasaporte, «pero a un problema, una solución», afirma, con su visión optimista de la vida. «Me he visto con cuatro hombres con rifles apuntándome, pero en cinco minutos estábamos riéndonos porque todo era un problema de comunicación, sólo era cuestión de hacerme entender». «Me compré un candado y lo deseché oxidado de no usarlo, Asia es muy segura, lamentablemente temo más por la bici en España».

En todo este tiempo ha tenido que hacer dos parones por salud. Uno fue durante las navidades pasadas, cuando tuvo un accidente y regresó para que le trataran una lesión, aunque luego volvió a Polonia, que es donde había parado en ese momento, y desde abril hasta ahora ha hecho el sprint final. También en la India tuvo un problema de salud y regresó para hacerse varias analíticas. Pero el coronavirus le pilló en Georgia, y allí estuvo seis meses sin poder salir del país, aunque sin demasiadas restricciones y acompañado de otros muchos viajeros en su misma situación.

Roberto Merchán va relatando sus aventuras a través de Tras mis pasos, que es como se llama su cuenta en Instagram. La llegada a Ardales se producirá este sábado, 5 de noviembre, entre las 11.00 y las 12.00, y allí le esperan multitud de familiares y amigos. «He sentido mucho apoyo de los ardaleños en todo este tiempo, cuando estaba en Tailandia, me decían: 'Ya te queda poco'».