La solidaridad con Valencia desborda Málaga: «Estoy recién 'cobrá', no me cuesta ayudar»

A escasos metros, en el Parque de Bomberos de Martiricos, el sargento Juan Gálvez regula el tráfico. Alguien tiene que poner orden en los numerosos coches particulares que aparcan, descargan y se marchan. El goteo de vehículos y de personas cargadas con bolsas, cajas y carritos de la compra es incesante. En sus caras se ve la emoción, hay a quien se le saltan las lágrimas al dejar los paquetes, y también el sentimiento de orgullo por la respuesta de la ciudadanía. «Merece la pena la vida, hay mucha gente buena en el mundo», decía la familia Loring Rueda tras vaciar su turismo en la estación de bomberos.

Ni los bomberos daban crédito. «Nos ha sorprendido mucho, no nos esperábamos tanto en tan poco tiempo. Fue inmediato, desde el viernes por la tarde empezaron a llegar las cosas», explica Ernesto García Ballesteros, suboficial jefe de guardia. Están desbordados, con voluntarios, personal saliente y otros de descanso que se han personado en las instalaciones al ver la cantidad de ayuda que estaba llegando. Los productos se distribuyen por grupos en el suelo del parque y se trasladan a una de las naves cuando ya no queda sitio para más. Esta mañana han salido dos cargamentos de Málaga hacia la zona cero de la catástrofe y ya se preparan más. Incluso hay parques que ya no pueden recoger más material porque bloquean las salidas de emergencia.

Leche, agua, conservas, pan de molde, pañales, productos de limpieza, papel higiénico, desinfectantes, escobas, recogedores, mantas... Cada pala que llega se celebra, hacen mucha falta. Es lo básico. Pero luego hay otro nivel de necesidades, cosas que para cualquiera de nosotros serían esenciales pero que en medio de la tragedia se convierten en un lujo. «Una señora ha traído una caja entera de carne de membrillo. Hay juguetes, sillas de bebés para los coches y hasta lima de uñas», relata Ana, una voluntaria, «muy emocionada» ante tal despliegue de generosidad.

Porque llega de todas partes, incluso de los lugares más humildes. En la Palma-Palmilla, la Asociación de Comunidades Nuestros Barrios ha recaudado más de 1.300 euros en un tiempo récord para comprar productos para los bomberos. «Y siguen aportando los vecinos y los comercios de la zona», señala Rafi Virella, del Plan Comunitario, que no puede evitar las lágrimas cuando habla de cómo la Palma se ha volcado con la catástrofe.

«Es que esto le puede pasar a cualquiera», añade Carmen Hinojosa tras dejar agua y leche en la estación. Y es esa sensación de que todos somos Valencia la que está movilizando a miles de personas anónimas para colaborar en lo que puedan por toda la provincia.

Hay puntos de recogida habilitados en Marbella, Rincón de la Victoria, Torremolinos y en el Comedor Social Yo Soy Tú de la capital, entre otros lugares. Empresas como Construcciones Fearral, Reciclado Roster y Fundación Ly Company se han organizado para recoger materiales donados por el personal, y a última hora de la mañana de ayer ya tenían 15.000 litros de agua, 7.000 litros de leche y cuatro palés de utensilios y productos de primera necesidad. También Alejandra Cátering será punto de recogida hasta el lunes, en horario mañana, en Finca Almodóvar, en Alhaurín de la Torre. Se pueden donar productos en los 57 supermercados que Maskom tiene repartidos por la provincia, en un plan que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Málaga. Sin olvidar que Cáritas Málaga se une a la campaña nacional de recaudación de fondos a través de un número de cuenta (ES 33 2103 0146 94 0030016666) y de bizum (05041. Concepto: Dana). Al igual que Bancosol Málaga, que difunde la recogida de donaciones de la Federación Española de Bancos de Alimentos con una cuenta bancaria (ES34 2100 6106 8813 0126 8072) y un número de Bizum (03816).

Ayuntamientos, cofradías, entidades de todo tipo, asociaciones de vecinos, comunidades... La cantidad de iniciativas para paliar la situación de las víctimas supera todas las previsiones. De hecho, la Diputación ha ofrecido sus servicios, instalaciones y capacidad de coordinación para canalizar la recogida y el traslado de la ayuda desde la provincia a las zonas devastadas. Todo suma.