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Aspecto que presenta el cauce del río Guadalhorce a su paso por Estación de Cártama. Salvador Salas
La sequía ya amenaza a Málaga capital

La sequía ya amenaza a Málaga capital

Los embalses del Guadalhorce ya están por debajo del umbral de alerta por escasez severa y se barajan medidas de ahorro para no pasar al nivel grave en otoño

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Domingo, 7 de mayo 2023, 00:25

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El mapa de la sequía en Málaga apunta directamente a la Axarquía, donde la estampa más dramática la ofrece un embalse de La Viñuela al 9,8% de su capacidad con tan solo 16 Hm3 de agua y con el grifo cerrado al regadío desde octubre del año pasado. Pero a medida que las nubes siguen sin descargar el foco de la preocupación va extendiéndose al resto de la provincia. Y ya asoma a Málaga capital. La declaración de excepcional sequía en el sistema Guadalhorce-Limonero es cuestión de semanas, en cuanto los tres embalses que abastecen al Valle y a la capital (Guadalhorce, Guadalteba y Conde del Guadalhorce) sumen un mes con menos de 140 Hm3.

En ese momento, se pasaría a situación de alerta por escasez severa, tal y como marca el decreto de sequía aprobado por la Junta de Andalucía. Ese umbral mínimo fue sobrepasado el 22 de abril, cuando los tres pantanos bajaron hasta los 139,7 Hm3. Y siguen menguando porque dos semanas después tienen 134,8, por lo que están al 39% de su capacidad total (345,4). El año pasado también se sobrepasó este nivel (127 en la segunda semana de marzo), pero las lluvias de finales de ese mes y comienzos de abril cambiaron la situación dejándolos por estas mismas fechas en 216 Hm3.

La cifra

140

Hm3 de agua deben sumar los tres embalses de cabecera (Guadalhorce, Guadalteba y Conde del Guadalhorce) para salvar la situación de escasez severa. Desde el 22 de abril está por debajo de ese umbral. El decreto andaluz de sequía establece que se entra en nivel de alerta cuando se supere un mes por debajo de esos 140. Por debajo de los 71 se considera emergencia por escasez grave.

Ahora, el panorama se presenta menos halagüeño porque las lluvias no acaban de llegar. Así que los niveles no paran de descender en un sistema que, al margen de abastecer a la capital, también puede jugar un papel fundamental a la hora de realizar transferencias de recursos a otras zonas más deficitarias como las que viene recibiendo la Axarquía.

En lo que va de año hidrológico (desde el 1 de octubre de 2022) los embalses del Guadalhorce han recibido 25 Hm3 gracias a las precipitaciones de la primera quincena de diciembre. Supone seis veces menos de la aportación media, aunque por encima de los apenas 6,1 de 1995, el mínimo histórico. En cambio, en este mismo periodo se han extraído de estos tres pantanos 31,5 Hm3 para el abastecimiento urbano de Málaga, (otros 1,39 de Casasola y 0,09 del Limonero), además de 1,76 Hm3 derivados al azud de La Aljaima para reducir la presión de los embalses, otros 4,1 para la primera campaña de riego del Bajo Guadalhorce entre octubre y noviembre, y los 3,5 vertidos para garantizar el caudal ecológico con el que se suple la alteración hídrica que sufre el entorno de un río cuando se construye una presa para salvaguardar la biodiversidad. Por tanto, el balance a día de hoy es más que negativo (-15 Hm3).

Objetivo primordial

Ante esta realidad, en la Junta dan por hecha esa declaración de escasez severa, pero el objetivo primordial es evitar llegar al siguiente escalón en otoño: el de emergencia por escasez grave, fijado en los 71 Hm3 entre los tres embalses de cabecera. De momento, no se ha adoptado ninguna medida. De hecho, en la Junta de Andalucía sólo contemplan la posibilidad de aplicar restricciones en la cuenca mediterránea tras el verano.

Pero en los informes sectoriales sí que se plantean una serie de pasos a seguir para afrontar este reto de «retrasar al máximo una eventual situación de emergencia por sobrepasar el umbral de escasez grave». ¿El primero? Reducir en un 5% el agua utilizada para abastecimiento urbano de todo el año hidrológico. Si en el anterior (1 de octubre de 2021-30 de septiembre de 2022) se inyectaron a la red 49,25 Hm3 (una vez descontado el rechazo en la desaladora de El Atabal tras retirar la salmuera de los embalses), la idea es rebajarlo en el actual hasta los 46,78. Pero teniendo en cuenta que hasta abril se había gastado más (27,94 frente a los 27,5), para lograr ese objetivo habría que ahorrar desde ya un 15%, con un promedio de 3,77 Hm3 mensuales en lugar de los 4,35 del año pasado.

La otra pata apunta al regadío, que desde abril sí que se ha quedado con un 25% menos de agua para refrescar las cerca de 10.000 hectáreas de cultivos del Valle del Guadalhorce, de las que un 70% son cítricos y el otros 30% se reparten entre aguacates y hortalizas. De esta forma, la previsión es que acaben el año hidrológico recibiendo 30,1 Hm3 en lugar de los 40 aprobados inicialmente.

La Junta recuperará antiguos pozos del Bajo Guadalhorce

Garantizar el abastecimiento si las lluvias siguen sin llegar pasa por reducir el consumo, pero también por optimizar los recursos fluyentes y subterráneos ya existentes. Con el azud de Aljaima ya aprovechándose con una aportación de 1,76 Hm3 en lo que va de año hidrológico y con el aumento de capacidad de producción de la desaladora de El Atabal para reducir los rechazos ya ejecutada, las posibilidades pasan fundamentalmente por la puesta en servicio de pozos existentes en el Bajo Guadalhorce para abastecimiento doméstico. Los principales son los de Aljaima y Fahala, que ya fueron recuperados aunque sin llegar a utilizarse ante la anterior amenaza de sequía de 2018. A falta de una mayor concreción, se estima que podrían aportar entre 5 y 10 Hm3 anuales.

La Junta aprobó el proyecto de rehabilitación de estos fondos el pasado mes de marzo, que requerirá una inversión de 5,7 millones de euros. Dada la urgencia, su ejecución se encargará directamente a la empresa pública estatal Tragsa, con una duración estimada de diez meses. La actuación incluye la reconstrucción de pozos existentes, una tubería de impulsión desde los pozos hasta la estación de bombeo de Aljaima y la necesaria línea eléctrica. La previsión es que se puedan extraer entre 200 y 400 litros por segundo.

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