Sánchez Maldonado: «Un rescate europeo nos llevaría a una situación muy difícil»
El Catedrático de Hacienda Pública y exconsejero de Empleo aboga por salvaguardar empresas y empleos, y demanda cambios ya en 2021 para que el gasto no dispare más la deuda
Los pronósticos de organismos propios e internacionales no socavan tanto a su optimismo sobre la salida de la crisis como la incierta evolución de la ... pandemia. El paraguas europeo, sin tirar de rescate y con la lección aprendida del austericidio, convencen al exconsejero andaluz de Empleo (2013-2017), que reclama, a partir del próximo año, medidas fiscales para que el gasto público no sólo se resuelva con más endeudamiento .
–Entre el optimismo y las peores hipótesis sobre la pandemia, ¿dónde se coloca?
–En estos últimos días, entre la intermedia y el pesimismo. De esto salimos, seguro, y lo haremos juntos porque si no será muy difícil. En España y en especial Andalucía, con el gran peso del sector servicios, y el turismo en particular, nos va a costar trabajo. El problema no es el confinamiento, sino el virus, pero hay que empezar a trabajar ya en varios frentes. Tenemos que ir preparándonos para una salida de la crisis que pasa por ir cambiando el modelo productivo. Lo que se haga a partir de ahora tiene que ir orientado a una industria 4.0, a la digitalización, a la construcción sostenible, al desarrollo de energías renovables, a la formación. Tenemos que cambiar la estructura económica, reducir la enorme dependencia de pymes y elevar el peso de la industria, que es un 13% en el PIB y tendría que llegar al menos al 23%.
–¿A qué economistas y obras vuelve estos días de encierro?
–Repaso lo que se escribió sobre la Gran Depresión del 29 y la 'New Deal' de Roosevelt para reactivar políticas de demanda... Keynes decía que había que invertir en hacer boquetes y en volver a taparlos para que hubiera salarios, consumo y producción, pero sobre todo sigo los análisis del Banco de España, del FMI, y el último de la Airef. Lo que se está haciendo en España va en la buena línea pero es imprescindible la cooperación de Europa.
–Al menos, parece descartado el austericidio que marcó la anterior crisis
–Por fortuna. Ahora el sistema financiero está mucho mejor y el BCE va en la línea correcta. El gran peligro es la deuda pública, que se va a ir a un 120 o 125% del PIB. Las cuentas públicas no están saneadas cuando llega esta crisis.
–¿Será inevitable un rescate?
–Tal como se prevé en el Mecanismo de Estabilización (MEDE) no me parece una medida adecuada para países del sur de Europa. Nos llevaría a una situación muy difícil. La crisis tendría la forma de una 'U', pero con una base muy ancha y una salida asimétrica. El BCE tiene que ayudar, si no con la mutualización de toda la deuda, sí con parte de ella, asumiéndola como apunte monetario. No pasaría nada. Tenemos encima una crisis que es de demanda y de oferta. ¿A qué nos obliga? A inyectar recursos para sostener la demanda y a las personas sin rentas por una razón de justicia. Por el lado de la oferta, se está ayudando a las empresas para que no se vengan abajo. La vía de abaratar el dinero es más difícil porque no queda margen y puede llevar a una trampa de liquidez que haga que nadie oferte y se retire del mercado. No parece la mejor situación, dicen los que saben más de política monetaria.
–¿De qué dependerá la potencia del rebote de salida de la crisis?
–Del tiempo que el sistema productivo no esté al cien por cien. Si no salimos pronto, y el año que viene vuelve el turismo... la situación se complicará. Espero que a partir de noviembre y diciembre rebotemos y que en 2020 el crecimiento, poniéndonos en un escenario intermedio, podría estar entre un 5% y un 7%. Esto permitirá salir con menos sufrimiento, que siempre lo va a haber entre los que están en peor situación ante algo tan inesperado y tremendo.
Menos política
–Si la estabilidad política acompaña...
–No he querido entrar en eso. Deberíamos mirarnos en el espejo de nuestros vecinos de península. No son momentos para estar pendientes de encuestas ni sondeos sino de unir fuerzas. Ya llegará el momento de hacer política. Ahora, menos política y más humanidad y conciencia social para que el golpe sea lo menos fuerte, y no deje K.O. a los más débiles.
–La deuda pública se disparará sobre una situación ya de déficit estructural previa a la pandemia...
–No podemos seguir financiando el gasto corriente con deuda pública como venimos haciendo desde 2008 con cuentas públicas con déficit primario. A partir de 2021 hay que revisar las políticas públicas y el gasto. No se pueden mantener 'sine die' cuentas que soportan el gasto corriente con deuda.
–La recaudación prevista por el Gobierno es además ahora imposible.
–Si sube el paro, el gasto de los ERTE y a la vez cae la base de IRPF, cotizaciones sociales, Sociedades e IVA, hacen falta políticas de sostenimiento del sistema productivo y de defensa de los más desfavorecidos. Habrá que hacer un esfuerzo, subir algo los impuestos y controlar el gasto para que otra crisis nos coja con las cuentas saneadas. Todo eso nos llevará a una reforma fiscal porque no se puede seguir con una recaudación que descansa sobre el trabajo frente al capital. Habrá que reequilibrar ese esfuerzo con nuevas figuras impositivas, y en el IVA,se tendrá que reducir en servicios y productos básicos y elevarlo en otros.
–La crisis de 2008 trajo una devaluación salarial como vía para ganar competitividad. ¿Descarta que se acuda a ella?
–Sí. Hay poco margen en salarios y relaciones laborales. No habrá esos ajustes. La recuperación dependerá de que las empresas de los ERTE, el turismo, la construcción, vuelvan a la normalidad. Sí hay que pedirle al sistema financiero reciprocidad. Si en la anterior crisis, el país ayudó a rescatarlo, ahora hay que pedirle por ejemplo agilidad en la tramitación de los créditos ICO, que la haga con los menores costes, que no exija ventas paralelas de otros productos... Que la banca tenga altura de miras y mientras dure el confinamiento y tampoco aplique a rajatabla exigencias, que recuerde en definitiva el rescate: casi 60.000 millones no reembolsables.
–¿La crisis puede distorsionar el papel del Estado y de lo público?
–Todos nos acordamos del Estado cuando vienen estas situaciones. Creo que el Estado tiene su lugar en la economía;en Europa, el sector público representa un 34 y un 42% del PIB. La dicotomía Estado-mercado se apaga en tiempos de avance y los liberales salen entonces reclamando menos Estado. Lo que la historia enseña es que hay sitio para el mercado y para el Estado, pero se tienen que adecuar a su mejor potencial de protección y producción. No creo que la crisis vaya a estatalizar la economía ni tampoco que el mercado en tiempos de bonanza por si sólo reequilibre.
–¿La pandemia dará paso a una sociedad muy distinta?
–Algo cambiará, pero las personas y las sociedades nos olvidamos pronto de las cosas. Miramos hacia adelante y sin acordamos de Santa Bárbara hasta que truena.
–Me suena a lo del cambio de modelo productivo que se repite desde hace décadas y que cuando el turismo vuelve a coger fuerza pasa a otro plano
–Algo así. Pero esta crisis nos tendría que abrir definitivamente los ojos. Piense que de mi edad hacia abajo, son las primeras generaciones en España en más de 80 años sin una guerra, y lo de ahora nos ha pillado desentrenados.
–A muchos jóvenes ahora en la treintena, la crisis de 2008 los dejó sin falta de expectativas dentro de su país y ahora esto...
–Es cierto. Sin expectativas y ahora impotentes. Pudieron tener el apoyo de las familias, pero lo vuelven a pasar mal en su experiencia de vida y profesional. Por eso insisto en la formación, en prepararnos para la economía que viene. No valen muchas leyes que hagamos si tenemos que traer soldadores de Polonia, y no tengo nada en contra de los polacos porque yo soy internacionalista, pero tenemos que hacer un esfuerzo. Uno de los grandes retos, aparte de las cuentas públicas y del fortalecimiento de la sanidad, es el de la formación y el conocimiento. Sin gastar en él no hay posibilidad de innovación, de valor añadido y empleo de calidad. La ventaja competitiva no está en el coste de la mano de obra, en sueldos baratos. Está en el conocimiento, en aumentar el gasto en I+D+i, donde ahora estamos 1,8 puntos por debajo de Europa. No hay economía competitiva sin conocimiento ni digitalización. La expansión del teletrabajo es una prueba.
–Se reincorporó este curso a la Facultad de Económicas. ¿Cómo lleva la enseñanza 'on line'?
–Cuando llegué había empezado el curso, y luego la pandemia. Estoy en contacto con los compañeros y en la Facultad se está haciendo bien. Todos los profesores tienen acceso a los procesos de digitalización. En un 90 por ciento, la UMA ha hecho un esfuerzo grande en los últimos años. No estamos en el mejor de los mundos, pero si saliendo con notable alto en enseñanza digital.
–Andalucía reclama que el criterio de población tenga mas peso en el reciente reparto de los 16.000 millones a las autonomías...
–Siempre he defendido que debe ser el criterio principal, ponderado con otros factores, y aquí 10.000 millones son para gasto sanitario, un reparto bien justificado. Lo que no está bien es que quienes se olvidaron de ese criterio con Andalucía digan ahora que tiene que hacerse por población y que el reparto es un atraco. El gasto sanitario se ha disparado en territorios donde el impacto de la pandemia ha sido mayor. Es de toda lógica. Lo otro es frivolité de gran tamaño.
«El ingreso mínimo requiere inteligencia y colaboración pública»
«No pasa nada por crear un mecanismo de ayuda a los que no tienen casi nada, pero hay que diseñarlo con inteligencia», sostiene en relación al Ingreso Mínimo Vital que el Gobierno activará en junio. El economista reclama, además, colaboración entre administraciones –«sería buena prueba de unidad por encima de color político»– para que «el mecanismo sea uniforme en todo el Estado, se eviten posibles duplicidades y en definitiva, la picaresca». A su juicio, cuando las cosas vuelvan a ir bien «el coste de 3.000 millones es algo perfectamente asumible». «Lo peor sería que naciera muy tocado. Es preferible 15 o 20 días más y diseñarlo bien».
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