Los Presupuestos y los fondos Next Generation generan un debate de alta tensión en 'La Alameda'

Debatieron, por momentos de manera intensa y acalorada, Nacho López (PSOE), Carolina España (PP), Patricia Rueda (Vox), Guzmán Ahumada (Unidas Podemos) y Guillermo Díaz (Ciudadanos). Ahumada, que es diputado en el Parlamento de Andalucía, tuvo justificada su presencia para suplir al diputado de Unidas Podemos en el Congreso, que es Alberto Garzón, el actual ministro de Consumo.

Siguiendo el patrón de los debates televisivos que se celebran en campañas electorales, Nacho López abrió el cuerpo a cuerpo y también fue el encargado de cerrar un programa en el que se sucedieron tres bloques temáticos: los Presupuestos Generales del Estado, la recuperación económica vinculada al uso de los fondos Next Generation de la Unión Europea y el fenómeno de la polarización política. En un último bloque, cada representante tuvo que enfrentarse a una pregunta específica formulada por el moderador.

Las intervenciones por cada bloque estuvieron tasadas en cinco minutos. Los cinco candidatos se enzarzaron con intensidad en la parte referente a los PGE, donde el apoyo de Bildu a las cuentas evidenció la clara brecha que separa a los partidos en el Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, de las otras formaciones representantes en el Congreso cuando se trata de analizar si es legítimo o no buscar el acercamiento presupuestario con el partido vasco, al que España, Díaz y Rueda, aunque en una tonalidad disímil, coincidieron en señalar como partido heredero de la banda terrorista ETA.

El bloque dedicado a cómo canalizar el dinero que llegará de la Unión Europea para reactivar a la economía dañada por la pandemia puso sobre la mesa el debate sobre cómo debe fiscalizarse a qué se destinan las partidas, generando un enfrentamiento entre Díaz y Rueda. El diputado de Cs señaló a Vox como uno de los culpables de que «Sánchez pueda gastar el dinero en lo que quiera», al culpar al partido de Abascal de votar en contra de una enmienda en el Congreso que se encaminaba a garantizar dicho control.

En la última fase del debate, dedicado a la polarización del espacio político, se moderó el ambiente, aunque siguieron latentes las diferencias, en ocasiones abismales, que existen entre los partidos de la izquierda y la derecha, pero también entre el PP y Vox, como se manifestó, por ejemplo, en la gestión de la pandemia y todo el proceso que afecta a la vacunación de la población española.

Como era de esperar, López empezó su intervención con una defensa cerrada del acuerdo presupuestario que ha alcanzado recientemente Pedro Sánchez, que le asegura sacar adelante las cuentas para 2022 y le da una estabilidad importante a su legislatura. El representante del PSOE valoró que se trata de las cuentas «más sociales» y de «mayor inversión» de la historia. Acto seguido pasó a desgranar las cifras millonarias que embridan los presupuestos para el año que viene y los puso como la materialización de uno de los grandes hilos conductores a los que se ha aferrado el Gobierno desde el inicio de la pandemia: no dejar a nadie atrás. Una frase que fue repetida en varias ocasiones por López. «Tenemos los presupuestos de la mayor inversión social para que la recuperación económica llegue a todo el mundo. El colectivo que más se va a ver favorecido son los jóvenes. Cuando decimos que no vamos a dejar a nadie atrás, no son frases hechas. Seis de cada diez euros de los presupuestos van para la recuperación económica», manifestó López.

El diputado del PSOE, que se focalizó gran parte de los ataques por ser la persona más estrecha a Pedro Sánchez entre los presentes, aportó datos sobre el número de pensionistas que se verán beneficiados en la provincia de Málaga por el incremento de sus pagas mensuales, una vez que los presupuestos generales incluyen una subida vinculada a la del IPC: «275.000 pensionistas van a ver cómo se incrementa su pensión. Estamos haciendo que la recuperación llegue a todos los lados».

López se esforzó durante todo el debate en dejar claro que una salida de la crisis económica, recordando la crisis financiera de 2008, es distinta si se produce con el PP o con el PSOE en el Gobierno. Mientras que con los populares habrían sufrido amplias capas de la población, «ahora estamos viendo cómo se sale de una crisis con corrección».

Sobre los fondos europeos Next Generation, dijo que el Gobierno tiene «una hoja de ruta clara» cuando se trata de en qué se quieren invertir. López apuntó a la ambiciosa aspiración de «transformar la economía española». Según detalló, hacia «una economía verde que va destinada a crear nueva industria en nuestro país». También dejó claro que se empleará parte de los fondos en avanzar en la digitalización de las instituciones y del tejido productivo. La pregunta sobre quién va a fiscalizar el uso de los fondos generó tensiones entre los participantes. López replicó ante las dudas que se debe confiar en los funcionarios y recordó que se trata de plazas a las que se accede en «libre concurrencia». «Cualquier empresario de nuestro país va a tener acceso a los fondos», garantizó.

En cuanto a la polarización, culpó directamente al PP y a Vox de la misma. Según apuntaló, la polarización siempre va en aumento «cuando en el Gobierno está el PSOE y el PP pasa a la oposición». Pese al ruido, destacó que «la realidad parlamentaria es que hay un partido, el PSOE, que ocupa la centralidad política y saca adelante leyes y presupuestos».

Carolina España rebatió las cifras que iba poniendo López sobre la mesa y consideró que se trata de los «presupuestos de la mentira», al considerar que carecen de fundamento. Según España, están basados en unas previsiones de crecimiento económico infladas, que la propia OCDE ya habría rebajado. «Están basados en un crecimiento que no se va a producir», dijo y también afeó a López que los presupuestos cuenten con el apoyo de Bildu y de Unidas Podemos. «No nos gusta que los presupuestos estén pactados con Bildu y con los comunistas». Además, señaló que las cuentas incluyen subidas de impuestos de todo tipo, que van desde la tasa de matriculación hasta una limitación de deducciones en el IRPF o la instauración de un peaje en las autopistas españolas.

España, siempre pegada a la idea de que pactar los presupuestos con Bildu equivale a «humillar a las víctimas de ETA», insistió en la subida de los impuestos. «Ya estamos cansados de pagar tantos impuestos», espetó a López que los ciudadanos y los autónomos ya no saben cómo contestar cada mes al incremento de sus facturas. «Este Gobierno siempre habla de que no va a dejar a nadie atrás. Lo que no vais a dejar a nadie en pie», se dirigió a López, reprochándole que «los autónomos os dan exactamente igual». Luego, la diputada popular insistió en que el Gobierno está generando caos en los cuerpos de policías dependientes del Estado. «Este Gobierno socialista y comunista le está quitando la autoridad a la Policía», manifestó sobre la modificación de la ley de seguridad ciudadana. En relación a los fondos Next Generation, España insistió en la urgencia de que la inversión llegue directamente a las empresas y pymes. En este sentido, se mostró muy pesimista y culpó al Gobierno de haber creado una telaraña burocrática que pone en peligro que fluya el dinero procedente de Bruselas. «Nosotros pedimos que haya una autoridad independiente que canalice el dinero. Si no, estos fondos corren el riesgo de ser un fracaso como el Plan España de Zapatero», dijo.

La postura de Rueda durante el debate ofreció una visión clara al recetario de Vox, que se basa en una confrontación frontal al Gobierno. En relación a los presupuestos, llegó a decir «que los presupuestos llevan el sello de ETA» y que «representan un tremendo fracaso para España». La diputada de Vox también fue beligerante con la política económica del Gobierno. «Vuestras miserables políticas están condenando a miles de malagueños a la miseria», se refirió a López. Además, culpó al Gobierno de minar a sectores estratégicos como el turismo y de asfixiar a los autónomos con impuestos. «No hay que cambiar de modelo productivo sino mejorar en algunos aspectos. El Gobierno tiene que pisar más la calle y hablar más con los tenderos y con las peluqueras», espetó la diputada de Vox.

Díaz se esforzó durante todo el debate en presentar propuestas concretas para Málaga. Reclamó inversiones en el embalse de la Concepción para garantizar el abastecimiento del agua en la provincia y también afeó al PSOE las negociaciones de los presupuestos con Bildu: «Ha llevado a Pedro Sánchez a hacer lo que dijo que nunca iba a hacer». Luego, quiso reivindicar la utilidad de Cs para el votante de clase media, «que sostiene al Estado y ahora mismo está en tierra de nadie». «Los liberados sufrimos con la polarización, pero a mí un país sin Cs me aterra», dijo.

«Por primera vez se va a salir de una crisis de manera distinta». Así reivindicó Ahumada la influencia de Unidas Podemos en el actual Gobierno de coalición. «Hemos vivido una pandemia que ha conllevado a una crisis social sin precedentes. Ahora toca poner recursos encima de la mesa para recuperar la economía», defendió Ahumada.