
Secciones
Servicios
Destacamos
El PSOE ha pasado una 'semana horribilis' a nivel judicial. Los magistrados han tumbado las querellas que interpusieron Begoña Gómez y el propio Sánchez contra ... el juez Peinado y para colmo la Audiencia Nacional ha pedido al Tribunal Supremo que encause al ex ministro Ábalos por su «participación principal» en la trama de Koldo, el escándalo de corrupción que salpica a este Gobierno tan puro en donde no tenían cabida los trapicheos. Esto se une a la imputación la semana pasada del fiscal general del Estado. Vaya goleada judicial le han metido, aunque ha conseguido el 'gol del honor' al archivarse la ridícula querella que presentó el PP (este partido comete errores estratégicos incomprensibles, a ver si se enteran de que no tienen que sobreactuar con la que está cayendo) contra el PSOE por presunta financiación irregular del partido derivada de la visita de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, que a día de hoy no se sabe si vino en visita oficial o privada, pues según lo diga un ministro u otro parece una cosa o la contraria.
Pero más allá de este asunto, está claro que el presidente del Gobierno tiene un problema importante que puede afectar su futuro, sobre todo, si se aplica su vara de medir. Por un lado, Sánchez sostiene que Isabel Díaz Ayuso tiene que dimitir por la actuación presuntamente delictiva de su pareja, lo que él denomina su entorno. Hombre, si hablamos de entorno igual de cercano es el suyo, que lo tiene además por partida doble, su esposa y su hermano, que están en la misma posición procesal, y en el caso de su mujer en delitos tan graves como corrupción en los negocios y tráfico de influencias. Que el novio de Ayuso haya negociado un acuerdo con la Fiscalía no lo convierte ya en un delincuente confeso, pese a que lo repitan mil veces los ministros, pues si va a juicio puede ser condenado o absuelto. No sería el primero en librarse de una acusación por fraude fiscal. Ahí tienen el reciente caso de Xabi Alonso, al que también le ofrecieron un acuerdo previo.
Más parecido que el caso del novio de Ayuso es el de José Luis Ábalos. Vamos a ver, el presidente del Gobierno destituyó a Ábalos como ministro después de la pandemia y Sánchez lo desvincula del caso de corrupción, o sea, que no quiere reconocer que sabía en lo que estaba metido, aunque en los informes de la UCO se haya desvelado que estaba al tanto del polémico rescate de Air Europa. No puede hacer eso, entre otras cosas, porque sería reconocer que sabiendo lo que sabía después lo metió en las listas electorales como cabeza de cartel de los socialistas en Valencia. Vale, démoslo por bueno, le creemos, aunque en el caso de Sánchez sea un verdadero acto de fe teniendo en cuenta la sarta de mentiras (cambios de opinión en terminología sanchista) que arrastra desde que está al frente del PSOE.
Lo que resulta meridianamente claro es la postura que adoptó el PSOE cuando saltó el 'caso Koldo'. El partido lo expulsó del grupo parlamentario del Congreso con la excusa de que era su mano derecha y por eso tenía una responsabilidad política que tenía que depurar. Podría decirse que se le aplicó lo que en términos jurídicos se denomina 'culpa in vigilando', o sea, que no se enteró de lo que estaba formando el tal Koldo. La verdad es que además de la citada responsabilidad también puede tener efectos penales, aunque eso está lógicamente por ver.
Llegados a este punto es cuando habría que aplicar la misma vara de medir con la que trataron al ex ministro de Fomento, verdadero hombre fuerte del Gobierno, pues era el número dos del PSOE. El 1 ya se sabe quién es... Pedro Sánchez tendría que ser sometido a la misma medicina: su número dos está implicado en un caso de corrupción, por lo que el presidente del Gobierno debería asumir la responsabilidad política por lo que supuestamente hizo su mano derecha desviando presuntamente fondos públicos en su favor. Así de simple. ¿Aquí no se aplica la 'culpa in vigilando'?
Sin embargo, conociendo al personaje esta asunción de responsabilidades no llegará. Volverán al fango de recordar al PP la sarta de casos de corrupción que tiene, no dejará de poner en el objetivo a la presidenta de la Comunidad de Madrid y volverán a tildar a los jueces como seres malignos que lo único que persiguen es derrocar al Gobierno legítimo. Para eso ya están tomando decisiones como la de controlar RTVE, que lamentablemente se ha convertido en un altavoz de todos los argumentarios que se lanzan desde La Moncloa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.