La noche de fuego que abre la puerta al verano

Para muchos ha sido un intenso fin de semana de celebración. De hecho, en las playas se podía ver a muchos jóvenes y adultos con camisetas del Málaga y en los que las ojeras daban cuenta de una fiesta sin fin, que comenzó el sábado por la noche con la épica subida del Málaga a segunda división. Es el caso de María, Pablo, Mateo y Juan, que se hacían un hueco en el escaso espacio libre de La Malagueta recién llegados de la celebración del ascenso. En bolsas de plástico, hielo, bebidas y algo para picar «del chino» de cerca de la iglesia de La Malagueta.

En uno de los oasis de palmeras y césped se agrupaban amigos y familias que todavía con luz se disponían a cenar. Por la avenida Cánovas del Castillo no dejaban de llegar grupos de personas que habían querido ver a su equipo por el Paseo del Parque. Por todas las playas de la capital muchos contenedores de basura y cajas de cartón, en un intento de frenar las bochornosas imágenes del día después de la fiesta. También en La Malagueta se ha instalado un puesto de Protección Civil.

Como en años anteriores, la velada de San Juan organizada por el Ayuntamiento ha tenido lugar en la playa de La Misericordia. La orquesta A Compás ha animado a la multitud congregada a la altura de la Glorieta 1º de Mayo a partir de las 10 de la noche.

La música y el 'júa' son un gran atractivo y aquí había una gran concentración de personas. Es el caso de Mariela y un numero grupo de amigos de diferentes nacionalidades. Llevan ya varios años quedando en la noche de San Juan. En el suelo, sobre toallas, comidas típicas de diferentes países. Para más adelante, bebidas más contundentes. A Mariela le recuerda la fiesta en el campo de su Argentina natal, donde se rellenaban muñecos para quemar.

María, Antonia, Juan y Adela ya habían cogido sitio en La Misericordia para escuchar la música y ver los fuegos. Viven cerca, en la zona de Las Delicias y La Luz. Adela expresa el deseo que protagoniza el 'júa' de este año. «Que baje el aceite», que suscita la unanimidad de las amigas. «Tenemos que cocinar con aceite de girasol, y no es lo mismo», dicen.

Bajo una carpa recién estrenada, Patri, Yésica, Virginia, Sergio, Alberto, Pedro y los niños Nacho y Dalia esperaban la caída de la noche. Patri, embarazada de ocho meses, pedirá como deseo que todo vaya bien. Y Virginia, aprobar la oposición para maestra de Primaria que hizo el sábado.

Alrededor de una barbacoa portátil, Mariela, Camila, Romina y Rafael se disponían a preparar algo para cenar. Son originarios de Paraguay, pero llevan tiempo en Málaga y les gusta participar de las costumbres de la ciudad que les ha acogido. «A las doce, baño, para que nos dé buena suerte», decía Mariela.

Poco antes de la medianoche comenzó un espectáculo pirotécnico, desde el Espigón de la Térmica. Los fuegos artificiales iluminaron durante un cuarto de hora el cielo de Málaga, compitiendo con una luna que lucía completamente llena. El júa de este año, montado también en La Misericordia, hacía referencia al precio del aceite: el creativo y técnico de Fiestas Fernando Wilson ha representado dos aceiteras y sobre ellas el Partenón, el olimpo de los dioses, coronado con el símbolo del euro. El deseo de muchos presentes, que expresó Adela: que baje el precio del aceite.