Fundación Unicaja culmina los actos de su décimo aniversario con la publicación de un libro

«Podemos diferenciar varios periodos dentro de este largo recorrido histórico. Una etapa de 107 años en que las cajas originarias actuaron individualmente; una segunda, de veinte años, en que Unicaja actuó como caja de ahorros tradicional en la doble versión de intermediación financiera y de obra social; y finalmente, en la que ha venido actuando como Fundación Bancaria desde que en 2014 tuvo lugar la transformación para adoptar esta forma jurídica», sintetizó Domínguez. El modelo que estableció la legislación española tras la crisis, la actividad financiera que venía realizando la caja, Unicaja, se escindía y se trasladaba a un banco participado por ella misma, que era la que continuaba desarrollando su obra social. La misión de la Fundación Unicaja, por tanto, ha venido siendo la de llevar a cabo una adecuada gestión de su participación en el banco y también la de su obra social.

El volumen que ha editado Fundación Unicaja, explicó Domínguez, «tiene como propósito reflejar los aspectos esenciales que ha marcado la evolución de la Fundación entre 2014 y 2024». Para ello, la organización le encargó a José Emilio Villena Peña, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga, que coordinara los contenidos de la obra. No en vano, su tesis doctoral, que leyó en el año 1977, versó sobre el sistema financiero, las cajas de ahorro y los desequilibrios regionales, con una especial consideración a las cajas andaluzas. La obra que ahora se edita, resumió el presidente de la Fundación, «deja constancia de la trayectoria de la Fundación en su primer decenio, de sus raíces históricas y también realiza una prospección sobre el entorno en el que desarrolla su actividad».

A su vez, Villena hizo un repaso por los ocho capítulos de que consta el libro, después de unas primeras páginas de presentación institucional a cargo de Domínguez y la introducción que firma el propio catedrático de la UMA. La primera parte, a cargo de Fernando Alonso González y Víctor Manuel Heredia Flores, repasa la historia de la Fundación: «Los autores analizan la evolución de las cajas de ahorro andaluzas, que surgieron con fuertes vínculos sociales y religiosos, que fueron impulsadas por filántropos, por la Iglesia y las Diputaciones, con el fin de combatir la usura y promover la inclusión financiera de los sectores más vulnerables de la sociedad».

A continuación, Rafael López del Paso, de Analistas Económicos de Andalucía, analiza el entorno económico en el que se ha desarrollado la Fundación: «Ofrece una síntesis brillante y esclarecedora de la economía andaluza, que ha registrado avances significativos, aunque sigue condicionada por desequilibrios históricos», apuntó Villena, quien precisó que a juicio de López del Paso, el sector agroalimentario enfrenta retos ambientales, como la escasez de agua; el sector de la construcción afronta tensiones por el aumento del precio de la vivienda; mientras que si bien hay polos tecnológicos emergentes en Málaga y en Sevilla, la industrialización y la inversión «siguen siendo insuficientes». «Andalucía enfrenta una alta tasa de desempleo, una fuerte dependencia del empleo precario y un éxodo de talento por falta de oportunidades cualificadas, por lo que los desafíos que identifica el capítulo son la necesidad de una diversificación del modelo productivo, la mejora de la productividad y el empleo, la reducción del abandono escolar o la adaptación al cambio climático».

El siguiente capítulo, a cargo de Antonio Romero, director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorro y vicepresidente de Funcas, analiza el sistema financiero y su evolución en los últimos diez años divididos en tres etapas: la recuperación tras la crisis de 2008, el parón provocado por la Covid-19 y la recuperación acelerada a continuación basada en el turismo y en el consumo público. «Según Romero, el sistema financiero español, fuertemente afectado por la crisis financiera de 2008, vivió un largo proceso de desapalancamiento que mejoró la calidad del crédito y redujo y la morosidad y a partir de 2022, la subida de tipos como consecuencia del endurecimiento de la política monetaria favoreció la rentabilidad bancaria», reseñó Villena, quien también se refirió a cómo el autor de este capítulo habla de los cierres de oficinas, la creciente exclusión financiera en las zonas rurales y la concentración del sector, con las cinco mayores entidades controlando casi el 70% del mercado.

Elisa Chuliá, profesora de la Uned e investigadora senior de Funcas, aborda el análisis sociológico de la última década, con cambios sociales como el fuerte descenso de la fecundidad y la natalidad en España, el retraso de la emancipación, la precariedad laboral, el alto coste de la vivienda, el efecto compensador que ha ejercido la inmigración, el avance académico de las mujeres, la persistencia de altos niveles de pobreza o exclusión social entre los jóvenes, especialmente en Andalucía, además de las brechas educativas o el aumento de la desafección política.

En entorno jurídico se aborda en otro capítulo a cargo de Salvador Sánchez-Terán y de María Vidal-Pardo, del bufete Uría y Menéndez, analiza los antecedentes europeos de la reforma española de las cajas de ahorro: «Este trabajo resulta esencial para comprender la evolución y la reforma del modelo de cajas en nuestro país. Los autores examinan el origen, la regulación y el funcionamiento de las fundaciones bancarias en España surgidas a raíz de la transformación de las cajas tras la crisis financiera. Las fundaciones bancarias deben poseer al menos el 10% del capital del banco y participar en su gobernanza, manteniendo al mismo tiempo una gestión prudente y transparente. El gobierno corporativo gira en torno al patronato, compuesto por miembros cualificados que supervisan la estrategia, la transparencia y los fines sociales», resumió.

Manuel Ángel Fernández Gámez, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la UMA, a su vez, ofrece un análisis sobre el impacto de la Fundación en Andalucía, sobre todo en áreas como el desarrollo comunitario, la inclusión social y el fomento del tejido empresarial local. De acuerdo con las estimaciones del autor, entre 2014 y 2024, la actividad de la institución ha contribuido a la creación de una media de 833 empleos anuales. Villena también se refirió a que el plan estratégico 2023-2025 la Fundación prevé aumentar la inversión social en un 50%, superando los 78 millones de euros.

Uno de los últimos capítulos es el que firma Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), y que se dedica al análisis de los retos socioeconómicos del futuro en el que se moverá la Fundación, como la baja productividad española, que atribuye a limitaciones en innovación, debilidades en capital humano y deficiencias en la formación profesional y en la selección docente, «factores que frenan el crecimiento económico».

Como conclusión, el capítulo que firma Carlos Cuatrecasas, del bufete del mismo nombre, que aborda el tema de cómo se adecúa la estrategia de una fundación a los retos sociales actuales y futuros, que, glosó Villena, son: lograr un impacto social tangible y visible, mantener la sostenibilidad financiera con diversificación de ingresos, abordar proyectos de alto impacto o mejorar la visibilidad a través de las plataformas digitales.