«Ahora sé lo que es el cariño, algo que no había sentido en mis 71 años de vida»
Fundación Harena lanza la campaña de captación de voluntarios 'La soledad no se va de vacaciones' para acompañar a mayores que no tienen familia y están solos. Remedios y Salvatore son un ejemplo de esta iniciativa
Como bien dice la Fundación Harena, la soledad no se va de vacaciones. La entidad social atiende a mayores de la provincia que están en ... situación de soledad no deseada y lanzan un llamamiento a la sociedad: «Tenemos a 26 mayores en Málaga, Fuengirola, Benalmádena y Mijas. Están a la espera de alguien que les haga compañía; en estas épocas de vacaciones y fiestas es cuando más peticiones recibimos porque ellos lo pasan francamente mal...», exponen desde Fundación Harena. La necesidad de voluntarios en esta iniciativa de la entidad social es un hecho que se palpa con sólo ver los resultados.
En este caso, SUR visita la casa de Remedios Carrasco, malagueña de 71 años, junto a su voluntario, Salvatore Fiorillo, de 56. Llama a la puerta de la casa, se escucha un pasodoble como timbre y Remedios recibe con una sonrisa y una petición que refleja perfectamente su relación con Salvatore: «¡Anda, ponme bien los tacones, que yo no llego!»; «Qué elegante te has puesto para la ocasión, 'tita'», le contesta Salvatore.
Ellos llevan juntos en el acompañamiento dos años y para Salvatore, Remedios es su 'tita' y para Remedios, Salvatore es su 'sobrino'. Las visitas, conversaciones y ayuda mutua han hecho que se conviertan en familia. «Ahora sé lo que es el cariño, algo que no había tenido en mis 71 años de vida. No sabía lo que era ese sentimiento ni por parte de padre, hermanos, ni de hijos, ni de nadie...», cuenta Remedios, que asegura que no ha tenido «una vida fácil». Nacida en Villanueva del Trabuco –vive en Málaga desde los 17–, su madre falleció cuando ella tenía tres años y ha tenido dos maridos (y dos divorcios), con cuatro hijos. «No tengo relación con ellos, el único que me llamaba día a día era mi hermano, pero murió justo antes de pandemia», detalla.
Teléfonos para unirse como voluntario en Fundación Harena: 951 777 001 - 661 56 01 79
Fue en ese momento cuando Fundación Harena acudió en su ayuda para acompañarla en la soledad. Blanca fue la primera voluntaria que estuvo junto a Remedios, aunque vía telefónica. «Ella estaba en Madrid, pero me acompañaba con las llamadas desde la distancia, era maravillosa», apunta. Luego llegó Marina, su primera voluntaria presencial, con la que iba a tomar café y a hacer gestiones administrativas y bancarias que Remedios no sabía hacer sola. Hace dos años llegó Salvatore y ya no se quiere separar de él. Ni él de ella. «Mientras yo esté ya nunca volverás a estar sola», le dice el voluntario.
Como familia
«Nuestra misión como voluntarios de la asociación es acompañar, escuchar, prestar atención, mantener una ayuda activa... Pero nosotros hemos creado un vínculo tan grande que ella ya lo sabe todo de mí y de mi familia. A mi pareja también la llama 'sobrina' y cuando voy con mis amigos o mis compañeros a tomar algo, se viene con nosotros y todo el mundo está encantado de conocerla y pasar un rato con ella, tiene mucho arte», comenta Salvatore cuando habla de Remedios.
Que toda la familia de Salvatore se sienta como 'sobrinos' de Remedios no es ninguna casualidad. Ella derrocha desparpajo y alegría allá por donde va, incluso en redes sociales, ya que es 'tiktokera' desde la pandemia: «La gente pensará que estoy loca, pero lo hago porque me distraigo y me quito los malos pensamientos de la cabeza. Subo vídeos cantando coplas o contando chistes», confiesa segundos antes de ponerse a tararear uno de sus temas estrella en los vídeos. A pesar de tener sus días malos y algunos momentos más apagados por sus problemas de movilidad, la actitud de Remedios consigue en muchas ocasiones animar incluso a su voluntario. «Cuando veo que está de bajoncillo, yo la animo a ella. Pero mi 'tita' ya detecta cuando estoy con más estrés o agobiado y me ayuda a calmarme. Ya te digo, sabe todo de mí», confirma Salvatore.
Cuando Remedios habla de la necesidad de voluntarios y del llamamiento que hace Fundación Harena en estas fechas, pide a la sociedad que se anime a colaborar con los mayores. «Yo fui voluntaria en el hospital desde el 81 al 84 porque quería ayudar a tanta gente que lo estaba pasando mal. También es importante el voluntariado para personas mayores porque nos sentimos muy solos y una llamada o una visita siempre nos alegra y hace sentir vivos», concluye Remedios Carrasco.
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