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Este martes también fue la vuelta a la normalidad para las farmacias. Tras un día de caos, en el que muchos usuarios sufrieron la falta de abastecimiento por los problemas generados por el apagón, el servicio fue el habitual de todos los días. Desde primera hora de la mañana, las farmacias malagueñas ya atendían sin grandes dificultades. El sistema informático que utilizan, denominado Receta 21', estuvo operativo y permitía leer las tarjetas sanitarias.
Asunción Pérez de la Masa, dueña de una farmacia en Ciudad Jardín, detalló que la jornada de ayer ya no presentaba grandes sobresaltos, «más allá de la lentitud puntual del sistema informativo». Con el avance del día, el programa se estabilizó por completo y los profesionales pudieron desarrollar su trabajo sin problemas.
Una situación que contrasta mucho con lo vivido el lunes. Las farmacias no iban a ser una excepción al caos vivido en todos los ámbitos de la sociedad, una vez que la corriente eléctrica dejó de fluir. Estos establecimientos custodian algunos medicamentos que requieren de refrigeración, como pueden ser las vacunas contra el rotavirus, insulina o el ozempik, entre otros.
Por ello, disponen también de grupos de electrógenos que mantienen las neveras. «El mío aguantó hasta las seis de la tarde. Claro, en un corte normal, da de sobre para mantener los medicamentos con frío», recordaba De la Masa.
En el Colegio de Farmacéuticos llevan 48 horas frenéticas. Su presidente, Francisco Criado, atendió SUR para informar sobre la situación en las diferentes farmacias de la provincia. «El lunes fue muy complicado, obviamente. Sin el programa operativo, no podíamos dispensar medicamentos con normalidad», recordaba. Este martes, señaló, ya se podía hablar de normalidad. Las farmacias de la provincia operaron sin incidencias.
La preocupación está ahora en los medicamentos termolábiles, los que requieren estar en una nevera. Al ver el desarrollo de los acontecimientos, los dueños de los farmacéuticos optaron por custodiarlos con el uso de placas de hielo. El Colegio de Farmacéuticos ha distribuido una tabla en la que se informa de cuánta fluctuación de temperatura era aceptables para cada medicamento específico.
A partir de aquí, se determina si se pueden mantener o se tienen que desechar. La iniciativa y la rápida ayuda del colegio, así se aseguró, ha permitido que la mayoría se haya podido salvar.
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