Fallece a los 61 años Javier Imbroda

Maestro, doctor en Ciencias de la Educación por la UMA y máster en Alta Dirección de Empresas en el Instituto Internacional San Telmo, llegó a la política desde su gran pasión, el deporte. Con una amplia trayectoria y palmarés como entrenador de baloncesto, donde llegó a dirigir la Selección Española, y empresario –fundó dos compañías: una del ámbito de la salud y otra, en el campo de la formación, el instituto oficial de Formación Profesional MEDAC–, la primera experiencia política de Imbroda fue en 2011 cuando su compañero en el ámbito deportivo y entonces concejal del PP en la capital Damián Caneda le llamó para que se hiciera cargo de la política deportiva en el Ayuntamiento como director de la empresa municipal Málaga Deportes y Eventos y de la Fundación Deportiva.

Cuatro años estuvo en este puesto de la segunda línea política. El salto a la primera se produjo en 2018. En junio de ese año, este melillense de nacimiento de la cosecha de 1961 participó como representante de la sociedad civil en un acto organizado en Málaga por la plataforma 'España Ciudadana' impulsada por Ciudadanos. En esos momentos ya mantenía una buena relación con el entonces líder naranja Albert Rivera, quien le animó en varias ocasiones a implicarse en el proyecto. El paso lo dio a finales de ese año cuando encabezó la candidatura en Málaga del partido liberal a las elecciones autonómicas del 2 de diciembre.

Javier Imbroda, cuyo hermano Juan José presidió Melilla durante varios años bajo las siglas del PP, fue de número uno como independiente y salió elegido como parlamentario naranja por la provincia. En enero de 2019 y en virtud del pacto entre el PP y Ciudadanos para gobernar la Junta de Andalucía se incorporó al gabinete presidido por el popular Juanma Moreno como uno de los cinco consejeros de la cuota naranja; asumió la cartera de Educación y Deporte. En junio de ese año dio un paso más en su implicación con los liberales y se afilió al partido naranja en un momento especialmente convulso para la formación por las dimisiones de algunos cargos relevantes y las críticas internas.

La educación no era una materia extraña para Imbroda cuando asumió las riendas de la consejería ya que en 2010 fue uno de los fundadores de MEDAC, un instituto oficial de Formación Profesional con sede en Málaga.

En su actividad pública, Javier Imbroda ha sido un político 'atípico' que ha destacado por su capacidad de diálogo y de alcanzar consensos con los agentes de la comunidad educativa. Si bien desde los partidos y sindicatos de izquierdas se consideró que su llegada a la Consejería iba a suponer el desmantelamiento de la enseñanza pública, la realidad de los datos desmiente aquellos recelos iniciales: nunca hasta ahora Andalucía había tenido tantos profesores ni tan elevado presupuesto para Educación.

Su capacidad negociadora ha dejado su impronta y en esta legislatura se han podido desbloquear asuntos pendientes desde hace décadas: se han iniciado las negociaciones para conseguir la equiparación salarial de los docentes andaluces con la media nacional, se negoció y acordó la prejubilación para los profesores de la concertada o se firmó el primer convenio colectivo para los profesores de Religión.

Con el discurrir de la legislatura las mayores críticas le han llegado curiosamente desde sindicatos y organizaciones empresariales de la enseñanza concertada: Imbroda se ha negado hasta ahora a subvencionar el Bachillerato, aunque esta medida estaba en el acuerdo de gobierno PP-Ciudadanos: «tenemos otras prioridades», afirmaba para justificar ese retraso.

Y valiente fue su decisión frente a los intentos de imponer en los colegios el denominado 'pin parental', uno de los grandes objetivos de Vox, que el consejero rechazó de plano. Sin ambigüedades, se puso del lado de los docentes, a los que mostró su «absoluta confianza» y negó tajantemente que en las aulas andaluzas haya adoctrinamiento ideológico. El partido de Abascal respondió retirando su apoyo al gobierno de coalición en algunas de sus iniciativas legislativas.

Otra crítica recurrente a su gestión está relacionada con la eliminación de unidades y la bajada de la ratio en las aulas. Aunque Imbroda siempre ofreció datos positivos en ambas cuestiones. Así, en el curso 2018/19, en la escuela pública la ratio media en el segundo ciclo de Infantil era de 20,66 y ahora está en 19,88. En el caso de Primaria, hace tres cursos, la ratio media era 21,55 y a día de hoy es de 20,71. Respecto a las unidades, en consejero informó en el Parlamento de que Andalucía cuenta en el curso 2021/22 con 101 unidades más, hasta alcanzar el total de 78.687 aulas. 394 más desde el inicio de la legislatura.

Los resultados en política educativa no pueden valorarse a corto plazo: son necesarias décadas para comprobar los frutos de determinadas decisiones. Pero sí hay datos que confirman la apuesta decidida del equipo encabezado por Javier Imbroda por la educación pública. Este curso, Andalucía ha alcanzado la mayor plantilla docente de su historia, 109.000 maestros y profesores (en 2018 eran 101.000). Y esto cuando el número de alumnos no ha dejado de descender, casi 50.000 menos en la legislatura.

La apuesta por la educación pública se ve reflejada en unos presupuestos inéditos, más de 7.400 millones para el último ejercicio. La estabilización de las plantillas docentes ha sido otro de los grandes objetivos de la legislatura, con 12.684 plazas convocadas para funcionarios en estos años.

Los esfuerzos de estos últimos años (y de legislaturas anteriores) están dando sus frutos y los últimos datos sobre abandono escolar en Andalucía reflejan unos resultados inéditos: por primera vez en la serie histórica se ha conseguido bajar del 20 por ciento la tasa de abandono escolar temprano (jóvenes de 18 a 24 años que deja los estudios sin haber conseguido al menos un título de Bachillerato o de FP). Al mismo tiempo, se ha incrementado la tasa de titulados en Secundaria.

La pandemia fue otra difícil prueba para el consejero y tensionó el sistema educativo, con muchos profesores y padres que se oponían a la vuelta a clase en septiembre de 2021. Sin embargo, las medidas y protocolos funcionaron y los refuerzos permitieron que el curso se desarrollara con normalidad. Casi 7.000 docentes se contrataron para el curso 2021/22, y 4.600 en el actual.

Imbroda se puede calificar de político atípico. O de persona de la sociedad civil metido en la política por un compromiso de servicio público. En el diario de sesiones del Parlamento andaluz no constan intervenciones estridentes, salidas de tono o irrespetuosas con los oponentes políticos. Quedan en cambio sus lágrimas emocionadas cuando un parlamentario socialista, Juan Pablo Durán, le deseó desde el escaño fuerza y ánimo al conocer que el cáncer se había reproducido.

Hay también un perfil social menos conocido. Creó la Fundación Javier Imbroda, que atiende diariamente a unos 100 niños en la barriada de la Trinidad, con el deporte como herramienta de inclusión.

Javier Imbroda aseguraba que el deporte le había enseñado a ganar y a perder. Después de muchas victorias, el cáncer le ha vencido en el partido definitivo.