Los dueños de más de cuatro mil inmuebles de la provincia pagarán más IBI por una revisión del Catastro
La mayoría de los expedientes iniciados por Hacienda para ajustar sus registros a la realidad inmobiliaria conllevan un aumento medio del 5% en los valores catastrales
Más de cuatro mil propietarios de inmuebles de la provincia se van a encontrar este año con una subida del IBI sin que su ayuntamiento ... les vaya a aumentar los impuestos. El motivo está en la Dirección General del Catastro, que en 2019 ha tramitado en tierras malagueñas 4.800 expedientes de subsanación de discrepancias que, de forma mayoritaria, se están traduciendo en un incremento medio del 5% en el valor catastral de las viviendas y locales analizados y, por consiguiente, en un aumento idéntico en el recibo de la contribución y en otros tributos que utilizan esta variable para fijar la cuantía como los estatales IRPF y Patrimonio o los autonómicos de Sucesiones y Transmisiones. No así en las plusvalías, ya que este tributo únicamente depende del valor del suelo, no de la construcción.
Este procedimiento se aplica cuando se detectan diferencias entre las descripciones catastrales y la realidad inmobiliaria, pero siempre que su origen no se deba al incumplimiento de la obligación de declarar una alteración física, económica o de titularidad de la propiedad (en estos casos se ejecutaría un proceso de regularización bajo multa de entre 60 y 6.000 euros). Y se puede impulsar a instancia de parte cuando el particular considere que esa disparidad le perjudica o, como ocurre en estos casos, de oficio por la propia Administración durante las revisiones que periódicamente realizan las gerencias territoriales para conciliar su base de datos con la realidad.
El grueso de los procesos afecta a bloques calificados erróneamente cuando se construyeron hace décadas
Aunque desde el organismo estatal dependiente del Ministerio de Hacienda aseguran que estos procedimientos son habituales y continuos y que alteración puede ser al alza, a la baja e incluso nula, fuentes del Catastro y de distintos ayuntamientos consultados por este periódico reconocen que la mayoría están conllevando un aumento moderado de los valores. ¿Cuánto? Evidentemente, dependerá de los metros cuadrados del inmueble, de su antigüedad, del valor de referencia y del impacto del ajuste, aunque el grueso de los expedientes que están en marcha tienen que ver con la tipología del inmueble en bloques de viviendas. Sólo en la capital se han corregido en los últimos meses 596 inmuebles que en su día (algunos se remontan a 1975) fueron inscritos en la categoría de vivienda colectiva en manzana cerrada como si se trataran de conjuntos residenciales con recinto propio y ahora pasan a ser calificados como vivienda en edificación abierta. Un cambio de denominación que conlleva un aumento de 0,05 puntos en el coeficiente que se aplica para establecer el valor catastral de la construcción (no del suelo), tal y como recoge el Real Decreto 1020/1993, que regula las normas técnicas para determinar el valor catastral de los inmuebles de naturaleza urbana según su tipología y uso.
Subsanación de discrepancias
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Qué es. El procedimiento de subsanación de discrepancias es un trámite que inician las Gerencias del Catastro cuando se detectan discrepancias entre las descripciones catastrales de un inmueble y la realidad física, siempre que su origen no sea un incumplimiento de la obligación que tienen los contribuyentes de declarar ante el Catastro cualquier alteración en su propiedad (en estos supuestos de incumplimientos se contemplan sanciones de entre 60 y 6.000 euros.
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Efectos. La actualización de los datos repercute en el valor catastral del inmueble (afecta al de la construcción, no del suelo) y, por consiguiente, en todos los impuestos en los que este valor se utilice para fijar la cuantía tanto municipales (IBI) como estatales estatales (IRPF y sobre el Patrimonio) y autonómicos (Sucesiones y Transmisiones). En ningún caso tendrá carácter retroactivo.
A modo de referencia, los titulares de las viviendas y locales de un conjunto de siete bloques de cinco plantas levantados en Ciudad Jardín en 1975 han recibido sendas notificaciones de la Gerencia Territorial del Catastro en las que se les informa de que su propiedad ha sido objeto de un procedimiento de subsanación de discrepancias que da como resultado una actualización al alza que no afecta al valor catastral del suelo, pero sí eleva en casi mil euros el de la construcción. Una variación que, una vez calculada su repercusión en el IBI (en Málaga capital el tipo de gravamen que se aplica al valor catastral es el 0,451) se traducirá a partir de 2020 en una subida en el recibo de 5 euros.
No es retroactivo
La única parte positiva para el contribuyente afectado es que, a diferencia del plan de regularización catastral que sacó a la luz 89.000 casos de viviendas, ampliaciones o reformas sin declarar, en estos procedimientos no tienen carácter retroactivo, por lo que los ayuntamientos no pueden reclamarles la diferencia no abonada en los últimos cuatro ejercicios fiscales, que son los únicos que no estarían prescritos.
Tras recibir la carta, se abre un plazo de 15 días hábiles para presentar alegaciones antes de que la propuesta se convierta en definitiva y la alteración quede incorporada al Catastro con efectos desde el día siguiente al de la finalización del citado plazo. Aún así, en caso de persistir en la disconformidad, el contribuyente tiene un mes para interponer una reclamación ante el Tribunal Económico-Administrativo Regional.
El plan de regularización ya sacó a la luz 89.000 viviendas y obras sin declarar
El procedimiento de subanación de discrepancias es un recurso habitual de la Dirección General del Catastro para conciliar la información que consta en sus registros con la realidad inmobiliaria, pero nada tiene que ver con el plan de regularización catastral acometido por el órgano estatal entre 2014 y 2018 que hizo aflorar 88.919 inmuebles que no estaban tributando correctamente porque ni sus propietarios ni el ayuntamiento de turno los habían dado de alta, independientemente de si contaban o no con licencia de obras y cédula de habitabilidad.
Fincas en las que se habían levantado viviendas, casas de apero en el campo reconvertidas en chalés, terrazas cerradas para sumar otra habitación o ganarle metros al patio para crear un jardín, una plaza de aparcamiento o una piscina fueron las irregularidades más habituales que se detectaron en estas inspecciones. Un fraude sacado a la luz que ha tenido una más que considerable repercusión económica. A más metros cuadrados mayor es el valor catastral de la propiedad y, por tanto, mayor es la cuantía de los impuestos que se calculan con esta variable.
Sólo en el IBI, los dueños de estas construcciones regularizadas se encontraron con una subida media de 150 euros, a los que hay que sumar otros 600 euros reclamados en concepto de atrasos de los últimos cuatro ejercicios fiscales (más allá se consideran prescritos). En su conjunto, el plan de regularización catastral ha permitido a los 103 municipios de la provincia recaudar más de 65 millones de euros.
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