El drama de la sequía para la agricultura en Málaga: la facturación cae a niveles de hace diez años
El 2023 deja la peor cosecha de la aceituna del siglo y los cultivos de subtropicales se desploman por la falta de agua
La sequía que azota a Málaga ha dejado una estela de daños que está poniendo en riesgo a la actividad agrícola. Lo pone de relieve ... el balance del año agrario de la provincia, cargado de datos y cifras que describen una realidad tan dura como preocupante. La agricultura malagueña ha facturado 651,04 millones de euros en 2023. Una cifra que catapulta al sector a niveles de hace diez años. En 2022, un año calificado como «tremendamente malo», la facturación fue de 701,55 millones de euros.
En la sede de Asaja, donde se presenta este balance, imperaban las caras largas. Los adjetivos empleados por parte de los responsables de la asociación para describir la situación que vive el campo malagueño pasaban de «dramático» a «catastrófico». Sin resquicios para el optimismo, el presidente de Asaja, Baldomero Bellido, iba repasando lo que ha sido el año para cada actividad. La agricultura alcanzó en 2023 una facturación de 508,09 millones de euros mientras que la ganadería llegó a los 142,95 millones.
El sector olivarero sigue siendo el más importante para la provincia en términos económicos. También es el cultivo mayoritario con más de 135.000 hectáreas. El 90% de los beneficiarios de ayudas de la PAC tienen olivos. La producción de aceite de oliva en 2023 ha sido de 30.316 toneladas, la más baja del siglo. Para encontrar en la serie histórica una cifra similar, hay que retrotraerse al 2003. La aceituna de mesa también muestra un claro descenso, pasando de 63.224 toneladas en 2022 a 50.526 toneladas.
El segundo pilar de la agricultura malagueña, junto al sector olivarero, es el sector de los subtropicales. Para el aguacate y el mango, este 2023 ha sido una película de terror, con caídas de la producción para el aguacate del 30% y del 48,57% en el caso del mango. Benajamín Faulí, el responsable para los cultivos subtropicales en Asaja, aseguró que la sequía ya se ha llevado por delante a muchas plantaciones. «Si no llueve, en un futuro van a ser muchas más», puntualizó.
No hay cultivo que no se haya visto afectado de manera negativa por la sequía. Los cítricos malagueños, concentrados fundamentalmente en el Valle del Guadalhorce, han vivido un descalabro. El limón es el gran perjudicado. La facturación ha caído hasta los 14,8 millones de euros. En en 2022, ésta ya había caído en un 33%. La naranja ha dejado una facturación de 14,40 millones de euros. Faulí habló de una «ruina total» para los cítricos malagueños.
El almendro también ha vuelto a bajar su facturación hasta situarse en los 3,59 millones de euros, un 14% menos que la pasada campaña, en la que ya se acumulaba una fuerte bajada. La castaña ha entrado en barrena, con una producción que apenas ha llegado a las 400 toneladas. El año pasado, por comparar, la misma fue de 1.500 toneladas. En Asaja barajan incluso la desaparición de facto de este cultivo en un corto plazo si no se invierte la situación de sequía.
Ganadería
La actividad ganadera deja un balance «engañoso». Aunque la facturación ha subido, la rentabilidad del sector ha bajado por el incremento de los costes de producción. El consumidor paga más por el producto en el lineal del supermercado, pero los balances de los agricultores están marcados en rojo. El porcino blanco deja una facturación de 56,29 millones de euros, una subida del 3,78% con respecto a 2022. El cerdo ibérico también aumenta en un 4,70%, con una facturación de 1,78 millones de euros.
En ganado caprino, el año deja un descenso de ganado que Asaja ha cifrado en 5.434 cabezas. Unidas a las 10.261 cabezas del año pasado, se han perdido en dos años el 9,5% de la población. La facturación procedente de la leche de cabra ha subido hasta los 49.6 millones de euros frente a los 39,12 del 2022.
Un ascenso importante que no se produce en base a la cantidad sino por la subida del precio de la leche. Este hecho se topa, sin embargo, con un aumento en los costes de producción. Según Asaja, «inasumible». Hasta el punto de que, según Bellido, la frase más pronunciada por muchos ganaderos para justificar la reducción de cabezas de ganado es la siguiente: «O comen las cabras o como yo».
El vacuno de carne se sitúa en 5.314 cabezas, con una facturación de 6,20 millones de euros. La avicultura ha experimentado una subida de precio en carne de ave y un descenso en el de los huevos. La facturación total en la avicultura ha sido de 12,93 millones de euros.
«Seguimos con los mismos problemas que en la campaña anterior, en la que la ausencia de lluvias y la falta de infraestructuras para almacenar la poca reserva que tenemos, siguen siendo dos de los obstáculos para los agricultores y ganaderos», resumió Bellido. Preguntado por las consecuencias que tendría para el campo malagueño un 2024 con precipitaciones similares a las de este 2023, fue tan impreciso como claro a la vez. «Ni me lo quiero imaginar», respondió.
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