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Miles de turistas han llegado a la capital para pasar el puente de mayo. salvador salas
REPASO SEMANAL

El 'boinismo' frente a la globalización turística

Javier Recio

Málaga

Domingo, 30 de abril 2023, 02:00

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El 'boinismo' está ganando adeptos en Málaga, pues cada vez hay más representantes políticos y ciudadanos particulares que ven con recelo a los turistas, a ... los que no saben dónde ponerlos, porque en todos los lados estorban. Qué pena que esta turismofobia incipiente pueda dañar el éxito de la ciudad, que está marcando récords mes a mes en este ámbito, lo cual redunda en el empleo. Que no se olvide este pequeño detalle. Los datos de la EPA así lo corroboran, pues se ha roto la maldición del primer trimestre del año, cuando la provincia siempre perdía empleo. Se está consiguiendo por tanto romper la estacionalidad y buena culpa de ello la tiene la capital, que se ha convertido en un imán turístico durante los doce meses del año. Hay quien dice que el Centro se ha convertido en un parque temático y la verdad es que no sé a qué se refieren cuando lanzan este eslogan. ¿Acaso Málaga no es una ciudad reconocible por sus monumentos y sus singularidades arquitectónicas? ¿Acaso Málaga no tiene una oferta de restauración propia de la ciudad o hay quien piense que todos son franquicias? ¿Acaso el centro de Málaga no recibe la visita de miles de malagueños a diario? Los turismófobos se quejan de que hay mucho guiri que prácticamente no les dejan pasear por culpa de las demonizadas terrazas, a las que seguramente, y están en su derecho, van después a tomarse unas cervezas. Estaría bien observar con una mirilla donde van estos déspotas ilustrados del turismo (ya saben, todo por el turismo pero sin turistas) cuando viajan a ciudades como París, Londres, Venecia o Lisboa. Seguramente irán al centro de estas urbes, a dar por saco por no decir otra cosa (ellos entienden el turismo así) a los habitantes de estas capitales, y posiblemente se alojarán en las 'malditas' viviendas turísticas, debido a que son bastante más baratas que los hoteles. Ya saben, consejos vendo que para mí no tengo. A muchos políticos y a los rajadores oficiales se les llena la boca diciendo que hay que conseguir un turismo sostenible. O sea, una generalidad que no indica nada, pues no concretan cuál es su modelo. Se deduce que esta frase encierra que haya menos turistas, pero no se atreven a decirlo abiertamente porque saben que generaría mucho malestar en la mayoría de los malagueños, porque si hay menos turismo hace falta menos gente trabajando en el sector. ¿Y cómo se consigue esto? Hay una vía clara, que no es otra que la subida de precios. Así se consigue eliminar a esas personas de clase media que no pueden costearse las cervezas a diez euros, por poner un ejemplo. A esto hay que añadir que los propios malagueños se verían afectados por esta medida, pues lógicamente no se puede poner un precio para guiris y otro para los malaguitas. Estaría feo y además sería manifiestamente ilegal. Málaga ha tomado un camino a raíz de su plan estratégico que ha dado muy buenos resultados. Y eso es lo que está en juego en estos momentos. Es respetable que haya gente que no quiera hacer honor a uno de los lemas del escudo de la capital, el que reza que es una ciudad muy hospitalaria, pero es muy peligroso caer en las trampas de ese discurso, pues supone tirar por la ventana décadas de trabajo de Málaga para convertirse en una capital turística. Hay quien tiene añoranza de ese centro decadente con calles vacías (no hay nada más triste que eso) y que gracias a la rehabilitación de cientos de viviendas que estaban abandonadas para dedicarlas a la vivienda turística ha cambiado de aspecto. El casco antiguo tiene ahora otro cariz gracias a eso y da gusto pasear por Málaga viendo esos edificios bien mantenidos. No hay que olvidar tampoco que esos propietarios pagan después a Hacienda por las rentas que han recibido porque libremente han decidido dedicarlas a este menester, más que nada porque en este país todavía hay libertad para hacer lo que a uno le venga en gana con su propiedad siempre que no contravenga ninguna ley. O sea, que dejan pasta en las arcas de Hacienda. Por cierto, con ese dinero se pueden hacer unas cuantas VPO... Es cierto que la llegada masiva de turistas provoca gastos al municipio como por ejemplo la limpieza o el depósito mayor de basuras o el mantenimiento patrimonial, por lo que habría que plantearse que los visitantes paguen una tasa turística simbólica por ejemplo de un euro, que no supone casi nada para ellos (nadie deja de ir a un destino por pagar un euro al día), y puede suponer un ingreso extra bastante importante para las arcas de los distintos ayuntamientos. Esa debe ser la dirección como ocurre en todas las grandes ciudades turísticas del mundo, donde quiere y debe estar Málaga. Sustraerse a este movimiento global sería calarse la boina hasta el unicejo...

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