Arun Mansukhani: «El amor a largo plazo hay que currárselo»

Las conexiones humanas, en general, son complejas. Ofrecen bienestar, pero también pueden generar sufrimiento. Están marcadas, en parte, por el afán de vivir en pareja. Además, las relaciones están jalonadas por un trasfondo evolutivo. La naturaleza quiere que las personas procreen para salvaguardar la supervivencia de la especie.

En el día a día, las relaciones se traducen muchas veces en dolores de cabeza más mundanos. De todo esto se habló este jueves en la escuela de familia de SUR, que cuenta con el apoyo de la Fundación Unicaja. Para el encuentro, el psicólogo y sexólogo Arun Mansukhani, uno de los mayores expertos sobre la materia a nivel nacional.

Bajo el titulo de 'El arte de mantener relaciones sanas' ofreció una conferencia que estuvo moderada por la redactora jefa de SUR, Ana Pérez-Bryan, y que contó también con la presencia del responsable de Educación y Educación Financiera de la Fundación Unicaja, Gerardo Lerones, en el Salón de Actos Unicaja de la Acera de la Marina.

Los primeros compases de la conferencia giraron en torno al porqué de las relaciones y a cómo surgen. De entrada, Mansukhani dejó una cosa clara: «No podemos decir que las relaciones monógamas son lo natural». El contexto cultural marca, como tantas veces, el terreno de juego. Las razones que nos llevan a entrar en relaciones, en todo caso, tienen como base, según el experto, la dependencia que tiene el ser humano para interactuar de manera social. «Porque somos una especie social es importante entender que nosotros tenemos esa necesidad», aseguró.

Esto requiere de una gestión y por el camino, en muchas ocasiones, aparecen las crisis vitales y se da lugar a las relaciones tóxicas. «Hay más relaciones tóxicas que relaciones que no lo son», dijo Mansukhani. Eso no significa que no se puedan construir relaciones sanas. No bastará con la pasión inicial ni el fuego del momento.

Para relaciones sanas y duraderos en el tiempo requieren de trabajo. En este punto, Mansukhani insistió en hablar de pasar del «amor pasión» al «amor acción» e invitó a desmentir los tópicos que «vende el amor romántico». «El amor romántico hay que tirarlo», pidió.

La fase del enamoramiento, precisó el experto, tiene una fecha de caducidad de dos o tres años. «Es un tiempo en el que todo funciona solo, las hormonas trabajan por nosotros y tendemos a esconder nuestros fallos y a resaltar nuestras virtudes. Cuando el enamoramiento cae, se produce la sensación de decepción. A partir de aquí, para tener una relación, te lo vas a tener que currar», explicó el psicólogo.

A partir de aquí, las relaciones no van a ser siempre altos, pero deben discurrir, por lo general, en una estructura más o menos horizontal. Las relaciones verticales daría lugar a desequilibrios y abusos de poder. Además, Manuskhani también dejó claro que «no existe una relación sin conflicto». «Lo que tenemos que intentar es que el conflicto no sea destructivo», resaltó.

Cada generación está programada de una manera determinada. Algo que influye en las relaciones que se mantienen con los hijos. La relación padres-hijos también fue abordada. Mansuhkani invitó a un proceso de reflexión para acercar posturas, aunque sin olvidar que en este caso, sí está justificada una relación vertical.

«Los padres no deben ser los amigos de sus hijos», aseguró. Pero, a partir de aquí, la digitalización y las nuevas formas de entender las parejas han cambiado. Para evitar frustraciones, el experto invitó a que «los viejunos cambiemos de chip».

Después de un turno de preguntas y respuestas, ante un nutrido auditorio, Mansukhani despidió el encuentro con una reflexión final que sirvió, además, para quitar presión para aquellas personas que no están satisfechas con la situación actual en la que se encuentran. «Todos intentamos hacer lo mejor que podemos», expresó y sentenció que, a pesar de los moldes que marca la sociedad, es preferible estar sin pareja que estar en una relación que genera infelicidad.