Ángel García Vidal: «Dentro de unos años Málaga no se entenderá sin el metro»
El director técnico del rescate del pequeño Julen es reelegido representante en Málaga del Colegio de Ingenieros de Caminos
Ángel García Vidal pasó del anonimato a la fama de la noche a la mañana, tras convertirse en el director técnico de los trabajos de ... rescate del pequeño Julen en Totalán, y acaba de ser reelegido para un tercer mandato como representante del Colegio de Ingenieros de Caminos en Málaga. En las siguientes líneas repasa las necesidades de infraestructuras en la provincia, y el poso que le ha dejado aquel suceso.
-Estamos saliendo de la crisis del coronavirus, ¿Cómo ha afectado a la profesión?
-La pandemia ha tenido un efecto muy negativo en algunos sectores pero no en el nuestro, ha sido como un resurgimiento, por varios motivos, y el principal es que la ciudadanía ha visualizado que las infraestructuras han seguido funcionando. La energía, los transportes, los abastecimientos de las ciudades... Esas infraestructuras críticas para el bienestar de las personas han funcionado. Además, este sector está sirviendo de palanca y motor para el desarrollo de otros. Esta crisis no la hemos pagado nosotros. Ahora, nos encontramos con el problema de una falta de mano de obra especializada brutal, de personas que en su momento salieron del sector de la construcción y con pocas ganas de volver. Además, hay un resurgimiento en las escuelas de ingeniería, porque durante años hubo falta de vocaciones en favor de otras carreras más tecnológicas.
«Nos encontramos con el problema de una falta de mano de obra especializada brutal»
- ¿Qué infraestructuras faltan en Málaga?
- Se han hecho muchos avances pero no es cierto el discurso de que en Málaga ya está todo hecho. Respondía a que durante algunos años se hicieron muchas obras emblemáticas, como la ampliación del Aeropuerto, la Hiperronda, Muelle Uno y el Palmeral, que se concentraron en un decenio maravilloso. Pero ni mucho menos está todo hecho. Una de las graves carencias de la provincia es la solución definitiva de nuestro sistema de abastecimiento y saneamiento. Nos hemos salvado por la campana, con un decreto de sequía que establecía restricciones, y con unas lluvias muy tardías, pero el problema sigue ahí.
- En el problema del agua se habla de soluciones de derechas y de izquierdas. ¿Cómo se soluciona realmente la sequía en Málaga?
- En primer lugar hay que desmontar que la ingeniería sea de derechas o de izquierdas, es una herramienta para favorecer el bienestar de las personas y los territorios, y eso no quita que haya una política de infraestructuras, por supuesto. Ni las desaladoras ni los trasvases son de derechas o de izquierdas, sino soluciones técnicas que en un sitio pueden funcionar y en otro no, y todas basadas en la técnica y en la economía de costes de los recursos públicos. Lo que está claro es que falta inversión para el ciclo integral del agua. En la Costa del Sol Occidental tenemos una capacidad de almacenaje pequeña en La Concepción, que son 60 hectómetros cúbicos y puede abastecer un año. Si llega más agua tiene que evacuar y es un desperdicio enorme. De ahí la necesidad de la ampliación, para que llegue hasta 150-160 Hm3, para que llegue a tres años de reservas. A eso hay que añadir otras soluciones, como la de interconectar los subsistemas dentro de la provincia. Hay que transportar el agua, y en cuanto haya excedentes, tener capacidad de llevarla a donde no hay.
«Este año nos hemos salvado por la campana, frente a la sequía la clave es que los subsistemas estén perfectamente conectados»
- La peor situación está en la Axarquía.
- En la Axarquía hay una demanda creciente por los cultivos, pero no podemos demonizarlos, son una fuente de riqueza alternativa al turismo, el sol y la playa, y se ha visto claro estos meses de atrás, cuando no podían venir los turistas. Necesitamos alternativas, y el subtropical lo es, aunque necesita el agua. Tenemos una fuente de almacenaje importante en La Viñuela, pero se constata que allí llueve bastante menos, independientemente de que se crea en el cambio climático, que yo me lo creo. Pero depender exclusivamente de que llueva y el embalse se llene no puede ser. Tenemos una cuenca excedentaria en el Campo de Gibraltar, y hace falta esa conexión. Es verdad que ha habido avances, pero no suficientes.
«Son una fuente de riqueza alternativa al turismo, no podemos demonizarlos, aunque necesitan el agua»
- El Ayuntamiento de Vélez impulsa una desaladora.
- Puede ser otro elemento más que aporte agua. La de Marbella funciona pero necesita una ampliación, tiene capacidad para duplicar. También hubo un intento de construir una en Mijas, que llegó a estar con el proyecto redactado y adjudicada. Las desaladoras son un complemento, pero no se puede basar todo en la desalación, es un mix con los pantanos.
Transporte
- En el ámbito del transporte, Renfe mantiene todavía un recorte de frecuencias en el AVE de Málaga a Madrid, ¿cómo lo valora?
- No se entiende que una ciudad como Málaga pierda frecuencias de trenes. En la pandemia tuvo una justificación lógica, pero las estadísticas ya son tan aplastantes como para volver a la situación anterior, o más. No paramos de recibir indicadores de que todo el mundo quiere venir a Málaga, hacer negocios aquí, y la gente de Málaga también va a Madrid a trabajar, de una manera tan normal, después de ese esfuerzo en traer la alta velocidad. No se entiende, y por pura lógica empresarial de Renfe lo tendrá que revertir, esta situación es inadmisible.
«No se entiende que una ciudad como Málaga pierda frecuencias de trenes, esta situación es inadmisible»
- ¿Veremos alguna vez trenes en Marbella?
- Ojalá, pero ni está ni se le espera. Ahora con los fondos Next Generation parecía que había una posibilidad, y desde el Colegio preparamos documentación y propuestas como proyecto estratégico. El tren de la Costa del Sol lo cumplía con todo, en el aspecto de movilidad, de vertebración del territorio, de ahorro y de energías limpias. Esa infraestructura tiene todo el sentido del mundo.
- ¿Se ha perdido una oportunidad histórica con los fondos Next?
- Quizás... Pero para que pudiera entrar en estos fondos tenía que estar completamente proyectada, lista, consensuada, y no estamos ni siquiera en esa fase. No se entiende que sea una simple prolongación del tren de Fuengirola, que ya va agotado, y con el 40% de su trazado en vía única, no puede tardar a Marbella una hora y media, porque nadie lo usaría. Como mucho tiene que tardar lo mismo que en coche, que son 40 minutos. Con lo cual necesita un trazado completamente nuevo e independiente. Que el Cercanías siga cumpliendo su función, que es una de las pocas líneas con superávit, y que puede seguir operando de forma independiente de esta nueva, que debería tener pocas paradas. Eso necesita una enorme inversión, porque la opción de llevarlo por arriba, paralelo a la autopista, no es la más sensata, porque va alejado de los núcleos de la población, cuando una de las características del ferrocarril es que te deja en el centro de las ciudades. Hay que llevarlo por donde está la población, con lo cual gran parte del trazado tiene que ir subterráneo...
- Y eso lo encarece mucho.
- Lo encarece mucho, pero también podría servir para hacer una operación urbanística a gran escala, llevarlo bajo la N-340 y convertirla en un enorme bulevar, a la vez que a la autopista de peaje se le añaden más entradas y salidas, y lo ideal es que dejara de ser de peaje. Es una operación de las que transforman el territorio, en favor del transporte público, que es hacia lo que va todo el mundo.
«Hay que llevarlo bajo la N-340 con un trazado nuevo y aprovechar para convertirla en un enorme bulevar, es una operación de las que transforman el territorio»
- Nos decían que Málaga no necesitaba el metro, y ahora con el precio de los combustibles la opinión cambia...
- Dentro de unos años esta ciudad no se entenderá sin el metro. Es un proyecto que tiene luces y sombras, que todavía tiene un largo y prometedor recorrido para obtener todo el cariño de la ciudad, y el Colegio el pasado noviembre le hizo un homenaje a las empresas y profesionales que han trabajado en él. Cuando uno interviene en este tipo de obras, produce desazón cuando no ve que la población visibilice su beneficio. El metro es un proyecto espectacular y dentro de unos años se verá muchísimo más, pero tiene esa espinita, por los parones, desajustes, cambios políticos y de criterio y el encarecimiento. Pero va a ser una transformación de la ciudad, y cuando la EMT y el metro se pongan de acuerdo y se unan en un sistema global y complementario, será la bomba. Y más cuando se una con el entorno del nuevo hospital junto al Civil y el Materno, y seguirá creciendo hacia núcleos muy potentes, hasta crear una malla con mejores interconexiones y tiempos de viaje, pero ya tiene unos niveles de calidad y de satisfacción del usuario altísimos. El problema es que todavía hay miles de malagueños que no han bajado nunca al metro... ¡Y es casi como ir a Disney! Hay que ir para enseñárselo a nuestros hijos.
- Termino, sobre el Colegio de Ingenieros de Caminos, ¿qué objetivos se fija para este mandato en Málaga?
- Queremos seguir siendo una voz colaborativa y hacer crítica constructiva con las administraciones ante el desarrollo de las infraestructuras en Málaga. También, defender nuestra profesión frente al intrusismo, y volver a tener una sede física, que con la crisis se perdió. Queremos hacer ver a los ciudadanos todos los beneficios que tiene la ingeniería civil en su vida cotidiana. Aquí estamos los ingenieros para hacer una Málaga de la que estemos orgullosos los que vivimos y los que vienen.
«El caso de Julen sirvió para mostrar que el fin de la ingeniería es mejorar la vida de las personas»
- Con el tiempo que ha pasado, ¿qué poso le ha quedado del caso de Julen?
- Fue una experiencia increíble, desde el punto de vista técnico y mucho más del humano. Fue la constatación de que el fin de la ingeniería es mejorar la vida de las personas, y si como en este caso era para intentar salvar a un niño, pues ya ni le cuento. Lo que conseguimos fue recuperarlo y llevárselo a sus padres, que no es poco. También sirvió para descubrir el valor de la ingeniería ante las emergencias y las catástrofes naturales, como inundaciones y erupciones volcánicas, donde tiene que meterse de lleno. Es lo que he calificado como la ingeniería humanitaria, que no es más que aprovechar las técnicas y los recursos para situaciones de emergencia. Recalco que en absoluto ninguno de nosotros hubiese querido que eso sucediera nunca, pero con este acontecimiento se pudo visualizar el provecho social de la ingeniería civil, con una trascendencia brutal en todo el mundo. Los ingenieros de caminos y muchos más profesionales estábamos allí para cumplir con nuestra obligación, que era ir a ayudar a una familia y a un niño.
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