Un agente de la Guardia Civil revisa alguna de las armas que permanecen en el depósito de la Comandancia de Málaga.

La Guardia Civil permite a un centenar de malagueños ir armados por su seguridad

Son licencias especiales que otorga la Benemérita a personas que están amenazadas o que se encuentran en situaciones de riesgo

Alvaro Frías

Lunes, 5 de junio 2017, 00:56

Su día a día es diferente al del resto. Nunca está de más estar atento por si hay un coche que te sigue o cambiar ... de ruta y de horario cada vez que se acude a trabajar. Son comportamientos que forman parte de la rutina de muchas personas que se encuentran en una situación de riesgo para su integridad física. Las medidas de protección son muchas, pero una de ellas es el permiso especial que ofrece la Guardia Civil para que un ciudadano pueda portar un arma corta una pistola o un revólver con el objetivo de protegerse. En la provincia de Málaga hay un centenar de casos.

Así lo asegura el teniente Antonio Martínez García, jefe de la Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia malagueña. Esta unidad, después de que se emitiera una ley orgánica en el año 1986 que otorgaba la competencia exclusiva del control de estos armamentos a la Benemérita, es la que se hace cargo de que se cumpla con la legislación vigente. Tanto a nivel administrativo, como a pie de calle, realizando inspecciones en los enclaves que venden pirotecnia o, por ejemplo, fiestas populares en las que se usen este tipo de utensilios.

Los explosivos que se mueven en la provincia, bajo el control de la Benemérita

Entre las competencias que tienen los agentes de la Guardia Civil también está la del control de los explosivos. Se trata de una labor exhaustiva que realizan los efectivos de la Benemérita, debido a la peligrosidad del material en cuestión. La unidad que se encarga de ello, como su propio nombre indica es la de Intervención de Armas y Explosivos.
Su responsable en Málaga, Antonio Martínez García, explica que se realiza un importante control administrativo de los explosivos «Todos llevan un número y unas letras que permiten realizar una trazabilidad del producto. Asimismo, las cantidades que se mueven están cerradas y se controla el peso de las mismas».
Pese a que no se observan en el día a día de una ciudad, el guardia civil explica que este material se utiliza sobre todo en canteras y para la construcción de carreteras. Pese a que en los años de crisis el movimiento de explosivos ha descendido, Martínez García precisa que en una voladura media se suelen emplear unos 2.000 kilos de estas sustancias.
El transporte de estos materiales también está controlado. El responsable de la unidad en la Comandancia de Málaga afirma que, si la empresa no tiene permiso para almacenamiento, se vigila que los explosivos se detonen en el mismo día que llegan. Si no, también hay polvorines en los que se depositan a la espera de ser explosionados.
Especial atención se presta a los detonadores. «Son pequeñas cápsulas metalizas que son necesarias para provocar la detonación de los explosivos, sin ellos no hay forma, ya que son muy estables», expone el guardia civil.
Por ello, estos elementos están muy vigilados por los agentes, ya que pueden ser objeto de sustracciones por parte de personas que tengan intención de provocar un atentado.

Precisamente, es a través de los agentes de esta unidad como se tiene que solicitar la denominada licencia de tipo B, que es la que permite a un ciudadano llevar un arma corta. Martínez García explica que es el director general de la Guardia Civil el cargo encargado de concederla y que ésta tiene una vigencia de tres años.

Para obtenerla hay muchos requisitos, como acreditar ciertas aptitudes psicofísicas o demostrar que no se tienen antecedentes penales. Sin embargo, el más importante es que hay que demostrar que se está en una situación de «especial riesgo».

Por ello, las personas que solicitan estas licencias, en muchos casos, se encuentran amenazadas. «Estamos hablando por ejemplo de jueces o fiscales que se enfrentan a juicios en los que hay organizaciones criminales detrás», explica el teniente, quien precisa que también hay casos de empresarios que mueven importantes sumas de dinero.

Sin embargo, las licencias de tipo B son muy restringidas y las armas de fuego que hay actualmente en Málaga por este motivo representan una parte diminuta del total, ya que no suponen ni el uno por ciento. Y es que en la provincia hay 85.900 armas de fuego en manos de ciudadanos, según los datos de la propia Benemérita.

Las escopetas

Las escopetas son sin lugar a dudas el arma que más hay en las casas de la provincia. El responsable de la Guardia Civil señala que hay unas 77.000 armas de este tipo y unas 32.000 licencias una persona puede tener más de una unidad, una cifra «bastante elevada en comparación con otras provincias, debido a la alta población de Málaga y a que es una zona en la que hay una gran afición cinegética».

Intervención de Armas también tiene registrados unos 7.000 rifles en la provincia, mientras que hay unas 9.000 licencias en este caso. Martínez García señala que para obtener estos permisos tipo D para rifles y E para escopetas son los que más se solicitan y, a su vez los que más se conceden los ciudadanos interesados deben superar un examen teórico y práctico, así como presentar los respectivos certificados de carecer de antecedentes penales o acreditar ser aficionado a la práctica de actividades cinegéticas, entre otros aspectos.

Por otro lado, están las armas que se emplean para el tiro deportivo, para lo que hay actualmente un millar de licencias concedidas ahora mismo en la provincia de Málaga. Esto supone otras 1.800 armas más.

Finalmente, el guardia civil recuerda que hay otros permisos especiales para armas como, por ejemplo, las de aire comprimido. «Éstos los conceden los alcaldes de los municipios y supone una infracción administrativa emplearlas fuera de las zonas acotadas», recuerda.

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