Victoria y José, los padres del pequeño Julen, se dan el 'sí quiero'

Los padres de Julen quieren pasar página tras todo el periplo judicial. Vicky y José insisten en que están «ilusionados» con tener otro niño y encontrar la felicidad, sin que nunca más «les pase algo parecido» a lo que han vivido con Julen y con Óliver, su otro pequeño que también falleció. Por eso escriben un nuevo capítulo en su vida: este viernes 7 de febrero contraían matrimonio en la Ciudad de la Justicia de Málaga.

Pese a la alegría, tal y como manifestaron el día en el que se cumplió un año de que el pequeñoperdiera la vida en un pozo de Totalán, «el dolor por Julen de ayer es el mismo que el de hoy y que el de mañana». Victoria y José se refugian en su casa de El Palo, un modesto piso que se encuentra situado frente a un antiguo acuartelamiento de la Guardia Civil. Las fotos y los recuerdos inundan la casa, que se ha convertido en una especie de santuario del niño que perdió la vida hace un año en Totalán tras caer por un pozo de más de 100 metros de profundidad. Ahora, ellos están más juntos, más unidos, un poco más felices. Vicky, como todo el mundo la conoce, confiesa que, de cualquier modo, cada noche antes de dormir pide soñar con sus hijos.

Vicky ha lucido en su boda sus ya icónicas pulseras roja y blanca, de la Virgen del Carmen, que lleva en su muñeca: «Eran de Julen, las tenía puestas aquel día. Le pedimos a nuestra abogada el favor y ella nos las trajo». Son recuerdos de sus hijos, a los que llevan hasta grabados en la piel. La tinta dibuja sus brazos, sus piernas, con los nombres de los pequeños, balones de fútbol y hasta de Maui. José Roselló cuenta que a Julen le encantaba este personaje de dibujos animados de la película 'Vaiana' de Disney.

«Está siendo muy duro, es la primera vez que hemos pasado las navidades solos, sin ninguno de nuestros hijos», decían tras pasar las fiestas. El padre ha trabajado en los puestos del Paseo del Parque con motivo de las fiestas. Vicky y José aseguran que este año han intentado «no pensar demasiado». Lo ocurrido, coinciden, es algo que siempre van a llevar dentro, pero luchan para «seguir hacia delante, ya que insisten en que a Julen y Óliver no les gustaría» verles «derrotados». Ambos siguen muy presentes en el día a día de sus padres. «Algunos son muy duros, en los que no quieres ni levantarte de la cama», pero, pese a todo, Vicky no falla nunca a su cita diaria con ellos en el cementerio. José es incapaz de acompañarla.