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Llegar a una ciudad de viaje y que uno de los días, o incluso el de llegada, se vaya la luz por completo. Ni comunicación a través de móviles, ni restaurantes, ni visitas a ningún lugar. Lo peor, la imposibilidad de mirar códigos de reserva o buscar la dirección para llegar a su hotel o apartamento. Tampoco fue nada fácil para los que tenían que volver a otro país o gestionar los cambios de vuelo y avión.
En el día después del apagón hablan los que están de viaje en Málaga: desde los huéspedes hasta los directores de hoteles. Desde los que no podían contactar con sus familias para avisarles desde que estaban bien hasta los que tuvieron que salir en busca de gasoil para los generadores o coger linternas para atravesar las calles de la ciudad.
Alma Tindall Turista mexicana
La turista mexicana Alma Tindall se toma con filosofía lo que pasó el día del apagón en Málaga. Con una sonrisa, justo al salir del hotel AC Málaga Palacio, confesaba a SUR cómo había vivido esas horas de incertidumbre. Llegó el pasado viernes desde San Diego (Estados Unidos) junto a su marido y se quedó «maravillada» por cómo se gestionó la situación: «Me quedé sorprendida con la calma de la gente; nadie se agitó ni se puso mal, todos fueron muy amables». A la hora del apagón estaba en la calle y sobre las seis de la tarde volvieron al hotel, ya algo inquietos por la situación. «Me dio un poco de miedo cuando no se sabía la hora de recuperación de la luz o si incluso iban a ser varios días. Pero en el hotel nos equiparon con luz en la habitación para que no estuviéramos a oscuras y pudimos comer y tener muy buen servicio dentro de la situación que estábamos viviendo», relató su historia la mexicana Alma Tindall.
Jorge González Director hotel AC Málaga Palacio
En el hotel AC Málaga Palacio no había ni una habitación libre el día del apagón. Lleno con unas 350 personas en su interior y aún así, con huéspedes que no pudieron llegar a tiempo por cancelaciones de vuelos y trenes. «Me dio pena porque no teníamos habitaciones libres y durante la noche llegaba mucha gente para ver si podíamos reservarle una habitación, ya que el código del apartamento que tenían reservado no les había llegado por los fallos de conexión», contaba ayer el director del hotel, Jorge González.
En el hotel Larios se encontraron a una señora que no dejaba de llorar para conseguir una habitación, ya que llevaba horas rodeando el centro a oscuras con las maletas y estaba desesperada: «Estaban todas las habitaciones llenas, pero aún así le conseguimos una. «Es que había muchísima gente que no conocía la ciudad y que estaba dando vueltas por todo el Centro sin luz para conseguir un lugar donde alojarse. Teníamos que intentar ayudar como pudiésemos», confesó Jorge González.
Entre las anécdotas que recuerda, además de buscar gasolineras para recoger gasoil para los generadores y grupos electrógenos, la de hacer las facturas a mano: «¡Pues como se hacían hace 40 años y no pasaba nada! En situaciones como estas hay que ser humanos y confiar en la gente».
Luis Javier Rueda Viaje por trabajo
La incertidumbre de miles de personas fue inevitable. El empresario Luis Javier Rueda, el día después del apagón aún la vivía. Había llegado a Málaga justo el lunes por motivos de trabajo, es parte del equipo directivo del grupo madrileño La Máquina, restaurante recién instalado en calle Molina Lario, y tenía varias reuniones pendientes.
Pero ayer martes a media mañana no tenía aún claro cómo volver a Madrid: «Los vuelos aparecían y desaparecían de la web, así que decidí reservar habitación para esta noche por si acaso. Parece que puede que consiga un vuelo para primera hora de la tarde, pero con esta situación no sé sabe lo que podrá pasar», explicaba el empresario a SUR en un día frenético de reuniones.
También detalló cómo sobrevivieron al apagón en el restaurante La Máquina: «Por la mañana estuvimos con normalidad hasta el momento del apagón, luego ya nos fuimos adaptando a la situación, pero no teníamos cocina, así que a las ocho de la tarde decidimos cerrar. Ya hoy, por suerte, hemos podido recuperar la normalidad y atender a nuestros clientes», aseguró.
Javier Guzmán Director hotel Soho Boutique Equitativa
Justo estaban de reunión cuando ocurrió el apagón. Javier Guzmán, al frente del hotel Soho Boutique Equitativa, compartía con SUR el día después del corte total de electricidad cómo habían hecho frente. «Aquí disponemos de generadores y gracias a ellos teníamos iluminación en las zonas comunes del hotel y un ascensor disponible.
Aún así, muchos de los huéspedes no se quisieron arriesgar y subían por las escaleras», detallaba ayer el director. En los ordenadores, para hacer el checkin y todas las gestiones, disponían de «tres horas de batería», según informó el mismo Javier Guzmán. «Tuvimos que tirar de papel, aunque estuvimos prevenidos y dejamos impreso lo que necesitábamos más urgente».
En una de las gestiones con los apartamentos Soho que también dirige, se encontró con una chica perdida en la oscuridad del Centro: «Estaba buscando el autobús para el aeropuerto. La acompañé porque estaba todo sin luz y la dejé en la parada del Paseo del Parque, que estaba iluminada y con gente. Podrían haber pasado muchas desgracias», lamentó el director del Soho Boutique Equitativa.
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