José Seguí: «Nos enamoramos de la Torre del Puerto, pero nos querían relegar a firmar documentos administrativos»
El estudio malagueño anuncia acciones legales para reclamar sus honorarios a los promotores, después de ocho años de trabajo en el proyecto
Era la pregunta que sobrevolaba en el ambiente tras el anuncio del Estudio Seguí, esta misma semana, de que no seguirá implicado en la Torre ... del Puerto de Málaga. Un proyecto del que, paradójicamente, ha sido el ideólogo y su mayor defensor a lo largo de ocho años. ¿Y por qué no continúa?
Las especulaciones en los cenáculos van desde los celos, por la entrada de David Chipperfield como autor del nuevo diseño del hotel; a cuestiones relacionadas con el rol que iban a desempeñar; el liderazgo actual de la iniciativa (a cargo de Hoteles Hesperia) o a desavenencias económicas...
SUR se lo ha preguntado y el arquitecto José Seguí ha accedido a contestar. Aunque lo hace con brevedad y mucha cautela, con pies de plomo ante las posibles consecuencias jurídicas de sus palabras. «Nos enamoramos de la Torre del Puerto, pero nos querían relegar solamente a firmar documentos administrativos», asegura el reconocido urbanista malagueño. «No hemos podido admitir una propuesta en donde se nos relegaba exclusivamente a firmar el proceso administrativo», reitera.
Seguí enmarca su contestación en la necesidad de respetar la larga historia y el prestigio de su estudio: «Queríamos ser coherentes con nuestros principios profesionales». «Lo cierto es que nos lanzamos a este proyecto con todos nuestros esfuerzos y eso tiene el peligro de que te confundan, y Hesperia, con sus socios, nos han confundido». Es una respuesta enigmática, sobre la que prefiere no dar muchos más detalles.
Así que toca recurrir al sector urbanístico para aclarar lo que ha querido decir. La respuesta llega pronto: se refiere a lo que se conoce en el argot como «los firmones»: aquellos arquitectos que asumen la responsabilidad administrativa de un proyecto que hace otro. En este caso, los que, llegado el momento, harán la tramitación burocrática para el proyecto de Chipperfield.
Es una tarea generalmente bien remunerada, pero que el estudio malagueño no acepta, después de haber liderado la iniciativa como arquitectos principales durante ocho años. En cambio, José Seguí tiene buenas palabras para el premio Pritzker británico, cuya entrada en escena le sigue pareciendo, como sostuvo en su día, «positiva y una buena oportunidad» para mejorar el proyecto.
Reclamación legal
Por tanto, ahora queda la cuestión de resolver los términos del 'divorcio'. En este punto, ante el actual escenario de relaciones con los inversores, el estudio va a iniciar acciones legales para que, al menos, se tenga en cuenta -y se retribuya de manera justa- el trabajo que han hecho desde los orígenes de la propuesta de la Torre hasta fechas muy recientes.
No se puede obviar que Seguí ha sido la principal cara visible en procesos tan complejos como el de la concesión inicial y en el largo trámite de cambio del Plan Especial del Puerto, a cargo de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento.
A pesar de todo, el arquitecto malagueño y su equipo siguen estando convencidos de la conveniencia de una intervención (la suya o la que venga ahora) en la plataforma del dique de Levante. «La oportunidad con el hotel o cualquier otro proyecto singular será una buena ocasión para cualificar este suelo, que es la cabecera de la gran transformación portuaria en su relación con la ciudad», comenta.
Y ello, más allá del evidente impacto visual que se producirá. «Lo importante es que este impacto sea positivo, y esto se tendría que justificar no solo desde sus referencias visuales con la ciudad sino también en su capacidad de garantizar el equilibrio entre su rentabilidad productiva y social, por tratarse de un suelo público portuario».
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