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Los pequeños estrenan sus regalos de Reyes en una mañana soleada en Málaga
El Paseo Marítimo Antonio Banderas se fue animando de familias y niños con sus juguetes al medio día, que salieron a probar sus bicicletas, patinetes y coches teledirigidos
Las lluvias de la noche de Reyes han dado paso a una mañana soleada, con el mar en calma en Málaga y con el frío ... amainando para disfrutar de aquellos regalos que se pueden estrenar en la calle. Sin duda, los que más pueden presumir de juguetes son los pequeños, que acompañados de sus padres salían a darle uso a sus nuevos patines, bicicletas, patinetes, coches teledirigidos y helicópteros en el Paseo Marítimo Antonio Banderas, en la Misericordia. Aunque en la familia de Paula y Samuel, de 8 y 13 años, muchos de los regalos fueron tecnológicos, sus Reyes Magos no se olvidaron de un patinete para la pequeña, que salía a probarlo con sus padres y su hermano: «Me han traído también unas botas de baloncesto, que me encanta jugar. Ahora tú, ¿qué te han traído?», le preguntaba la niña a su hermano mayor para que presumiera de igual forma de sus nuevas botas de fútbol. Lamentaban que ayer no pudieron ver a los Reyes en ninguna cabalgata, y que su plan de ir a comer churros a la Luz y saludar a sus Majestades en una de las asociaciones de vecinos del barrio no saliese como esperaban: «Este año con el Covid no quisimos ir a la cabalgata del Centro, pero bueno, ya el que viene será», relataba su madre.
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Almudena, en cambio, con tan sólo seis años, dominaba sus nuevos patines en línea con soltura, aunque aún tenía que caminar cogida de la mano de su madre por si acaso: «Los patines sí que los pedí, pero las rodilleras, las coderas y el casco no, ha sido una sorpresa», relataba la pequeña con timidez y una gran sonrisa bajo su mascarilla, ataviada con todo el equipo para no sufrir rasguño alguno en caso de caída. En una de las explanadas del paseo, Daniel y Saúl, dos hermanos de 5 y 8 años, jugaban con su helicóptero y su coche teledirigido riendo a carcajadas y sin parar de correr de un lado a otro. El pequeño, Daniel, se divertía cogiendo su juguete y soltándolo en el suelo como si no fuese a romperse mientras lo dirigía hacia su hermano para jugar juntos al 'pilla-pilla'.
Más cerca del mar, otros niños preferían aparcar sus bicis nuevas junto a los bordillos del paseo y jugar en las tirolinas de la playa, aprovechando que no hacía demasiado frío para soltar también sus abrigos. En cuanto a los carritos de bebés, al final eran los padres quienes acababan empujándolos, mientras las pequeñas cogían sus muñecos en brazos: «Esto ya lo sabíamos cuando salimos de casa, que tendríamos que llevarlo nosotros. Pero bueno, a ella le ha hecho mucha ilusión y jugará con él unos cuantos días más», relata el padre de Carmen entre risas, que empujaba un carrito pequeño rosa.
En el Parque del Oeste, la familia Fuentes Puertas se reunía en uno de los bancos de este espacio para entregarse los regalos de este día mágico, mientras comían roscón de Reyes y se divertían en familia cumpliendo todas las normas para evitar contagios. Para ellos, sin duda, un día distinto a lo que solían estar acostumbrados, aunque para los pequeños la ilusión sigue intacta.
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