Una mujer cita a un albañil con la excusa de una reforma y le da una paliza por abusar de su sobrina

La rocambolesca historia tuvo lugar la tarde del 27 de enero en la zona Oeste de Málaga capital. La sala del 091 de la Policía Nacional recibió una llamada de una mujer que estaba llorando. Sólo facilitó la dirección de una vivienda. La Comisaría Provincial envío a la patrulla más cercana de la Brigada de Seguridad Ciudadana. Cuando iban de camino al domicilio, cerca ya del mismo, los agentes fueron requeridos por un vecino, quien les informó de que había un hombre sentado en un banco de la zona y estaba sangrando.

Los policías nacionales se acercaron al herido para interesarse por su estado y saber qué le había pasado. El hombre, de 53 años, les contó que había sufrido un atraco en plena calle y que, en el transcurso del mismo, le habían agredido. Ante esta situación, los agentes optaron por pedir refuerzos y repartirse entre el aviso al que se dirigían, el de la vivienda, y el robo con violencia que denunciaba la víctima a la que acababan de encontrarse.

Tras esperar la llegada de la ambulancia y del radiopatrulla (zeta, en el argot policial) que vino en su apoyo, los funcionarios se encaminaron a la vivienda en cuestión. Una vez allí, les abrió la puerta una mujer de 52 años que les contó, sin ocultar ni un detalle, lo que había sucedido. Según su relato, unos días antes, su sobrina, que es menor de edad, vino contándole que el padre de una compañera de clase le había realizado unos tocamientos.

Al escuchar la confesión de su sobrina, la mujer puso en marcha la encerrona. Al investigar al hombre, descubrió que se dedicaba a la albañilería. Cuando dio con su teléfono, lo llamó y le pidió presupuesto para una pequeña reforma en el baño de su casa. Él le dio precio y ella aceptó. Después, se citaron en el domicilio de la mujer para llevar a cabo la obra.

Esa tarde, el hombre acudió a la vivienda con todos sus utensilios de trabajo para llevar a cabo la reforma. Tras presentarse, ella lo acompañó hasta el baño que debía rehabilitar. Cuando él le dio la espalda, la mujer cogió el palo de una silla y comenzó a propinarle golpes mientras le recriminaba haber abusado de su sobrina, que apenas es una adolescente.

Los policías inspeccionaron el piso y comprobaron que había abundantes restos de sangre, si bien la mujer ya había limpiado parte del escenario del suceso. Ante su confesión espontánea y los indicios de la agresión, los agentes se la llevaron detenida. Le leyeron los derechos por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa, a tenor de la paliza que, según reconoció, le había dado.

Los agentes no tardaron en relacionar la historia con el hombre ensangrentado del banco, que había sido trasladado al hospital. Allí, volvieron a preguntarle que le había pasado y, según las fuentes consultadas, siguió sin contar la verdad, aunque añadió un dato más: dijo que le atacaron para robarle cuando se dirigía a una vivienda para hacer una reforma.

A partir de ahí, el Grupo de Menores (Grume) de la Comisaría Provincial, con ayuda de Policía Científica, continuó la investigación para aclarar si se habían producido los supuestos abusos, que serían el móvil de la agresión. Tras entrevistarse con la menor, los agentes arrestaron también al hombre acusado de realizarle tocamientos.