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Con la vuelta del fluido eléctrico, el metro de Málaga ha sido la infraestructura de transporte que ha logrado sobreponerse con más rapidez. Desde primera hora de la mañana los trenes circulaban con absoluta normalidad en cuanto a frecuencias y horarios, según informan fuentes de la Junta.
En cambio, la nota destacada de la jornada es que la afluencia de pasajeros es mucho más baja de lo habitual en una jornada de martes, según informan algunos viajeros que se dirigen a sus puestos de trabajo. Y es que la suspensión de las clases en la Universidad de Málaga (UMA) y en los institutos (a los que hay que ir, pero no habrá actividad lectiva) ha hecho que buena parte de su principal público objetivo, que son precisamente los estudiantes, se haya quedado en casa esta mañana.
Por lo demás, la normalidad es absoluta en toda la red, después de una jornada de ayer en la que se produjo una estampa insólita, cuando los trenes que estaban en circulación, tanto en los túneles como en los tramos en superficie, se quedaron paralizados en el punto donde sobrevino el apagón. Ello motivó el desalojo de los pasajeros y el cierre de las estaciones, que pasaron a estar custodiadas por la Policía Nacional.
Sin embargo, tan pronto como se restableció la energía, los convoyes del suburbano se trasladaron hasta el centro de talleres y cocheras, y tras comprobar durante la noche que los sistemas estaban en orden, han vuelto a las vías a primera hora de esta mañana en su horario habitual.
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