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Ñito Salas
Vacuna Covid-19: Mayores de 80 años que rechazaron la vacuna acaban ingresados por coronavirus
Vacuna Covid-19

Mayores de 80 años que rechazaron la vacuna acaban ingresados por coronavirus

La vacunación reduce a 60 años la edad media de los hospitalizados, la más baja de la pandemia

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Lunes, 26 de abril 2021, 01:33

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La vacunación contra el coronavirus comienza a dar resultados. En los hospitales detectan desde hace semanas un importante descenso en la edad media de los pacientes ingresados por Covid-19. La inmunidad alcanzada en las residencias de ancianos y entre mayores de 80 años, los primeros grupos vacunados, ha cambiado el perfil de los hospitalizados. Ahora son más jóvenes, con una edad media de 60 años, y presentan cuadros clínicos menos graves. Así lo explican desde los dos principales hospitales de Málaga: el Regional (Carlos Haya) y el Virgen de la Victoria (Clínico). Esto no significa que el virus haya perdido virulencia, sino que, al ser más jóvenes, las personas que ingresan por la infección tienen menos patologías previas y se recuperan con mayor rapidez. Pero aún hay una horquilla que preocupa a los médicos: el grupo de entre 60 y 80 años, considerado de riesgo por su edad, todavía muestra un porcentaje de protección bajo. Su vacunación se inició hace pocas semanas y están lejos de alcanzar la inmunidad que ofrecen las dos dosis de Pfizer, AstraZeneca y Moderna.

La triste prueba de que las vacunas funcionan es que la mayoría de ancianos ingresados por coronavirus habían decidido no vacunarse. «Por encima de 80 años», detalla José Luis Velasco, jefe de Neumología y subdirector médico del Clínico, «sólo tenemos seis pacientes y no estaban vacunados». De los 15 pacientes hospitalizados en planta con más de 70 años, según los últimos datos de la semana pasada, 14 no habían recibido la vacuna: «Cuando lo comentas con ellos te cuentan que habían tenido temores y que por eso no se habían vacunado». Ahora la década de edad que concentra mayor número de ingresos (nueve) corresponde a personas de entre 70 y 79 años, entre quienes la campaña acaba de comenzar: «La edad media ha bajado mucho, y sigue cayendo».

Los raros ingresos hospitalarios de personas vacunadas con las dos dosis (en el Clínico sólo han detectado un caso estas semanas) tienen explicación médica: «Por nuestra experiencia, se trata de pacientes contagiados antes de ponerse la primera dosis pero cuyos síntomas no aparecen hasta después de la administración de la vacuna». También puede suceder que alguien con una sola dosis se infecte y desarrolle la enfermedad: primero, porque la vacuna no tiene un efecto instantáneo y suele transcurrir al menos una semana hasta que genera anticuerpos, y segundo, porque la inmunidad no está garantizada hasta la segunda dosis, aunque la primera ya ofrezca un nivel de protección que muchos expertos consideran razonable.

Pero el coronavirus sigue al acecho. En el Clínico permanecen ingresados un paciente de 93 años sin vacunar y otro de 26 años, su hospitalizado por Covid-19 más joven, a quien hace unos días dieron de alta en cuidados intensivos para pasar a planta. «Pero ya no vienen ancianos de residencias, por ejemplo, y el índice de infección que había entre sanitarios también ha bajado mucho. La vacuna es la puerta de salida a la pandemia, pero aún debemos protegernos». Aún queda camino por recorrer hasta alcanzar la inmunidad de grupo, como se denomina el objetivo de vacunar al menos al 70 por ciento de la población adulta, pero el final de la epidemia ya no parece una quimera. «Pese a todas las dudas razonables», insiste Velasco, «vemos que la vacuna funciona».

También Marcial Delgado, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Regional, detecta que se ha desplomado el número de pacientes «a quienes costaba dar de alta», como mayores de 80 años, pacientes con enfermedades hematológicas, en tratamiento oncológico y otros inmunodeprimidos, más vulnerables al virus que la mayoría: «Vemos que cuando la campaña de vacunación se amplía a un determinado grupo, los ingresos hospitalarios de ese grupo descienden muchísimo». Por eso Delgado reclama la inclusión en el plan de vacunación de personas con patologías previas como diabetes, hipertensión, asma u obesidad, con más papeletas de acabar hospitalizados en caso de contagio.

Pese a que la campaña aún se encuentra en estado embrionario, la vacunación completada entre mayores de 80 años e iniciada entre mayores de 60 despeja el horizonte: «La edad es el principal factor de riesgo. Cuantas más décadas, más posibilidades hay de que la enfermedad se complique. Y muchas de esas personas ya están vacunadas. Por eso ha bajado el riesgo de letalidad, porque los pacientes son más jóvenes y tienen menos comorbilidades (patologías previas)».

Delgado recuerda que la vacuna «reduce en un 95 por ciento el riesgo de infección y sobre todo la hace más leve e incluso asintomática» y se muestra optimista en un futuro a medio plazo: «Es tan eficaz que el virus dejará de ser un problema». Mientras ese ansiado momento llega, habrá que seguir protegiéndose como hasta ahora.

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