'Hiyab' en los colegios: ¿sí o no?

Ignacio Rivas, catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la UMA, considera que la simbología religiosa debe quedar fuera de los centros educativos. Pero esto no significa que las «manifestaciones personales», como puede ser un pañuelo o un crucifijo colgado al cuello, no puedan estar presentes. «Hemos de ser honestos, no puede ser que a unos se les permitan símbolos y a otros se les prohíban», señaló. Rivas considera peligroso que a los chicos y chicas «se les niegue ser quienes son, y lo religioso es parte de esa identidad». No obstante, de su experiencia en centros educativos concluye que este es un caso muy excepcional. «Trabajamos en centros muy multiculturales y se está consiguiendo una convivencia muy tolerante, sobre todo en los públicos, porque en los concertados ya entran en juego consideraciones religiosas», apuntó.

Rosa Isabel Martínez Lillo, profesora titular de Estudios Árabes en la UMA, explicó que el pañuelo puede ser un símbolo religioso, pero que también es cultural. Sobre el caso de las jóvenes de La Goleta, consideró que la prohibición de que acudieran a clase con el pañuelo es «una falta de tolerancia que no procede. Estamos en un momento en que todo el mundo habla de tolerancia, pero es un concepto que hay que llevar a la práctica», dijo. En su opinión, estas chicas deberían poder asistir a clase «como quieran y según sus convicciones, personales o religiosas, permitirles que lo lleven como hay otros símbolos religiosos».

En este mismo sentido, el profesor de la UMA Miguel Ángel Lucena, especializado en cuestiones de género en el mundo árabe, considera que el pañuelo «es una decisión personal de las jóvenes cuando llegan a la adolescencia. Viví en Jordania y había jóvenes que lo llevaban y otras que no. Como el que aquí quiere ponerse una cadena», puso como ejemplo. Considera también que este caso es muy excepcional, pero pide a los colegios católicos que se abran a otras religiones. «Habría que preguntarles qué les importa que una niña lleve un pañuelo en la cabeza. Al colegio se va a aprender y habría que ver qué educación se les da en estos colegios para que un velo les inoportune tanto».

El movimiento feminista realiza un análisis totalmente contrario. Según la presidenta de la Asociación de Mujeres Feministas Tomando Partido, Andrea Barbotta, el pañuelo es sin duda «una forma de opresión hacia la mujer. Las religiones siempre han tratado de oprimir a la mujer y el pañuelo es una manifestación más de esa opresión. Cuanto más radicales son las sociedades –añadió– más se obliga a las mujeres a ir tapadas». Rechaza también que el pañuelo sea una cuestión cultural: «no hay ningún hombre que lleve la cabeza tapada ni ningún otro signo externo que los señala y oprima», afirmó.

Desde la Federación de AMPA de Málaga, su portavoz, Pilar Triguero, aseguró que «no creemos en las prohibiciones ni pensamos que el pañuelo sea un símbolo solo religioso; es más cultural». Pero, al mismo tiempo, advirtió que «si esa cultura afecta a la igualdad, como es el caso de alumnas que no podían hacer Educación Física porque les impedían ponerse unos pantalones, lo rechazamos de plano».

Guillermo Hernández, secretario provincial del sindicato de profesores ANPE, considera que la escuela pública «debe mantener un equilibrio entre el respeto a las diversas sensibilidades en materia religiosa y cultural de los integrantes de la comunidad educativa y una neutralidad respecto a sus manifestaciones». En cuanto a la naturaleza del 'hiyab', aseguró que «hay un amplio debate en toda Europa sobre si su significado es más cultural que religioso o viceversa, cuestión sobre la que como sindicato docente entendemos que no tenemos que definir una postura. En todo caso, no creemos que su uso genere una conflictividad en nuestro país que justifique su prohibición generalizada en el ámbito escolar, por lo que entendemos que cada centro, en el uso de su autonomía, debe regularlo».

El Sindicato de Estudiantes también ha mostrado su apoyo a las alumnas. «Defendemos el principio democrático de la libre expresión de los sentimientos religiosos», aseguró su secretario general en Málaga, Juan Díaz. «No permitir la libre expresión de sus sentimientos religiosos a través de la vestimenta es un claro caso de xenofobia», dijo.