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Sobre estas líneas, grupo de música que actuó en la Janucá por la tarde SUR
Luces que encienden otra fiesta

Luces que encienden otra fiesta

La comunidad judía en Málaga celebra la Janucá compartiendo símbolos y tradiciones

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Viernes, 14 de diciembre 2018, 00:21

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El reflejo que devuelve Málaga como una ciudad abierta, cosmopolita y multicultural encuentra en estos días sus referencias mucho más allá de la calle Larios como epicentro de la fiesta navideña de los cristianos. Sus luces iluminan desde hace semanas la vía central de la capital y todos sus rincones, aunque no son las únicas. El pasado domingo, la comunidad judía en Málaga conmemoraba también una de las celebraciones de referencia en su calendario, la Janucá, con una jornada de encuentro en la plaza de la judería que reunió a sus fieles, pero también a centenares de malagueños y visitantes que quisieron sumarse a la también conocida como 'fiesta de las luces'.

En ella, el candelabro de nueve brazos o janukiá se convierte en el símbolo central de esta celebración de las luminarias, y así fue también en la capital con la ceremonia del encendido de las velas. «Es una de nuestras fiestas más importantes y conmemora el milagro de la supervivencia y resistencia de nuestro pueblo», explica el presidente de la Comunidad Israelita de Málaga, Rubén Bentata, sobre esta conmemoración que los judíos celebran en todo el mundo y que dura ocho días: según el calendario de 2018, la Janucá comenzó el 2 de diciembre y se cerró el pasado lunes, con el encendido de cada una de las velas al anochecer de cada jornada. La última noche, se prenden todas esas velas de la janukiá para celebrar «el milagro de la luz», añade Bentata.

Una mujer con un vestido tradicional
Una mujer con un vestido tradicional SUR

La historia de esta tradición se remonta al año 2 a.C. y conmemora la victoria judía sobre el régimen greco-sirio. Los griegos intentaron que los judíos se alejaran de su religión aboliendo muchas de sus prácticas, pero un grupo de devotos macabeos se rebelaron en contra de esas órdenes y accedieron al Templo Sagrado de Jerusalén. Cuando entraron, los judíos lo encontraron en ruinas y profanado: en el momento de encender el candelabro como símbolo de su recuperación, repararon en que la vasija de aceite puro alcanzaba sólo para arder un día; sin embargo lo hizo durante ocho, justo el tiempo que celebra la Janucá para recordar aquel episodio.

Y ese recuerdo en Málaga fue compartido el pasado domingo por cerca de un millar de personas: entre la una y media y las ocho de la tarde, la plaza de la judería que en un futuro acogerá el centro sefardí de Málaga se convirtió en el epicentro de una fiesta que incluyó música tradicional sefardí, gastronomía –sobre todo dulces– y actividades «para dar a conocer nuestra cultura y nuestros símbolos religiosos», explica Bentata, muy «satisfecho» con la respuesta del público porque a pesar de que la comunidad no dio mucha publicidad externa al acontecimiento «fueron muchos los que quisieron acercarse a disfrutar de la jornada y la convirtieron en un éxito». La respuesta ha sido tal que los impulsores de la celebración se plantean institucionalizarla en ese mismo espacio para los próximos años: de hecho, la plaza de la judería sólo ha acogido la Janucá en el año 2016 y este 2018; «y otros años se ha conmemorado en la calle Alcazabilla».

Abierto al público

«Con esa apertura al público tratamos que se rompan las barreras, ya que a pesar de que en lo religioso sí hay diferencias el resto es exactamente igual», añade el presidente de la Comunidad Israelita en Málaga, que para la celebración de la Janucá ha contado con el apoyo de las comunidades judías en España a través de la federación que las agrupa.

La janukiá o candelabro de los nueve brazos.
La janukiá o candelabro de los nueve brazos. SUR

A pesar de que no existe un censo religioso que ponga cifra al colectivo de fieles en la capital, Bentata avanza que su comunidad «mantiene el contacto con unos 800». Parte de ellos disfrutaron el pasado domingo de unos de sus días más importantes, acompañados además por los centenares de personas que quisieron vivir de cerca la otra fiesta de las luces, más allá de la calle Larios y su templo festivo a la Navidad.

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