El drama de calle Esla se agrava en verano
Los vecinos vuelven a pedir ayuda, aunque asumen que el problema principal es el incivismo
La calle Esla, situada en el distrito Palma-Palmilla, vuelve a ser noticia por su lamentable estado de abandono. A diario, vecinos y transeúntes conviven ... con restos orgánicos, basura esparcida y muebles viejos depositados fuera de los contenedores. Esta situación no es nueva: desde hace meses, e incluso años, esta vía y sus aledaños como las calles Guadiato o Guadalimar, sufren una dejadez que parece no tener solución.
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Y el verano agrava los malos olores y la situación en general. Quienes residen en la zona aseguran que las quejas son constantes, pero que apenas se toman medidas efectivas. «Esto parece un vertedero, hay colchones, sofás y bolsas rotas por todas partes», comenta Carmen, vecina del barrio desde hace más de dos décadas. La acumulación de residuos no solo genera malos olores, sino que también atrae roedores y supone un riesgo para la salud pública.
Pese a los reiterados avisos al Ayuntamiento y a los servicios de limpieza, la situación persiste. Los vecinos denuncian que no hay control sobre los vertidos ilegales de enseres. Además, la falta de conciencia cívica por parte de algunos residentes agrava el problema: «Sabemos que mucha parte de la responsabilidad es de los que tiran las cosas, pero hacen falta más recursos para que no empeore cada vez más». Desde algunas asociaciones vecinales como desde denuncias particulares se reclama una intervención urgente y campañas de concienciación. «No se puede seguir viviendo así» señala Francisco, otro residente de la zona en conversaciones con SUR.
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