Los aledaños de Juan XXIII: calor, poca sombra y bancos astillados
El Distrito Carretera de Cádiz necesita más atención desde hace varios años en muchas de sus zonas
El sol cae implacable sobre los alrededores de la Avenida Juan XXIII, donde la falta de sombra y el deterioro del mobiliario urbano dibujan un ... paisaje de abandono. La escena se repite cada día: bancos rotos o desgastados, aceras invadidas por basura y un calor que aprieta sin tregua, especialmente en la calle Abogado Federico Orellana, uno de los puntos más afectados por la ausencia total de árboles o estructuras que mitiguen las altas temperaturas.
En un entorno que debería invitar al paseo y al descanso, el espacio público se percibe descuidado y poco acogedor. Muchos de los bancos presentan tablones sueltos, partes astilladas o estructuras corroídas, lo que los hace incómodos y, en algunos casos, inutilizables. Lejos de ser puntos de encuentro, se han convertido en símbolos del deterioro urbano.
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El problema se agrava con la escasez de sombra en toda la zona. En calles como Abogado Federico Orellana, caminar a pleno sol se vuelve una tarea incómoda y, para algunas personas, incluso peligrosa. Ni toldos, ni marquesinas, ni arbolado: solo largas aceras expuestas al calor, sin refugio para quienes transitan a diario por ellas.
A esto se suma la acumulación de residuos en varios tramos, sobre todo en esquinas poco transitadas o cerca de papeleras desbordadas. La imagen general es la de un barrio que, pese a su densidad poblacional y actividad diaria, no cuenta con la atención necesaria por parte de los servicios municipales. Carretera de Cádiz necesita más atención.
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