Mueren dos personas en Vélez-Málaga al estrellarse el ultraligero en el que volaban

El ultraligero, que llevaba parte de la mañana realizando un circuito de entrenamiento consistente en despegues y aterrizajes, se desplomó estrellándose e incendiándose en una finca de aguacates situada a apenas 500 metros del aeródromo, en el eje de la pista.

Fueron varias personas que trabajaban en plantaciones agrícolas del entorno -el aeródromo está rodeado de explotaciones agrarias- las que alertaron al servicio de emergencias Andalucía 112 al escuchar el estruendo causado por el aparato al estrellarse contra el suelo.

Desde el centro coordinador de emergencias se informó de manera inmediata a la Guardia Civil, Consorcio Provincial de Bomberos, Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía -que se ha hecho cargo de la instrucción el atestado-, a la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) y a Protección Civil. En el lugar del suceso hallaron el ultraligero, tipo Coyote, todavía ardiendo. En su interior estaban los cuerpos totalmente calcinados de sus ocupantes. De hecho, los facultativos de la ambulancia del 061 desplazados hasta la zona sólo pudieron certificar la muerte de las dos personas, cuyos cuerpos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense, donde este viernes les será practicada la autopsia.

Según la Policía Nacional, deberán ser las pruebas de ADN las que determinen la identificación de las víctimas, ya que el estado de los cuerpos impedía su reconocimiento.

Fuentes de la junta directiva del Real Aeroclub de Málaga, con sede en la localidad veleña de El Trapiche, que es donde se encuentra el aeródromo de la Axarquía, indicaron que la propietaria del ultraligero, que supuestamente iba de piloto, era una mujer bastante experimentada, que llevaba tiempo volando, pero que el aparato siniestrado lo tenía desde hace relativamente pocas fechas. Las mismas fuentes indicaron que este tipo de ultraligeros -la aviación ultraligera nació hacia finales de los 70 y comienzos de los 80 con la finalidad de que el vuelo fuera más económico-, exigen bastante atención por parte del piloto debido a que tienen un menor peso y cualquier fallo en el motor o de otra índole puede provocar una caída en pérdida.

No obstante, será Aviación Civil, a través de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil del Ministerio de Fomento, la que investigue las causas del siniestro. Desde el aeródromo se desconoce si se produjo durante la maniobra de despegue o aterrizaje, ya que ayer, debido a que no hacía viento en el momento del suceso, tanto una como otra operación se podían realizar por el mismo lado de la pista.

El aeropuerto de la Axarquía, que gestiona el Real Aeroclub de Málaga, es un aeródromo no controlado, por lo que nadie en el mismo se encarga de controlar los vuelos que se realizan desde las instalaciones. Según Carlos Sedano, miembro de la junta directiva del Aeroclub, por estas circunstancias las comunicaciones se realizan entre pilotos, de avioneta a avioneta, de ahí que nadie en el aeródromo estuviera atento a las maniobras ni al vuelo del ultraligero siniestrado. Además, desde hace varios meses las aeronaves del aeródromo axárquico no están obligadas a comunicar sus planes de vuelos a la torre de control del aeropuerto de Málaga cuando realizan movimientos por la vertical, según explicó Sedano.