El milagro de Rafah: salvan al bebé de una mujer embarazada fallecida bajo las bombas

Los hechos ocurrieron en el campo de refugiados de Shaboura. Un cohete cayó sobre una vivienda habitada por un matrimonio y su hijo de tres años, que resultaron muertos como consecuencia de la explosión. La mujer se encontraba embarazada y varios civiles trasladaron su cuerpo velozmente al hospital, donde los médicos consiguieron salvar la vida del bebé contra todo pronóstico. Fue la única nota de esperanza en un fin de semana marcado por un castigo atroz de las fuerzas israelíes, que en una sola noche de bombardeos mataron a 22 personas, 18 de ellas niños.

La aviación israelí centró su diana en tres edificios de Rafah, el último bastión de la Franja que las Fuerzas de Defensa aún no han ocupado, pero sobre el que ya existe un plan inminente de invasión. Primero fue un inmueble del centro de este estrecho pedazo de tierra pegado a Egipto donde se hacina un millón de refugiados. Dentro estaban un matrimonio y sus dos hijas. Dormían. Todos ellos quedaron enterrados bajo los escombros. Luego cayó la bomba sobre el caserón de Shaboura, el del milagro del bebé salvado 'in extremis'. El ejército fijó su tercer objetivo en otra casa donde había dos mujeres y trece niños al este de Rafah. El edificio voló en pedazos con todos sus inquilinos. Decenas de personas resultaron heridas en las inmediaciones.

Medios palestinos denunciaron ayer el «genocidio perpetrado por Israel», que «no tiene en cuenta ni siquiera la vida de los niños y sus madres. ¿Cómo explicará haber matado a tantos niños? ¿Como una amenaza para su seguridad?» Las autoridades gazatíes informaron que, después de estos ataques militares sobre Rafah y de otros graves altercados, como la muerte de once civiles en una redada en Cisjordania el sábado, el número de palestinos fallecidos supera los 34.100, la mayoría menores y mujeres, mientras se contabilizan más de 77.000 heridos.