Moldavia quiere extraditar al oligarca del 'atraco del siglo' que le hizo perder el 12% de su PIB
Antaño el hombre más poderoso de su país, Vladímir Plahotniuc pasó los últimos años usando identidades falsas para moverse por todo el mundo
Le llamaban el «titiritero de Moldavia». El cerebro detrás del 'atraco del siglo'. Tras 6 años fugitivo, el oligarca moldavo Vladímir Plahotniuc fue detenido el ... pasado martes en Grecia por la Interpol cuando quería irse a Dubai. Desde entonces Chisinau busca extraditarlo lo antes posible para poder juzgar al rostro visible de uno de sus episodios modernos más bochornosos, el 'atraco del siglo' que implicó a hombres importantes de la política moldava y supuso el robo de dinero de bancos nacionales por valor de mil millones de euros entre 2012 y 2014, una catástrofe económica para este país situado entre Ucrania y Rumanía.
Moldavia sufre de una corrupción a todos los niveles que lleva años combatiendo, tanto para mejorar la vida de sus ciudadanos como para favorecer sus intenciones de formar parte de la UE. En los últimos años ha mejorado pues según Transparency.org han pasado de tener un índice de percepción de la corrupción de 30 en 2016 hasta los 43 actuales, teniendo en cuenta que cuanto más alta es la cifra, mejor situación arroja. Cuando se hizo público el arresto de Plahotniuc, las autoridades moldavas reaccionaron positivamente. «Es fundamental que todas las instituciones responsables trabajen para lograr la extradición. Esta debe realizarse lo antes posible, cumpliendo con todos los procedimientos. (…) Debe hacerse justicia», ha declarado el pasado miércoles la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, en rueda de prensa, según recoge la agencia Moldpres.
Tras su detención la Policía registró la villa del oligarca en Saronida. Esta se considera que era su principal residencia aunque se movía libremente por diferentes países. En su domicilio particularse incautaron 155.000 euros en efectivo, artículos de lujo, dispositivos electrónicos y 17 pasaportes y documentos de identidad falsos de diferentes Estados con los que viajaba por todo el mundo.
El que otrora fue el hombre más poderoso de su país, ahora espera ser juzgado en él cuando se confirme su extradición. Entre 2012 y 2014 él y otros hombres de su confianza obtuvieron créditos sin requisitos de los bancos afectados, que terminaron dándose préstamos entre sí, los fondos obtenidos se transferían a través de sociedades pantalla de Reino Unido y Hong Kong y finalmente acababan en cuentas de bancos de Letonia. Este engaño afectó a Banca de Economii, Unibank y Banca Social, algunos de las principales entidades financieras del país. En este esquema estuvieron implicados algunos de los empresarios y políticos más poderosos de Moldavia y el único que aún no ha sido juzgado por ello es el mismo Plahotniuc.
Intentos de asesinato y vínculos con la mafia
Ion Strurza, exprimer ministro de Moldavia, explicó que todo el país estaba controlado por el oligarca y que incluso estuvo a punto de ser primer ministro en 2016. El presidente de aquel momento, Nicolae Timofti, llegó a pedir al Parlamento que no le nombraron jefe del Gobierno por «integridad». En aquel momento era Plahotniuc el líder del Partido Democrático de Moldavia, socialdemócrata de centroizquierda, y lo fue hasta 2019, cuando abandonó el país en su jet privado sin saber si regresaría en el futuro. Durante años Chisinau sospechó que se escondía en Turquía o Chipre. No fue hasta este 2025 que la Interpol emitió una orden de búsqueda y captura que finalizó con su detención en Grecia. La organización internacional conocía que usó al menos cuatro identidades distintas, entre ellas una mexicana con el apellido González.
Su país natal, Reino Unido y Estados Unidos le han sancionado, tanto por los casos de corrupción como por haber supuestamente influido en procesos electorales a favor de Rusia. En el país euroasiático se le presume conexiones con grupos mafiosos como la Hermandad Solntsevskaya, una de las más importantes del crimen organizado de este país. La Interpol tiene abiertas causas contra él desde 2007 por estos hechos. Las autoridades rusas lo investigan como sospechoso de narcotráfico, intento de asesinato y ser parte de un grupo criminal.
Además de estar vinculado con delincuentes, unos sicarios intentaron asesinarlo en 2017, un intento frustrado por una operación conjunta entre la policía moldava y ucraniana. Las fuerzas de seguridad de Kiev declararon entonces que los arrestados tenían vínculos con los servicios de inteligencia rusos.
La última vez que se le acusó de nuevos delitos fue en 2021, cuando intervino de forma ilegal líneas telefónicas de 50 personas, entre ellas la actual primer ministra Maia Sandu, además de activistas, periodistas y otros políticos. Por todos los cargos que se le imputan podría tener una condena de entre 20 y 30 años de cárcel. Al anterior se le suman los de enriquecimiento ilegal, fraude fiscal, lavado de dinero y liderazgo de grupo criminal.
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