Macron busca oportunidades económicas en China ante la tensión general de la UE con Xi Jinping
El presidente francés inicia su cuarta visita de Estado al gigante asiático, marcada por los intentos de resolver la guerra de Ucrania y con la que pretende desbloquear nuevos acuerdos comerciales
Jaime Santirso
Pekín
Jueves, 4 de diciembre 2025, 10:43
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha iniciado este jueves su cuarta visita de Estado a China, con la que busca su particular modo de casar ... la interdependencia económica con un contexto geopolítico cada vez más hostil. Así, su viaje adopta un marcado carácter comercial, pero tiene por contexto general las tensiones entre el gigante asiático y la Unión Europea, así como el choque de dos visiones del mundo, escenificado en la invasión rusa de Ucrania y sus respectivos apoyos.
La primera de sus tres jornadas en suelo chino ha comenzado con una reunión con Xi Jinping, quien ha instado a Macron a «posicionarse firmemente en el lado correcto de la historia». «China, junto con Francia, siempre ha actuado conforme a los intereses fundamentales de ambos pueblos y a los intereses a largo plazo de la comunidad internacional, eliminando diversas interferencias y manteniéndose fiel al diálogo en igualdad de condiciones y a la cooperación abierta», ha señalado el anfitrión.
«Ahora más que nunca, el diálogo entre China y Francia es vital», ha asegurado Macron. Esto, pese a las diferencias esenciales entre uno y otro. «Tenemos la responsabilidad de saber cómo superarlas y encontrar mecanismos cooperativos para resolverlas», ha apuntado el presidente francés. Para ello, ha propuesto «una agenda positiva de tres pilares para nuestras relaciones: una de estabilidad geopolítica, otra de reequilibrio económico y otra de sostenibilidad medioambiental». El encuentro de ambos mandatarios se ha producido tras la ceremonia de bienvenida en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, en la que también han participado sus respectivas primeras damas, Peng Liyuan y Brigitte Macron.
Stabilité géopolitique, rééquilibrage économique et soutenabilité environnementale : la capacité que nous avons à œuvrer ensemble avec la Chine est déterminante. pic.twitter.com/ntVZpt2J9f
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) December 4, 2025
La guerra de Ucrania ha copado parte de la conversación. «Independientemente de cómo cambie el entorno exterior, nuestros dos países deben demostrar siempre la independencia y la visión estratégica propias de las grandes potencias», ha incidido Xi, quien ha explicitado su supuesto compromiso con la paz. Macron, por su parte, ha ensalzado la «capacidad de trabajar juntos» como «esencial». «Tenemos que seguir movilizándonos a favor de la paz y la estabilidad en el mundo».
Amigos de enemigos
Sin embargo, la retórica encuentra su límite en los hechos. Mientras Macron recibía este lunes en el Elíseo al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para analizar el plan de paz propuesto por Estados Unidos, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, acudía el martes al Kremlin para entrevistarse con el líder ruso, Vladímir Putin, con quien alcanzó un «amplio acuerdo». Su visita a Moscú coincidió con la del enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff.
Una evidencia de principios enfrentados que no impidieron al recién aterrizado ministro de Exteriores solicitar a Francia «comprensión y apoyo» ante la crisis diplomática con Japón, durante su reunión anoche con su homólogo Jean-Noel Barrot. Este desencuentro surgió de la iracunda reacción del régimen a unas declaraciones sobre Taiwán de la primera ministra nipona, Sanae Takaichi, quien señaló que una hipotética invasión china de la isla podría ser considerada una «situación que amenaza la supervivencia» de su país. En respuesta, Pekín ha iniciado una ofensiva de máxima intensidad, con ejercicios militares, sanciones comerciales y una belicosa retórica.
Todos estos frentes abiertos obstaculizan el paso de Macron, que el viernes pondrá rumbo a Chengdu, capital de la provincia de Sichuan –y origen de la visita de Estado de los Reyes de España hace apenas tres semanas–. Ambos mandatarios mantendrán allí una nueva reunión, una extraordinaria cortesía dado que Xi no suele acompañar a mandatarios extranjeros a otras partes de su país.
40 ejecutivos
de multinacionales galas acompañan a Emmanuel Macron en su visita de cuatro días a China, que aparece en el séptimo puesto en el ránking de socios comerciales de Francia.
Ahora bien: no quiere decir eso que Xi vaya a aflojar la mano. Las expectativas apuntan que Pekín no reducirá sus sanciones a la importación de brandy europeo –el 99% del cual procede de Francia–, impuestas en respuesta a los aranceles comunitarios a los vehículos eléctricos chinos. Según ha podido saber este medios a través de fuentes autorizadas, las negociaciones para llegar a un acuerdo, en forma de umbrales mínimos de precios, avanzan de forma positiva en el seno de la UE.
Tampoco aprobará el gigante asiático la esperada compra de 500 aviones de Airbus, puesto que esto debilitaría su posición comercial ante Estados Unidos dada la opción de hacer lo propio con Boeing. Hay, en cualquier caso, mucho por avanzar, pues China, la segunda economía mundial, solo representa el séptimo socio comercial de Francia.
Por eso, Macron ha aterrizado acompañado de una delegación de 40 ejecutivos de multinacionales francesas, dispuesto a desbloquear múltiples acuerdos, en particular en materia energética, que le permitan además afianzar su legado en el penúltimo año de su presidencia.
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