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Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacional Escocés. Reuters
Agonía o resurrección para la independencia de Escocia

Agonía o resurrección para la independencia de Escocia

Sólo una amplia mayoría en las elecciones de mayo permitiría al SNP reclamar un nuevo referéndum

Iñigo Gurruchaga

Londres

Sábado, 27 de marzo 2021, 18:16

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Algo más de cuatro millones de electores en Escocia decidirán el 6 de mayo si el afán nacionalista de la independencia queda aplazado sin fecha o si comienza una batalla legal y de legitimidades entre los gobiernos de Edimburgo y de Londres para celebrar un nuevo referéndum. El Partido Nacional Escocés(SNP), liderado por Nicola Sturgeon, es el claro favorito.

El Ejecutivo autonómico presentó en vísperas de la disolución del Parlamento un borrador de proyecto ley para la convocatoria de una nueva consulta, pero no contiene su fecha. Surgeon ha afirmado que debe convocarse «cuando haya pasado la crisis» generada por la pandemia, dándose así flexibilidad para elegir el momento adecuado si renueva el mandato de cinco años.

Los trastornos que el Brexit está causando a las empresas en Irlanda del Norte ha permeado a la política facciosa de la región. Los unionistas probritánicos quieren romper el Acuerdo de Retirada con la Unión Europea y los republicanos reclaman una consulta para reunirse con el resto de Irlanda. Pero el riesgo de ruptura de Reino Unido, pronosticado por partidarios de la permanencia, es más nítido en Escocia.

En el referéndum de 2014, David Cameron y los protagonistas de la campaña del 'no' alentaron el temor a que una Escocia independiente no fuese aceptada en la UE como uno de sus argumentos principales. El exprimer ministro perdió dos años después la votación europea, que arrastró fuera de la Unión tanto a Escocia como a Irlanda del Norte(donde sendas mayorías votaron por la permanencia)».

Ese «cambio material en las circunstancias» justifica, según el SNP, la convocatoria de una nueva consulta. Las firmas de encuestas asocian la serie de 16 sondeos que, en la segunda mitad de 2019, dieron victoria a la independencia en un eventual referéndum al desplazamiento al 'sí' de votantes del 'no' en 2014, que, como la mayoría de los conservadores escoceses, querían permanecer en la UE.

Académicos que escriben en «New Choice, Independence after Brexit»(Nueva elección, Independencia tras el Brexit), publicado por el «Centro sobre el Cambio Constitucional», señalan, sin embargo, que la marcha británica de la UE crea obstáculos que no existían en 2014. El Gobierno de Edimburgo proponía entonces una independencia 'light', una forma de confederación que ahora no parece posible.

Una Escocia independiente que buscase su reingreso en la UE tendría, por ejemplo, que crear aduanas en su frontera con Inglaterra- su mayor socio comercial-, incluso si en las negociaciones con Londres y Bruselas obtuviese el mismo estatus que Irlanda del Norte(pertenencia simultánea a las uniones aduaneras británica y comunitaria). Tendría que lograr una exención de Schengen y quizás del euro.

Apuesta por Salmond

Pero el primer obstáculo para el SNP sería la negativa de Johnson a transferir, como hizo Cameron, la competencia temporal de organizar un referéndum. Si el Parlamento de Edimburgo aprobase una ley para arrogarse el poder de convocarlo, el de Londres podría modificar la Ley de Escocia de 1998, equivalente a un estatuto de autonomía, para hacerla constitucionalmente ilegal; o remitirla a los tribunales.

Una clara victoria del independentismo en mayo es requisito imprescindible para afrontar en el futuro esas dificultades. El SNP ha ganado los comicios autonómicos desde 2007 y las tres últimas generales. Pero solo en la votación de 2010 para elegir diputados en Westminster sumó el 50% de los sufragios. En las últimas autonómicas, en 2016, cosechó el 46.5% en circunscripciones y el 41.7% en listas regionales. Los Verdes dieron a la independencia una leve mayoría parlamentaria.

El sistema electoral da 73 escaños a las circunscripciones, que envían al Parlamento de Holyrood un diputado, y reparte 8 entre listas de partido en cada una de las 7 regiones. La distribución de este segundo bloque se realiza por el método D'Hondt, aplicado de modo que beneficia a los partidos que han tenido muchos votos en las circunscripciones pero no han logrado un número proporcional de diputados.

Sólo en 2011, un partido, el SNP, ha logrado una mayoría absoluta de escaños. Justificó la cesión de Cameron, porque su programa electoral prometía el referéndum. Las últimas encuestas registran un enfriamiento del deseo de independencia, pero Nicola Sturgeon ha preservado la popularidad del SNP, que obtendría 66 escaños tras gobernar trece años, según el último sondeo.

Para añadir picante a la división ya enquistada entre partidarios y contrario a la celebración de un nuevo referéndum, Alex Salmond, que guió al independentismo en 2014 y cuya relación con Sturgeon se ha agriado, ha formado un nuevo partido, Alba. Presentará candidatos a las listas regionales. Quiere compensar el hándicap con el que el método D'Hondt lastra al SNP y sumarse a una «supermayoría» independentista.

Sturgeon ha reaccionado al anuncio de Salmond describiéndolo como un «apostador». Por afán de contraste, ha descrito estas elecciones como «las más serias en nuestras vidas». La primera votación para el recreado Parlamento escocés, en 1999, fue, sin embargo, la única en la que la participación en las autonómicas superó, por 0.5%, la mínima histórica, 58.2% en 2001, para elegir parlamentarios escoceses en Londres.

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