La depuradora de Arriate entra en funcionamiento para evitar la contaminación del río Guadalcobacín
La nueva infraestructura de 4,6 millones, cofinanciada por la Junta de Andalucía y el Gobierno de España, contribuirá al saneamiento de varios municipios de la cuenca alta del Guadiaro
La localidad malagueña de Arriate ya cuenta con una estación depuradora de aguas residuales (EDAR) en funcionamiento. La nueva infraestructura, inaugurada este jueves 5 de ... junio, supone una de las actuaciones más esperadas en la Serranía de Ronda, tanto por su importancia ambiental como por su impacto en el saneamiento de varios municipios de la cuenca alta del Guadiaro
La EDAR de Arriate permitirá evitar la contaminación del río Guadalcobacín, al tratar las aguas residuales del propio municipio y de núcleos cercanos como la urbanización El Olivar o el polígono industrial junto a la carretera MA-7400. Esta instalación podrá admitir un caudal de hasta 2.924 metros cúbicos al día, dando servicio a una población de hasta 6.370 habitantes equivalentes. Además, alcanzará exigentes niveles de calidad en el vertido, conforme a la normativa europea.
La gestión de la infraestructura correrá a cargo del Consorcio Provincial del Agua, perteneciente a la Diputación de Málaga. Su mantenimiento anual costará cerca de 186.000 euros, de los cuales un 60% será asumido por la Diputación y un 40% por el Ayuntamiento de Arriate.
El proyecto ha supuesto una inversión total de 4,6 millones de euros, financiada al 50% entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de España. La ejecución de las obras ha sido responsabilidad de la sociedad estatal ACUAES (Aguas de las Cuencas de España, S.A.), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Inauguración
Durante el acto de inauguración estuvieron presentes representantes de distintas administraciones, como el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán; el subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas; el consejero andaluz de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco; y el vicepresidente de Infraestructuras y Territorio Sostenible de la Diputación de Málaga, Cristóbal Ortega.
El consejero ha destacado que gracias a este acuerdo se van a beneficiar casi 20.000 habitantes de los municipios de Arriate, Jimera de Líbar, Colmenar, Cortes de la Frontera, Benaoján y Montejaque, a través de la construcción de cuatro estaciones depuradoras y sus colectores.
«Hoy inauguramos la primera de ellas, la de Arriate, que ha contado con una inversión de 4,6 millones de euros y que ya está a disposición de este ayuntamiento y de sus vecinos», ha subrayado Fernández-Pacheco, quien ha puesto en valor la apuesta del Gobierno andaluz por las actuaciones en materia de saneamiento y depuración, habiendo finalizado en Andalucía actuaciones por valor de 252 millones de euros desde 2019.
Ortega, por su parte, destacó que esta actuación es fruto de la colaboración institucional y que debe servir de modelo para otros proyectos similares en la provincia: «La depuración de aguas residuales y su aprovechamiento es uno de los pilares fundamentales de la gestión del ciclo del agua. Sobre todo en una provincia como la nuestra, que padece un déficit hídrico estructural. Cada gota cuenta».
La depuradora de Jimera de Líbar, con una inversión de 4,2 millones de euros (IVA incluido), dará servicio a 1.116 habitantes equivalentes y recogerá los vertidos también de sus pedanías (La Estación y Rosilla Alta). Para ello se han construido 2.378 metros de colectores y dos estaciones de bombeo.
La EDAR de Colmenar-Cortes cuenta con una inversión de casi 9 millones de euros y ya está en fase de pruebas. Algo similar ocurre con la planta de Benaoján-Montejaque, que tiene asignados cerca de 4,8 millones de euros, pero está pendiente de un nuevo proyecto técnico y de la aprobación de suelos por parte del Ayuntamiento de Benaoján. Mientras tanto, ACUAES trabaja en la redacción de un nuevo Estudio de Impacto Ambiental.
Estas actuaciones permitirán dar servicio de depuración a una población de casi 20.000 habitantes en la Serranía de Ronda, muchos de ellos situados en entornos de gran valor ecológico como el Parque Natural de Grazalema. Hasta ahora, estos municipios carecían de sistemas adecuados de tratamiento, lo que provocaba daños medioambientales y el incumplimiento de la normativa comunitaria.
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