La madre de María Esther: «La condena para el Vaca se ha acabado, pero para nosotros seguirá siempre»
Carmen Villegas pide un endurecimiento de las penas para los menores de edad
Carmen Villegas, la madre de María Esther, no ha vuelto a conciliar el sueño desde que Rubén asesinara a su hija golpeándola con una piedra ... en la cabeza hasta matarla en la caseta de una depuradora a las afueras de Arriate. Una pastilla le ayuda a poder dormir. «Estos días me han aumentado la dosis porque tengo más ansiedad de lo normal», confiesa.
El motivo no es otro que la salida de Rubén de la cárcel. El joven, que tenía 17 años cuando mató a María Esther, ha abandonado en la mañana de este jueves el centro penitenciario Puerto III de Cádiz, después de cumplir ocho años de condena.
«Está en la calle, la condena se ha acabado para él, pero para nosotros seguirá siempre», insiste Carmen, mientras explica que Rubén ha recuperado la libertad y puede rehacer su vida. «Nosotros no podemos hacerlo. La silla de mi hija va a continuar vacía, aunque alguien se siente en ella, seguirá vacía«, afirma.
La madre de María Esther dice que no puede «dejar de darle vueltas a lo mismo y más ahora que ha salido de la cárcel«. Para evitarlo, indica que intenta estar ocupada.
Cuenta que solo unos meses después del crimen, la familia se marchó a Paterna de Rivera, localidad gaditana en la que nació Carmen. «Toda mi familia vive aquí, por lo que estamos arropados».
Su marido, el padre de María Esther, se gana la vida en el campo, cogiendo higos chumbos o tagarninas para venderlas, y con algún trabajo cuando sale. Carmen trabaja en casa, donde cuida de la menor de las dos hijas que tiene.
Con 13 años, tiene ahora la misma edad que su hermana cuando fue asesinada. «No sale a ningún lado, dice que tiene miedo de que le pase lo mismo que a María Esther«, precisa Carmen, a la vez que confiesa que se ha volcado en proteger a la pequeña: »No quiero dejarla sola nunca«.
La otra hermana de María Esther tiene 27 años. Su madre explica que acaba de acabar la carrera de Derecho y que se ha hecho abogada.
Sobre Arriate, insiste en que no han vuelto a ir al pueblo, salvo en alguna ocasión a poner flores. «Ahora nos lo pensaremos más, ya que no queremos cruzarnos con él por allí«, señala Carmen sobre Rubén, del que asegura que no ha pagado la indemnización de 220.000 euros que se ordenó en la sentencia.
Critica la pena impuesta al asesino de su hija. Insiste en que la ley del menor debería cambiar para que se endurezcan las penas. «Con 17 años ya es un hombre. No puede ser que, por un día, al no tener 18 cambien las penas tanto», apunta.
«Intentamos que nuestra vida sea lo más normal posible. Pero nada es igual, nunca lo será. Por mucho que queramos, desde que murió María Esther todo es diferente«, concluye Carmen.
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