La seguridad aérea obliga a talar árboles en la desembocadura del Guadalhorce
Aena continúa con su programa de eliminación de obstáculos para permitir el uso completo de la segunda pista del aeropuerto de Málaga y plantará chopos a petición de la Junta
Es fácil entender que la seguridad operativa de un aeropuerto es clave. Y más en un recinto que movió casi 25 millones de viajeros el ... año pasado. En este contexto, y para hacer más operativa la segunda pista, Aena lleva por fases desde hace unos años un programa de eliminación de obstáculos. Al 'desmoche' de la torre de Canal Sur, se suma en estos días la tala selectiva de árboles en el entorno de la desembocadura del Guadalhorce. Son eucaliptos, una especie considerada especie exótica invasora. De hecho, la Junta tiene programas para limpiar de cañas y eucaliptos entornos naturales y sustituirlos por especies endémicas.
Según han confirmado a SUR fuentes del organismo estatal y de la Junta de Andalucía, se trata de una actuación imprescindible que cuenta con las autorizaciones del departamento de Aguas de la Consejería de Agricultura. El visto bueno se viene renovando desde 2022 porque la intervención se hace por etapas.
Para mayor profundidad técnica, desde Aena indican que se siguen las normas de certificación CS ADR-DSN.J.480 ('Pistas para aproximaciones de precisión') y CS ADR-DSN.J.485 ('Pistas destinadas al despegue'), adoptadas por la European Aviation Safety Agency en cumplimiento del Reglamento (UE) No 139/2014, por el que se establecen los requisitos y procedimientos administrativos relativos a los aeródromos.
«Como contraprestación, y a petición de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, la zona de la margen del río de monte alto se reforestará con 'Populus Alba', vulgarmente conocido como chopo o álamo blanco, una especie endémica típica en zonas fértiles de las vegas de los ríos», apuntan desde el ente estatal.
Informes sectoriales
La seguridad aérea también implica el posicionamiento de Aena en numerosos informes sectoriales requeridos por grandes proyectos de infraestructuras y edificación, tanto públicos como privados.
En concreto, la eliminación de obstáculos se hace para la operatividad de la cabecera 30 de la segunda pista aeroportuaria, puesta en servicio en 2014 en el marco del Plan Málaga. Esta cabecera corresponde a la posición más meridional de la pista, pegada a la MA-21.
En este sentido, la antigua torre de telecomunicaciones de Canal Sur dejó hace unos meses de ser un escollo para la pista, identificada a efectos de la navegación aérea como 12/30. Esta infraestructura tiene una longitud de 2.750 metros para aterrizajes y 3.090 metros para despegues. Desde su apertura ha venido funcionando a medio gas, pues había una parte de las operaciones que no se podían hacer. Básicamente, por dos factores: el impacto medioambiental en la desembocadura del Guadalhorce; y la altura de la torre de la cercana sede de la radiotelevisión andaluza. Antes de los trabajos, la torre de la RTVA superaba los 42 metros.
Operatividad
La nueva cabecera de la segunda pista, con todo esto, no aumentará las operaciones por cuestiones ambientales, pero sí le dará más garantías a las rutas que ya están implantadas
Actualmente, el aeródromo malagueño cuenta con el equivalente a 'una pista y media' porque esa cabecera todavía no se puede sobrevolar. Por tanto, cuando culmine todo el procedimiento de comprobación de las maniobras ya estarán disponibles las dos pistas (con cuatro cabeceras). Y es que, aunque físicamente son dos, en navegación aérea se considera el campo de vuelos en función de los sentidos, por lo que de las tres cabeceras actuales se pasará a cuatro.
De todas formas, la cabecera 30 solamente se va a usar de forma muy puntual, por alguna contingencia en la pista principal. Por lo tanto, no va a ser de uso intensivo por cuestiones ecológicas, para minimizar el impacto sobre la desembocadura del Guadalhorce, que es un hábitat protegido de aves. Pero sí se podrá activar para emergencias; o en el caso de que haya obras en la pista principal (la 13/31), o en el momento en que una aeronave la bloquee por algún problema.
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