Gwyneth Paltrow: «Estar guapa no tiene que convertirse en una esclavitud»

El día de nuestra charla acaba de saberse que celebra una cena en su casa para recaudar fondos a favor de Obama. La entrada más barata costará 772 euros; la más cara, 25.000 euros. La prensa no habla de otra cosa. Pero al otro lado del teléfono suena una voz impasible. A gusto. Claro que a alguien capaz de crear el concepto desparejarse conscientemente ("consciously uncoupling") para quitar hierro a su separación se le presuponen unos nervios de acero.

Ella es la estrella que ha elegido Max Factor para celebrar sus 100 años de reinado en los neceseres femeninos. En la campaña, Pat MacGrath y los maquilladores oficiales de la firma han creado cuatro looks con los que la actriz reencarna a iconos de diferentes épocas: Audrey Hepburn (años 50), Brigitte Bardot (60), Farrah Fawcett (70) y Madonna (80). Pero quien no pasa de moda es la propia Gwyneth. De su paso en los 80 por Talavera de la Reina, conserva un español casi perfecto que le gusta practicar, así que charlamos así porque le apetece.

-Es imagen de Max Factor en su centenario. ¿Las mujeres tenemos una relación sana con la belleza y los cosméticos?

-Lo más importante es que nos sintamos bien en nuestra piel. Dicho esto, si tienes una crema, una mascarilla o algún truco que te haga lucir mejor, úsalo, pero lo esencial va por dentro.

-¿Pero compararse con supermodelos o actrices no puede ser destructivo?

-Es una lástima que muchas chicas jóvenes se sientan obligadas a imitar o copiar determinadas facciones A las niñas hay que enseñarles que el maquillaje puede ser divertido y que, obviamente, existe para hacernos sentir mejor. Pero no tiene por qué ser una esclavitud. El asunto es no estar tan concentrado en dar una determinada imagen. Y sí, efectivamente, alguien debería enseñarle a las niñas que las fotos tienen poco que ver con lo que es la realidad.

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