A Marichalar le gusta el polo

Le expliqué, por ejemplo, lo difícil que es competir con una feria como la de Málaga, que se ha convertido, -pese a celebrarse en pleno mes de agosto-, en la más importante del verano no solo para los que buscan fiesta y diversión sino también para los aficionados a los toros. Por cierto que, me acaban de invitar a la corrida que se celebrara el próximo sábado en La Malagueta con José Tomas de protagonista y, sintiéndolo mucho, he rechazado la oferta. Yo, sufrir lo justo, ya tuve mi ración de estrés cuando le vi en Las Ventas hace varias temporadas. Es el torero más valiente que he conocido pero mi cuore no podría soportar verle de nuevo jugándose la vida como ningún otro torero se la juega.

Pero volviendo a la rivalidad entre ciudades y siendo cierto que son muy diferentes, también lo es que todas buscan la exclusividad entre un público que puede ser y de hecho es intercambiable como los cromos, pues ambos son aficionados a la buena mesa, a la diversión, al golf, y al polo. Santo y seña de Sotogrande, y lugar de encuentro de personajes como Cayetano Martínez de Irujo, magnifico jinete y ojito derecho de la duquesa de Alba, su madre; Rosario Domecq, la mujer de El Juli, que acudió con su padre a la final de la copa de Plata Silex; Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid o el mismísimo Jaime de Marichalar que como tantos hombres separados o divorciados organiza sus vacaciones estivales en función de las de la madre de sus criaturas, la Infanta Elena.

Me consta lo importante que es para Jaime pasar quince días seguidos con Froilán y Victoria, como también lo difícil que el para el exduque de Lugo estar separado de sus hijos, a los que adora y a los que trata de preservar del interés de la prensa. Un tema complicado porque siendo nietos, sobrinos e hijos de quienes son, lo normal es que la gente quiera saber qué hacen las 24 horas del día, que no es muy diferente a lo que pueden hacer el resto de los adolescentes, con la diferencia de que un traspiés de Froilan adquiere categoría de incidente nacional. Algo que preocupa mucho a Marichalar, pues de sobra sabe lo fina que es la línea que separa el afecto de la indiferencia, que él ha vivido sin haber cometido ningún delito, más que el de haberse casado con una Infanta de España.