Crítica de 'Guardiana de dragones': animación de luxe para abrir el Festival de Málaga
La nueva película de Salvador Simó abre la sección oficial a concurso con una película comercial para todos los públicos
Vuelven los dragones. Aunque no los de 'Juego de tronos', sino en versión para todos los públicos. Ellos y su khaleesi son los protagonistas de ' ... Dragonkeeper', una curiosa coproducción hispanochina con hechuras de superproducción que ha inaugurado este viernes el 27 Festival de Málaga. Nunca el formato de animación –no diremos 'género de animación' siguiendo las recomendaciones de Pablo Berger– se había convertido en el protagonista absoluta de la apertura del certamen y visto el resultado se entiende por el nivel(azo) de producción –cuenta con un presupuesto de 24 millones de euros, seis veces más que la media de una película española estándar–, su factura visual, la presencia de Salvador Simó en la dirección y su honesta puesta en escena, aunque no pase del entretenimiento y de un modelo puramente comercial.
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Título: 'Guardiana de dragones' ('Dragonkeeper')
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Directores: Salvador Simó y Li Jianping
Nada –salvo la animación– tiene que ver 'Guardiana de dragones' con 'Buñuel en el laberinto de las tortugas', la cinta precedente de Alejandro Simón que también pasó por Málaga, pero que se situaba en el terreno de los 'dibujos' para adultos y el cine de autor. Aquí la apuesta es para toda la familia, con la historia de una esclava de la China imperial de hace 2.500 años, la encantadora Ping, que se revela contra su destino y se convierte en una heroína, en la salvadora del último huevo de dragón. De ahí lo del préstamo de khalessi.
No le falta la conexión con los espectadores de nuestro tiempo con esa reivindicación de la libertad de la mujer que le viene de las novelas originales de la australiana Carole Wilkinson, aunque la mano de Alejandro Simó se nota en la huida de la infantilización extrema del producto tipo Disney y del humor como clave de la función, llevando la trama hacia el cine de aventuras de los 80 y 90, con evidentes retazos a 'Los Goonies', 'Indiana Jones' e incluso algún homenaje a un clásico como 'Jasón y los Argonautas' y su ejército de muertos esqueléticos.
No oculta su cinefilia Simó, que firma esta coproducción junto a Li Jianping. La película, que ha tenido una larga producción, sufrió un cambio en la dirección –la empezó Ignacio Ferreras– y una siempre distante relación entre equipos españoles y chinos, ha tardado años en concluirse y estrenarse, pero el producto tiene un toque de luxe. Partiendo de una concepción de animación clásica y colorista, 'Dragonkeeper' presume de una factura visual impecable y unos diseños de personajes –humanos y animales– francamente brillantes, una puesta en escena capaz de echarle el aliento de dragón a las grandes producciones de animación 'made in Hollywood' y del tío Walt. De hecho, esta coproducción lo tiene todo para convertirse en un taquillazo, no solo en España, sino también en otros países y, particularmente, en China. Esa descarada vocación comercial es lo más convencional de esta película inaugural que, no obstante, no va ni de superproducción ni saca la bandera del último grito en animación (pudiéndolo hacer, al menos en España). Sin falsa modestia juega la baza del entretenimiento pulimentado para todos los públicos y lo consigue.
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