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Toro Salvaje

Aquel Kike Maíllo que nos fascinó con la fantástica ‘Eva’, nos sirve ahora un espectáculo, trepidante y frenético, poco visto en el cine español

Francisco Griñán

Sábado, 23 de abril 2016, 01:55

Tiene Toro el atractivo de una película visceral. De una acción sin descanso. De unos personajes negros por dentro. De unos escenarios crepusculares. De una ... arquitectura de torres y geometría envolvente. Pero Toro tiene sobre todo dos almas. La de una producción que quiere ser un thriller contundente y la de un director, Kike Maíllo, que quiere llevar el guión a la estética del cine negro y lo adorna de referencias al western, a la filmografía asiática de sangre y violencia, y a la tradición nacional más cañí. «España es así, un país de malos hermanos», dice un inquietante José Sacristán, que da miedo desde la primera escena. Y esos Caín y Abel están ambos en Toro. En los opuestos hermanos protagonistas, pero también en ese doble espíritu de una película comercial que también es de autor.

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