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El calor no puede con las ganas de feria
La oleada de abanicos y la música en directo del tardeo fueron los grandes protagonistas del inicio de esta feria que este domingo amenaza con el aviso de terral y altas temperaturas
Estaba avisado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet): «Calor en el arranque de la Feria de Málaga», advertían. Y así fue. Las temperaturas, que ... superaron los 30 grados, fueron grandes protagonistas del primer sábado de esta feria. La palabra estaba en boca de todos: «¡Qué calor!», se escuchaba por cada esquina del Centro o del recinto del Cortijo de Torres. Para combatirlo, el habitual abanico que no falla en ninguna Feria de Málaga e incluso los pequeños ventiladores portátiles, ya instalados desde hace unos años en el estilismo de muchos asistentes.
La Feria de Málaga 2025 arrancó con la tradición de la Romería al Santuario de la Victoria. Ya desde ahí, sobre las 12.30 horas, se comenzó a llenar el Centro de la ciudad, decorado con farolillos y ambiente de feria. Más tarde, a eso de las 14.00 horas, el recinto del real ya recibía a miles y miles de personas que, en su mayoría, tenían reservado para comer en las casetas con amigos o familia. Eso sí, para el camino y durante la fiesta de la feria, no pudo faltar la botella de agua bien fresquita para bajar la temperatura y hacer la juerga más llevadera. «También se puede salvar con una buena cervecita o Cartojal», ironizaba Carolina Muñoz mientras subía calle Larios con sus amigas.
Abanicos de todas las formas y de todos los colores, muchos de estos complementos ya venían desde casa y otros de papel publicitario repartidos por distintas marcas en la Feria de Málaga. Todo servía para aliviar el calor. La familia de Carmen Montiel, desde los abuelos hasta la pequeña Martina de ocho años, vivieron un sábado de feria bastante completo: «Primero hemos ido a ver la Romería y nos hemos hecho una foto con Toñi Moreno y con el alcalde, ha estado genial. Luego nos hemos ido a la calle Larios, que está llena de grupitos cantando y ambientando el día; ahora hemos comido por aquí, en la plaza de Las Flores y ya vamos camino de tomar un helado y para casa, que estamos agotados», comentó Carmen Montiel a este periódico.
La feria de día en el Centro, ambientada en las plazas con música en directo, también contaba con las fiestas de algunas cofradías como la de Viñeros, que ayer y el martes llenan su plaza de buen rollo con ambiente familiar y malagueño 100%. Desde la plaza de las Flores, un gran grupo de gaditanos, sevillanos, catalanes y argentinos celebraban la feria del Centro como algo único: «Nos gusta mucho vivirla aquí porque esto es algo que no tienen otras ciudades, ya que en el recinto del Cortijo de Torres es la típica feria que hay en todos lados», explicaron la gaditana Miriam y la sevillana Yolanda, que viven en Málaga.
De la calle al real
De la animación en el Centro con artistas típicos de los escenarios malagueños como Carlos Bravo o los grupos flamencos, charangas o verdiales en cualquier esquina de calle Larios o Especería, a las largas colas en algunas de las casetas del recinto del Real Cortijo de Torres. El aire acondicionado es el gran reclamo de los feriantes y el fenómeno del tardeo ya se ha establecido como un indispensable de cada feria.
Todos estos factores suman y hacen que el conjunto del real sea una apuesta a la que muchos van directos. «Pero nos han comentado que hay que ir al real sí o sí, que allí es donde se está mejor», aseguraba un grupo de amigas valencianas que están celebrando despedida de soltera en la Feria de Málaga. Otros, ya repetidores en esta fiesta de la ciudad, apuntan directos hacia el Cortijo de Torres: «Hace muchos años que no vivo la feria del Centro como antes, ahora prefiero salir directamente al real y estar allí sin pasar calor y sin el agobio de las calles llenas», explicaba Lidia, antequerana.
Mientras en el Centro pudieron verse más flores en el pelo y camisetas de lunares, pero sin muchos trajes de gitana, en el real había grupos de jóvenes y mayores –valientes por las altas temperaturas– vestidas con el traje, el mantón, flor y pendientes. «A pesar del calor nos gusta vestirnos porque es una forma de seguir con las tradiciones. Hay otras ferias como la de Sevilla en la que lo raro es no ir vestida de gitana, aquí en Málaga estamos en pleno agosto y tenemos otras temperaturas, ¿pero por qué no atreverse?», defendió Sara junto a sus amigas Paola y Marta.
Con la feria del Centro cerrada desde las 18.00 horas, el Cortijo de Torres tomó el protagonismo y se espera una noche y madrugada llena de fiesta, ya con el calor dando un poco de tregua, pero sin perder la atención de la alerta de este domingo por las altas temperaturas.
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