«A Trump personajes como Lex Luthor le quedan muy grandes»

Trabajó en Marvel y DC, ¿uno era libre de expresar sus ideas políticas?

Lo era en otra época, cuando el cómic era contracultura. En Marvel sí se escuchaban voces a veces disonantes entre las distintas colecciones. Por ejemplo con Steve Englehart, que es uno de mis guionistas favoritos, es de los que dio su visión ideológica y el que más política introdujo en sus guiones. Cuando hizo Capitán América creó un trasunto del Watergate en el universo Marvel, en el que el presidente de los Estados Unidos a quien después lo transformaron en un alto cargo de la Administración norteamericana, era el jefe del imperio secreto que se encargaba de mover los hilos reales de la política oficial. Como consecuencia de eso el Capitán América renuncia a los símbolos de su país y se convierte en un nómada, un hombre sin país. Marvel permitía y potenciaba eso debido a que los guionistas eran sus propios editores. Hoy Marvel es un emporio económico y sus personajes son franquicias que generan millones mucho más allá de los cómics. Por eso Marvel y DC hacen un especial hincapié en que se muevan en todo momento en la corrección política.

¿Diría entonces que las editoriales no se mojan? Hay cómics de Spiderman sobre Obama

Es que hacer un cómic sobre Obama no es mojarse, es apuntarse al carro de lo que está de moda. Para mí mojarse implicaría llevar la contraria al discurso oficial y la ausencia de eso en cualquiera colección te hace ver que las editoriales no van por ahí.

¿Cómo ha sentado en el mundillo la llegada de Trump al poder? Parece el mejor villano que uno pudiera imaginar…

Puede parecer que estoy siendo contradictorio. En Marvel sí hay un discurso que abiertamente va en contra de las políticas de Trump, pero esto podría entenderse más como una cuestión de target, de tener claro a qué perfil de lector vas. Decías que Trump puede ser un gran villano. Marvel sí hizo eso con algunos presidentes como Reagan. No he visto ningún cómic de Marvel o DC donde la figura de Trump aparezca como un elemento cuestionado en la historia.

Desde fuera, parece que la sociedad estadounidense está muy polarizada...

Más que polarizada, yo diría que se está viviendo una guerra civil. Lo último que he leído es el intento de secuestro de la gobernadora de Michigan por parte de una milicia armada. Ni siquiera en los tiempos de Vietnam la cosa andaba tan crispada.

¿Se puede culpar a alguien?

Es que es muy difícil encontrar el punto de origen del conflicto. Estamos, además, en un momento donde hay un fenómeno de potenciación de la victimización muy grande y yo creo que las redes sociales se han convertido en el lugar de establecer trincheras porque crean un territorio donde nada te contradice y donde no hay contacto con el otro. Es volver un poco a la I Guerra Mundial y a esos terrenos donde había unos líderes que utilizaban a la gente como carne de cañón. Lo que ocurre es que ahora mismo la gente está encantada, estamos encantados de ser carne de cañón.

¿Qué va a pasar en las elecciones?

Van a ser unas elecciones muy distintas y en las que el voto por correo, no muy fiable, va a ser decisivo. Las figuras están bastante desdibujadas. Creo que Joe Biden no tiene tanta relevancia, aunque pueda llegar a ganar a Trump. Es que se nos escapan todos esos votantes que apoyan a Trump porque las noticias que recibimos de Estados Unidos suelen ser las californianas o las de Nueva York, territorios especialmente liberales, y se nos olvida todo el cinturón bíblico, el Mid-West norteamericano e incluso el voto republicano reaccionario que hay en el sur y en las costas este y oeste. Trump le ha dado un barniz de orgullo a esa manera de ser reaccionaria.

¿Qué villano sentaría como un guante a Trump?

Kingpin y Lex Luthor. Luthor, de hecho, llegó a ser presidente de EE UU en los cómics. Pero yo creo que en Trump hay más de soberbia que de inteligencia y es esa soberbia que da el dinero, que la hemos visto también en España, con esos alcaldes sin estudios, que se ven en la cúspide social por cobrar diez veces más que cualquiera con dos carreras que se presenta a unas oposiciones de auxiliar administrativo. Es esa búsqueda de la relevancia social del empresario, tipo Jesús Gil, que en otro tiempo se conformaba con ser presidente de un equipo de fútbol. De todas maneras, Kingpin o Luthor le vienen un poco grandes a Trump porque son malos pero tienen cierto nivel de dignidad.

¿Y superhéroe?

Como superhéroe para Trump se me ocurre Razorback, que era un tipo grande, con una cabeza de jabalí, que salió un par de cómics de Spiderman.

¿Y para Biden?

Sería alguien de perfil bajo. A Biden le pega un secundario de Los vengadores, el que aparece detrás, que da cierto sentido al grupo, pero que no es un elemento que vaya a vender un cómic. Por eso también me costaría darle un papel de villano, coger un esbirro sería dejarlo en ridículo, y no creo que sea ridículo.