Ciudadanos y su 'huracán' de optimismo

Esto del optimismo (a veces rayando el 'mrwonderfulismo') va en el ADN del partido naranja, pero es cierto eso que dicen que pueden ir por la calle con la frente bien alta. De hecho, el acto comenzó unos 45 minutos más tarde del horario previsto porque a Arrimadas no dejaban de pararla por la calle para saludarla. Seguramente ya estaría escrito, pero esto refrendó su discurso de que «nadie» que les haya votado se siente decepcionado con haberlo hecho. «Si no votamos igual que en 2018 -insistió en varias ocasiones- las cosas en Andalucía no van a seguir igual. Costó 40 años el cambio real y solo se consiguió cuando Ciudadanos tuvo la confianza suficiente de los andaluces. Ahora hay que seguir defendiendo a Andalucía palmo a palmo, día a día y voto a voto. Si no Andalucía irá a peor»; recalcó, haciendo suyo el mantra de Marín en estas últimas semanas: el lío o yo.

En Ciudadanos creen que la campaña está funcionando bien. Que el vicepresidente de la Junta fue el mejor en el debate «junto a Teresa Rodríguez», matiza algún dirigente. El propio Marín sabe que le sienta bien, que si es verdad que sus votantes aprecian el trabajo realizado, hay que venderlo todo lo posible. «Hay personas a las que se les está haciendo larga la campaña. A mí me faltan días para contar a los andaluces todas las cosas que hemos mejorado de esta tierra». De ahí, a poner ejemplos y a vender gestión. «Andalucía lideraba las listas del paro y el fracaso escolar y ahora le hemos dado la vuelta y lideramos las del crecimiento de la economía y del empleo», sostuvo el líder andaluz de Cs, que se comprometió a seguir aplicando «las mismas políticas fiscales que nos han llevado hasta aquí, porque generan ingresos para que todos vivamos hoy mucho mejor, para la equiparación salarial de los docentes y de los sanitarios».

Precisamente, hay una sensación que va entre orgullo y enfado en la cúpula de Ciudadanos. Consideran que el PP está aprovechándose del trabajo de las consejerías gestionadas por su partido para vender su propia gestión. «Hablan de empleo, de turismo, de asuntos sociales y de sanidad. Y tres de esas cuatro las ha llevado nuestro partido, por mucho que ahora algunos quieran ponerse medallas», aseguró Nuria Rodríguez, la candidata por Málaga y una de las revelaciones regionales en esta campaña. A pesar de su poca experiencia en actos públicos, la exdelegada de Turismo se subió al escenario sin un papel, solo con un abanico y una gafas naranjas. «No hay ningún triste aquí, así que me las quito para miraros como nosotros podemos mirar a los andaluces. A la cara», exclamó entre aplausos, sabedora de que en Madrid ya son conscientes de que ha nacido una estrella que esperan que no sea fugaz.

Probablemente es a lo que pueden fiar su futuro. A que Marín haga entender a la gente que si están contentos es por su gestión. A que Arrimadas pase de despertar simpatía en un espectro y otro a que la gente decida votarla. Que Guillermo Díaz -que también tuvo su cuota en el mitin- siga profundizando en la política sin quedarse en los mensajes 'fast food'. Y para lo que está por llegar en unos días, a que el 'huracán' Nuria Rodríguez (así la llaman ya públicamente en su partido) mantenga la esperanza que en este momento tienen los militantes de seguir marcando el destino de Andalucía. Aunque sus diputados se cuenten -según dicen las encuestadoras- con los dedos de una mano.