Almazara Terraverne: la excelencia del producto como razón de ser

La Almazara Terraverne inició su actividad en 2021, a través de la colaboración de siete socios productores. «Venimos con experiencia previa, teniendo muy claro las clave para ofrecer un producto de calidad, desde cada paso de su elaboración al packaging, y con un equipo de profesionales totalmente enfocado a la excelencia, con experiencia industrial, pero un fuerte componente de marketing también», detalla.

La estrecha vinculación con la cultura del AOVE, con la que mantienen un compromiso constante de divulgación, y su apego al territorio que los acoge se perciben en detalles como los nombres de sus productos: su aceite oliva virgen extra se llama 555, que son los metros de altitud del casco antiguo de Teba, la localidad en la que se encuentra ubicada su almazara; y Oliznaga, su segunda marca centrada en el AOVE de gran consumo, surge de la suma entre aceite y la malagueña biznaga.

En los cuatro años transcurridos desde su creación, en Terraverne han logrado convertir una humilde almazara en toda una referencia en el sector del aceite 'premium', y prueba de ello es el impresionante palmarés logrado en estos primeros años. «En nuestras cuatro primeras campañas hemos obtenido más de 50 reconocimientos en todo el mundo», pone en valor Andrés. Un palmares entre los que se encuentran premios como la Medalla de Plata en Olive Japan 2024 Tokio (lograron la de Oro en 2022), Premio de Oro NYIOOC World Olive Oil Competition 2023 y 2022, Distinción de Oro Dubai IOOC 2022 o Medalla de Oro Oil China Competition 2022.

Estos premios revelan el gran esfuerzo que están realizando desde Almazara Terraverne para la internacionalización de su producto. «Aunque con un claro vínculo con lo local y nacional, nuestro producto es internacional desde su misma concepción: precisamente elegimos como marca 555 porque es un concepto que no requiere traducción en su salto a otros idiomas», detalla Andrés.

A través de la fórmula de consorcio con empresas de otros sectores, con los que comparten los gastos de internacionalización, Terraverne ya vendé de forma habitual en Corea del Sur, Reino Unido, Lituania, Alemania, Francia, Bélgica, México, Holanda y Suecia. «Estamos realizando una apuesta potente este sentido: recientemente hemos dado a conocer nuestro producto en ciudades como Tokio, Sydney o Melbourne», enumera Andrés. «Ahora tenemos puesto el foco especialmente en dos mercados, Norteamérica y Asia, adaptándonos a las singularidades de cada uno, y con la ambición de, poco a poco, colocar a Teba en todo el planeta», apunta.

Precisamente de su esfuerzo por la internacionalización emana otro de los aspectos diferenciales de Terraverne: su decidida apuesta por ser pioneros en Málaga del oleoturismo. Para ello, han creado toda una experiencia en torno a la visita a su almazara, decorada con un espectacular mural que recrea El Guernica, acercándolo al universo AOVE. «Nuestra apuesta es global, ¿y qué hay más malagueño y global al mismo tiempo que Picasso?», valora. En los últimos tiempos han recibido en su almazara de Teba a clientes de Estados Unidos o Israel, y próximamente esperan a otros importadores de China y Corea del Sur.